"Una comunión de comunidades, unidas por una autoridad que es a la vez legal y pastoral" Lo que la tesis doctoral del agustino Prevost dice sobre el gobierno de León XIV

“Sería inútil nombrar a alguien para el cargo de Prior si no existe la posibilidad de una buena relación entre él y los demás miembros de la comunidad”. Muy probablemente, el sentido de esta frase estuviese en el ánimo de los cardenales que el pasado 8 de mayo eligieron al cardenal agustino Robert F. Prevost como nuevo papa después de un período no exento de fuertes turbulencias. Sin embargo, muy pocos de esos 133 purpurados –por no decir ninguno– hubiese sabido decir que dicha frase pertenece a la esencia misma de la forma en la que quien ahora es León XIV entiende la forma de gobierno en la Iglesia.

Ese pensamiento está expuesto en la tesis con la que un joven religioso estadounidense se doctoró en 1987 en Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino (Angelicum), de Roma, bajo el título de El Oficio y la Autoridad del Prior Local en la Orden de San Agustín, y que ahora se escruta detenidamente para tratar de vislumbrar la apoyatura que puede tener un pontificado con apenas un mes de recorrido.

Quienes esperan del papa Prevost que ahonde o al menos mantenga las reformas iniciadas en los “procesos” eclesiológicos del papa Francisco, pueden ver con cierta alarma que una de las fuentes más significativas que atraviesa la tesis doctoral es la Juan Pablo II.

En concreto -como apunta el National Catholic Reporter (NCR)-, un discurso que el papa Wojtyla dirigió en 1982 a los agustinos, donde les recordó que la identidad de la centenaria Orden está moldeada no solo por la Regla de San Agustín, sino también por el fundamento jurídico que les ha dado la Iglesia: “Vuestra Orden... tiene a la santa Madre Iglesia como fundadora de su realidad jurídica”.

Sin embargo, no debiera sorprender tanto esa alusión, teniendo en cuenta que el doctorando ha realizado los estudios de Derecho Canónico, el pontificado del Papa polaco ha tomado ya velocidad de crucero cuando se está elaborando la tesis doctoral y que el momento eclesial refleja ya una transición después de unos años posconciliares en los que algunos temieron que el suelo se abriese bajo sus pies.

Canonistas... y Vaticano II

Sin embargo, el análisis de la tesis doctoral del joven agustino muestra también entre sus fuentes bibliográficas -además de a canonistas, claro- “extensas referencias a documentos del Vaticano II y a teólogos como Yves Congar”, lo que reflejaría “un compromiso con la renovación del Concilio, no como una ruptura con el pasado, sino como una obra de desarrollo orgánico”.

En ese sentido, “la eclesiología que León XIV expone en esta obra temprana afirma que la Iglesia, en todos sus niveles, es más que una burocracia o un movimiento social. Es el Cuerpo de Cristo, animado por el Espíritu Santo y gobernado por estructuras que sirven a la comunión. Su imaginación teológica vincula lo local con lo universal, demostrando que la salud de la Iglesia depende de la vitalidad de las bases y del papel unificador del oficio petrino”, apunta el interesante análisis elaborado por el NCR.

Pero la autoridad de la que habla la tesis no es mera apoyatura canónica ni busca el control y la obediencia, sino que sirve de fundamentación a algo que es también nuclear en la obra, la regla comunitaria, de ahí que, basándose en las Constiticones, recuerde que “el oficio de Prior en la Orden no es un oficio de poder, sino de amor fraterno; no de honor, sino de obligación; no de dominación, sino de servicio”, algo que, por otra parte, lleva inexorablemente al papa Francisco, también él miembro de una congregación religiosa, y a su temprano y programático “el poder es el servicio”.

Sin embargo, del análisis de la tesis del joven Prevost cabe pensar que estas similitudes entre ambos religiosos -y luego pontífices-, con elementos comunes, propiciados por la marca indeleble de la vida religiosa, encontrarán acentos específicos en el papado del agustino, marcados por la importancia de la unidad, la comunión, la autoridad y la obediencia.

Autoridad legal y pastoral

«A lo largo de toda la tesis, se ha puesto el énfasis principal, de forma obvia e intencionada, en los aspectos jurídicos del oficio y los deberes del Prior», señala Prevost en la parte conclusiva de su tesis. Pero “la disertación de León XIV presenta una visión de la Iglesia no como una jerarquía de mando, sino como una comunión de comunidades, unidas por una autoridad que es a la vez legal y pastoral, espiritual e institucional”, especifica el NCR.

“La visión del Padre Prevost es profundamente canónica. Fundamenta sus argumentos firmemente en la tradición jurídica de la Iglesia, desde el Código de Derecho Canónico hasta las Constituciones de la Orden Agustiniana. Su modelo de liderazgo transmite un claro enfoque pastoral, pero no es improvisado”, añade.

A la luz de los primeros discursos del papa León XIV no cabe, sin embargo, pensar en una enmienda al pontificado de Jorge Mario Bergoglio. Todo lo contrario. Sin embargo, se perciben ya los rasgos que aparecen delineados en la tesis doctoral del joven doctorando que tuvo por director de tesis a un dominico asturiano, sin olvidar la influencia que tuvo en él posteriormente su época como misionero en Perú.

Ahí está su apuesta inequívoca por la sinodalidad o la corresponsabilidad laical, lo que ahora se llama misión compartida y es no sólo tabla de salvación, sino apuesta sincera de tantas congregaciones.

Ahí están también ese pastor con olor a oveja que se calza las botas de goma para patear las calles inundadas o se sube a lomas de una mula para llegar a las comunidades más inaccesibles. La diferencia es que, a partir de ahora, esas cuestiones puede que estén más definidas jurídicamente.

Quizás la primera prueba de ello la dio la tarde en la que salió a saludar desde la logia de la basílica de San Pedro. A diferencia de su antecesor, León XIV no improvisó nada. Lo llevaba cuidadosamente escrito en un papel. Sabía lo que quería decir. Y lo dijo como quería decirlo.