"Comparto vuestro dolor por los prisioneros y las víctimas", señaló Prevost "Es una guerra sin sentido": el gesto de León XIV a las madres ucranianas que han perdido a sus hijos

"Hermanas y hermanos, al acogeros aquí, deseo expresar mi cercanía a la martirizada Ucrania, a los niños, a los jóvenes, a los ancianos y, de manera especial, a las familias que lloran a sus seres queridos. Comparto vuestro dolor por los prisioneros y las víctimas de esta guerra sin sentido". León XIV se encontró este mediodía, en la basílica de San Pedro, con cientos de peregrinos de la Iglesia greco-católica de Ucrania. Entre ellos, a varias mujeres, madres de soldados muertos o desaparecidos durante la invasión rusa. Prevost, poco dado a los gestos, se detuvo y bendijo a cuatro mujeres, que entre lágrimas (y alguna con el retrato de su hijo) esperan su regreso.

Acompañado del arzobispo de Kiev, Sviatoslav Shevchuk, el Papa saludó una peregrinación que supone "el deseo de renovar la fe, de fortalecer el vínculo y la comunión con el Obispo de Roma y de dar testimonio de la esperanza que no defrauda", pese a la guerra, pese a la muerte, pese a tres años de invasión, "a pesar de las adversidades del momento presente". 

"Muchos de vosotros, para llegar hasta aquí, habéis partido de vuestra hermosa tierra, rica en fe cristiana, fecundada por el testimonio evangélico de tantos santos y santas e irrigada con la sangre de muchos mártires que, a lo largo de los siglos, con el don de su vida, han sellado su fidelidad al apóstol Pedro y a sus sucesores", recordó León XIV, quien insistió en que "la fe es un tesoro que hay que compartir".

"La fe de vuestro pueblo está ahora puesta a dura prueba. Muchos de vosotros, desde que comenzó la guerra, os habéis preguntado seguramente: Señor, ¿por qué todo esto? ¿Dónde estás? ¿Qué debemos hacer para salvar a nuestras familias, nuestras casas y nuestra patria?", admitió el Papa, quien señaló que "creer no significa tener ya todas las respuestas, sino confiar en que Dios está con nosotros y nos da su gracia".

Tras confirmar en la fe a los presentes, Prevost aseguró que "comparto vuestro dolor por los prisioneros y las víctimas de esta guerra sin sentido". También, "vuestros esfuerzos y tragedias cotidianas y, sobre todo, vuestros deseos de paz y serenidad", finalizó, bendiciendo a "vuestro pueblo" ucraniano.