El secretario del Papa emérito confirma cómo Ratzinger se va apagando lentamente ¿La última Navidad de Benedicto XVI?

Benedicto XVI
Benedicto XVI

"Está muy frágil y sólo puede caminar un poco con un andador. Su voz también es débil", admite Georg Gänswein

"Benedicto XVI sigue las noticias que nos llegan a través de la televisión y comparte nuestra preocupación por la pandemia, por lo que está sucediendo en el mundo, por las muchas personas que están perdiendo sus vidas a causa del virus"

Benedicto XVI acaba de recibir la primera de las dos inyecciones de la vacuna contra el coronavirus. A sus 93 años (cumplirá 94 en febrero), el Papa emérito vive una Navidad triste, la primera sin su hermano y con las fuerzas muy mermadas. "Está muy frágil y sólo puede caminar un poco con un andador. Su voz también es débil", admite su secretario personal, Georg Gänswein, en declaraciones a Vatican News.

Y es que esta Navidad es la primera tras la muerte de su hermano Georg, una ausencia que el Papa emérito vive "como una herida, que ha causado dolor durante estas fiestas", pero también con la esperanza de la fe: "Tiene la certeza de que su hermano vive ahora en su abrazo".

Fiestas con el coro de Ratisbona

De hecho, durante estas fiestas, "escuchamos varias veces los CD, no sólo el Oratorio de Navidad de Bach, sino también los de los conciertos con villancicos interpretados por el Coro de Ratisbona, el coro que dirigió Georg Ratzinger". 

¿Y cómo está él? Cansado, débil, fatigado, apagándose lentamente. "Desde el punto de vista físico, es muy frágil y sólo puede caminar un poco con un andador. Su voz también es débil", confirma su secretario, que añade que "los tiempos dedicados al descanso han aumentado, pero seguimos saliendo todas las tardes, a pesar del frío, a los jardines del Vaticano".

Los hermanos Ratzinger, en el hospital
Los hermanos Ratzinger, en el hospital

"Todos los días celebro la misa y él concelebra sentado. Para la oración diaria le hemos preparado textos ampliados para que pueda seguir mejor la Liturgia de las Horas, y seguimos comiendo todos juntos como siempre lo hemos hecho", explica el arzobispo alemán, que añade que la actividad diaria no ha cambiado mucho durante la pandemia. 

"El ritmo de los días se ha mantenido igual, aunque las visitas se han reducido mucho. Benedicto XVI sigue las noticias que nos llegan a través de la televisión y comparte nuestra preocupación por la pandemia, por lo que está sucediendo en el mundo, por las muchas personas que están perdiendo sus vidas a causa del virus. Ha habido personas conocidas por él que han muerto a causa del Covid-19", concluye.

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