El Mater Ecclesiae fue acondicionado hace años para tratar a un enfermo Benedicto XVI continúa grave, pero estable: "La situación del Papa emérito no ha cambiado con respecto a ayer"

El monasterio Mater Ecclesiae, donde reside Benedicto XVI
El monasterio Mater Ecclesiae, donde reside Benedicto XVI

"Su situación no ha cambiado con respecto a ayer", han confirmado fuentes cercanas al lugar donde se encuentra el papa emérito a la agencia italiana de noticias ANSA

Junto a él también se encuentra el que ha sido su secretario personal, Georg Gänswein, que regresó apresuradamente al Vaticano después de haber pedido un breve periodo de licencia para disfrutar de su familia durante las Navidades

El monasterio está adaptado a una persona que ya empezaba a sufrir achaques de salud, con sus primeros problemas de movilidad —que le obligaron a caminar con andador— y su incipiente ceguera en un ojo.

Durante los últimos días, en los que la salud de Benedicto XVI ha ido empeorando, se ha visto en el monasterio a uno de los frailes del servicio sanitario vaticano que desde hace años asiste al papa, según ha confirmado ANSA. Junto a él también se encuentra el que ha sido su secretario personal, Georg Gänswein, que regresó apresuradamente al Vaticano después de haber pedido un breve periodo de licencia para disfrutar de su familia durante las Navidades.
Benedicto se encuentra, este jueves, en condiciones de salud graves pero estables. "Su situación no ha cambiado con respecto a ayer", han confirmado fuentes cercanas al lugar donde se encuentra el papa emérito a la agencia italiana de noticias ANSA. El pontífice ha pasado la noche bajo la supervisión continua de los médicos y este seguimiento seguirá durante las próximas horas.

El monasterio Mater Ecclesiae en el que Benedicto XVI reside desde su retirada como papa se encuentra en la Colina Vaticana, en el interior de los Jardines. Construido por el que también fuera su mentor y predecesor, Juan Pablo II, a principios de la década de los noventa, tenía la intención de albergar a grupos de monjas contemplativas que han ido entrando y saliendo a lo largo de los años.

Eso sí, para poder trasladarse al monasterio éste tuvo que ser reacondicionado para poder tener no sólo todas las comodidades e instalaciones propias de un papa emérito, sino también adaptadas a una persona que ya empezaba a sufrir achaques de salud, con sus primeros problemas de movilidad —que le obligaron a caminar con andador— y su incipiente ceguera en un ojo.

Esta Navidad, Religión Digital
Volver arriba