La detención en prisión no debe ser punitiva sino "redentora" Parolin: "La misericordia divina difiere de una amnistía simplista y generalizada"

Parolin, en la misa previa a la apertura del Año Judicial
Parolin, en la misa previa a la apertura del Año Judicial Vatican Media

El Cardenal Secretario de Estado presidió en la Capilla Paulina la Misa de inauguración del año judicial en el Vaticano: el reconocimiento de circunstancias atenuantes en el ejercicio de la justicia no debe confundirse con un "buenismo" genérico, del mismo modo que la misericordia de Dios -incondicional e incesante para todos- implica "el claro reconocimiento y la consiguiente condena del mal cometido..."

Del mismo modo que en la parábola del hijo pródigo el padre, aunque "deseoso de acoger de nuevo al hijo menor", de ningún modo "justifica lo que ha hecho ni menosprecia su gravedad", así la justicia en el reconocimiento de las circunstancias atenuantes no debe "confundirse con una simple bondad, tanto porque no anula las necesidades ligadas a una reparación de la ofensa, como porque no menosprecia ni redimensiona la gravedad del mal cometido".

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Así lo subrayó el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, durante la celebración eucarística presidida el sábado 2 de marzo por la mañana en la capilla Paulina del Palacio Apostólico, que precedió a la inauguración del 95º año judicial del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Recordando el pasaje evangélico de Lucas propuesto por la liturgia, el cardenal invitó a reflexionar sobre la categoría de la justicia, "a cuyas necesidades estamos llamados a responder, incluso en la diversidad de los estados de vida y de misión de cada uno".

Existe en primer lugar, señaló, "una justicia de orden temporal, declinada a través de leyes y normas, que pide ser respetada y aplicada a través de la función jurisdiccional", necesaria para "mantener un orden básico de las relaciones humanas y poner freno a la violencia, al abuso de poder".

Además de esto, señaló Parolin, existe otro aspecto de la noción, del que "el pueblo de Israel experimentó en el curso de su historia veterotestamentaria", y que "se explica bien por la variedad de significados que se pueden vincular al término hebreo hesed, en el que convergen no sólo la justicia, sino también -al mismo tiempo- la bondad, la fidelidad, la gracia, el amor y la misericordia". Precisamente en ella, subrayó, están contenidos "el centro, el corazón de la revelación neotestamentaria realizada por medio del Señor Jesucristo", dirigida a mostrar a los hombres el amor del Padre para que "vivan verdadera y finalmente como hijos suyos y hermanos entre sí".

Santa misa en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico - inauguración del 95º Año Judicial del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano. (VATICAN MEDIA Divisione Photo)

Santa misa en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico - inauguración del 95º Año Judicial del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano. (VATICAN MEDIA Divisione Photo)

Precisamente desde aquí, reiteró el Secretario de Estado, se puede contemplar con mayor claridad la parábola del hijo pródigo, también "definida como la parábola 'del Padre misericordioso'", ya que "muestra muy bien el corazón de Dios, su ser sufrido, paciente, dándonos un ejemplo concreto de su justicia"; que es, en efecto, "una oferta continua e incondicional de perdón al pecador", pero que también implica "el claro reconocimiento y la consiguiente condena del mal cometido".

Un segundo aspecto de la misericordia divina, prosiguió el cardenal, es que difiere "de una amnistía simplista y generalizada", porque aunque "se concede incondicional e incesantemente", para hacerse efectiva necesita del arrepentimiento por el mal cometido.

Tal movimiento de "adhesión libre y consciente", señaló Parolin, lleva al pecador a descubrir "que no sólo el Padre le espera, sino que, habiéndole abrazado, ordena una fiesta en su honor", confiriéndole "una dignidad aún mayor que antes".

Los reflejos de esta justicia, señaló, podrían expresarse también en el plano temporal, en el derecho penitenciario, "limitando la pena de detención a los casos extremadamente necesarios y haciéndola, al mismo tiempo, lo más "redentora" posible, como ocasión eficaz de reeducación y redención para el hombre que yerra". Para esto, concluyó el Cardenal, sirve la Cuaresma, "tiempo propicio para nuestra salvación".

Santa misa en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico - inauguración del 95º Año Judicial del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano. (VATICAN MEDIA Divisione Photo)

Santa misa en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico - inauguración del 95º Año Judicial del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano. (VATICAN MEDIA Divisione Photo)

El promotor de Justicia, Alessandro Diddi, habló de los retos afrontados y superados y de otros aún por combatir, en su saludo al Papa al inicio de la audiencia posterior en el Aula de la Bendición, subrayando cómo el año pasado "se caracterizó por la celebración de importantes juicios tanto en el ámbito civil como penal, seguidos con gran atención por la prensa, incluida la extranjera". Gracias, en efecto, "al esfuerzo y empeño de los jueces del Tribunal y de los Juzgados, así como del personal administrativo, pudieron concluir en un tiempo muy breve y sin que nunca, en homenaje a la eficiencia, se debilitaran las garantías del debido proceso".

Tras agradecer también a la Gendarmería "el incansable espíritu de sacrificio con el que cumple sus delicadas tareas" y "la dedicación y entusiasmo en sus actividades de investigación", a menudo en colaboración con autoridades y fuerzas de seguridad extranjeras, Diddi destacó la ingente labor desarrollada en 2023, cuando la oficina del promotor "intervino en casi el doble de procedimientos que en 2022, incluidos casos que no pocas veces están en el punto de mira de la opinión pública". En este sentido, ha dicho, para hacer frente a futuros y numerosos compromisos, especialmente a medida que se acerca el Jubileo, "se ha puesto en marcha un sistema informático de gestión de los expedientes de la Oficina, utilizando únicamente recursos internos", que una vez plenamente operativo "podrá representar, no sólo de forma simbólica, un ejemplo de gestión 'ecológica' de procesos". "El agradecimiento expresado", concluyó Diddi, "nos hace conscientes no sólo de la gran responsabilidad que asumimos en el contexto de la cooperación con los órdenes internacionales comprometidos en la búsqueda de la paz y la seguridad, sino sobre todo de la necesidad de cumplir con nuestras obligaciones sin perder nunca de vista no sólo los valores en los que se basa nuestro sistema, sino también los que comparte la comunidad internacional".

Santa misa en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico - inauguración del 95º Año Judicial del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano. (VATICAN MEDIA Divisione Photo)

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