El Papa advierte que quienes creen en la paz "son ridiculizados y excluidos del debate público"

León XIV advierte de la polarización que "favorece a adversarios y enemigos" en el Angelus con motivo de la fiesta de San Esteban, el primer mártir cristiano

Angelus del Papa León
Angelus del Papa León

Es el primer mártir cristiano. Tal vez por eso, San Esteban se celebra justo después del día de Navidad. Una fiesta especial en Roma, que acogió un Angelus en el que León XIV reivindicó a quienes "eligen la justicia, aunque cueste; que anteponen la paz a sus propios temores; que sirven a los pobres en lugar de a sí mismos. Precisamente, entonces brota la esperanza y, a pesar de todo, tiene sentido hacer fiesta". Pese al martirio. "Que su ejemplo de mansedumbre, perdón y coraje acompañe a quienes se comprometen en situaciones de conflicto, para promover la reconciliación y la paz", dijo tras la oración mariana.

Desde el balcón del palacio apostólico, el pontífice, destacó cómo las primersas comunidades cristianas llamaban a la muerte el "día del nacimiento", seguras como estaban de que "no se nace sólo una vez". "El martirio es un nacer al cielo: en efecto, una mirada de fe, incluso en la muerte, ya no advierte sólo oscuridad", explicó el Papa, quien elogió a quienes deciden "elegir la luz". Entonces, pese a la muerte, se observa "la luz de su rostro y sus palabras", como le ocurrió a Esteban. "Es el rostro de quien no pasa indiferente por la historia, sino que la afronta con amor. Todo lo que Esteban hace y dice representa el amor divino que se manifestó en Jesús, la Luz que brilló en nuestras tinieblas". 

Fieles escuchan al papa en el Angelus
Fieles escuchan al papa en el Angelus

Y es que, a veces, "la belleza de Jesús y de quienes viven como Él es una belleza rechazada: precisamente por su fuerza de atracción". Porque, aseguró Prevost, "hasta el día de hoy, ningún poder puede prevalecer por encima de la obra de Dios". "En todas partes del mundo existen personas que eligen la justicia, aunque cueste; que anteponen la paz a sus propios temores; que sirven a los pobres en lugar de a sí mismos. Precisamente, entonces brota la esperanza y, a pesar de todo, tiene sentido hacer fiesta", sostuvo. 

El cristiano no tiene enemigos, sino hermanos y hermanas, que siguen siéndolo incluso cuando no se comprenden entre ellos

Algo que también vale para hoy. "En las condiciones de incertidumbre y sufrimiento del mundo actual, la alegría parecería imposible", pues "quienes hoy creen en la paz y han elegido el camino desarmado de Jesús y de los mártires, son a menudo ridiculizados, excluidos del debate público y, no pocas veces, acusados de favorecer a adversarios y enemigos". Sin embargo, añadió el pontífice, "el cristiano no tiene enemigos, sino hermanos y hermanas, que siguen siéndolo incluso cuando no se comprenden entre ellos".

Por eso, "Esteban murió perdonando, como Jesús: por una fuerza más auténtica que la de las armas". Se trata de "una fuerza gratuita, presente en el corazón de todos, que se reactiva y se comunica de manera irresistible cuando alguien comienza a mirar a su prójimo de otra manera, a ofrecerle atención y reconocimiento". "Sí, esto es renacer, esto es volver nuevamente a la luz, ¡esta es nuestra Navidad!", culminó León XIV. 

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