El Papa pide a los fieles de Roma "humildad, desinterés y bienaventuranzas" "Entre nosotros hay tantos que, en vez de incensar al Señor, se inciensan a sí mismos"

Francisco se dirige a los fieles de Roma
Francisco se dirige a los fieles de Roma

"La reforma de la Iglesia comienza con la humildad y esta nace y crece con la humillación, de esta manera va contra los aires de grandeza"

"Quien desprecia no será nunca un buen evangelizador porque no verá nunca más allá de la apariencia. Pensará que los otros son enemigos y que no tienen a Dios"

Humildad, desinterés y bienaventuranzas. Estas son las claves para “escuchar y responder eficazmente a los gritos de la gran ciudad”, según confesó anoche el Papa Francisco a los fieles romanos, durante un emotivo encuentro en san Juan de Letrán.

En un discurso improvisado, en el que Bergoglio escuchó tres testimonios (un sacerdote, una laica y el director de Cáritas de Roma), Francisco invitó a “hacerse pequeños como lo hizo Jesús” para poder reformar la Iglesia y los corazones. Porque “la reforma de la Iglesia comienza con la humildad y esta nace y crece con la humillación, de esta manera va contra los aires de grandeza”.

“Entre nosotros hay tantos liturgos equivocados, que en vez de incensar al Señor, se inciensan a sí mismos y viven así. Quien busca la propia gloria cómo podrá servir a Dios. No tendrá ojos ni orejas para los otros”, denunció el Papa, insistiendo en que “los que miran de lo alto hacia abajo para despreciar, no se pueden justificar. Quien desprecia no será nunca un buen evangelizador porque no verá nunca más allá de la apariencia. Pensará que los otros son enemigos y que no tienen a Dios”. Quien tenga oídos...

El Papa, a los fieles de Roma

Narcisismo y autorreferencialidad

En segundo lugar, el Papa habló del desinterés y de la necesidad de, como el buen pastor, preocuparse “de que nadie se pierda”. “El desinterés por uno mismo es la condición necesaria para estar lleno de interés por los otros. Es necesario combatir el pecado del espejo”, clamó.

“Nosotros los sacerdotes, religiosos, laicos con vocación caemos mucho en el pecado del espejo, se llama narcisismo y autorreferencialidad que nos sofocan”, lamentó, subrayando cómo “nos hemos quedado obsesionados por las pocas ovejas que se quedaron en el recinto y nos hemos convertido en estilistas de ovejas exquisitas. Y se pasan todo el tiempo ahí con ellas. ¿Son muchas? No, 10”. “Ya no tenemos el coraje de encontrarnos con los otros”, apuntó.

San Juan de Letrán, abarrotado

No a las propuestas egocéntricas

Finalmente, “experimentar las bienaventuranzas” que, como ya ha resaltado en numerosas ocasiones, son “el mensaje que te hace vivir, el mensaje de la novedad”. “Quien se equivoca de camino se arriesga a equivocar a otros. Lo vemos en algunos movimientos pelagianos o gnósticos son incapaces de andar adelante. Son propuestas egocéntricas. En vez de eso las bienaventuranzas te llevan adelante más ligero para seguir a Jesús”, apuntó el Papa.

“A las personas frágiles debemos ofrecer el camino de las bienaventuranzas que nosotros también hemos encontrado en el encuentro con Dios”, destacó Bergoglio, quien animó a los cristianos a buscar a las personas allá donde viven, “para comprender cómo viven y saber qué piensan los habitantes de nuestros barrios”.

Francisco saluda a una familia romana

Tres testimonios

Antes, el Papa escuchó tres testimonios. El primero, de un sacerdote, quien lamentó la crisis de fe. “Es doloroso decir que Roma se ha convertido en tierra de misión”, por lo que “es hora de la nueva evangelización” con una Iglesia en salida.

El segundo, Simona Basoluci, responsable de dos casas para personas con discapacidad, junto a una familia con dos hijos. “Hablar de la familia es hablar de cada uno de nosotros, cada uno es un pedazo de la familia. Traemos, Santidad, el grito de las parejas que quieren casarse para siempre, ante el miedo de afrontar la cotidianidad. Somos la voz de los niños y los jóvenes a quienes debemos dar raíces y las alas para alzar el vuelo”, dijo la madre de la familia que se presentó en la basílica.

Por último, el director de Cáritas de Roma, P. Benoni Ambarus, reflexionó brevemente sobre la ayuda a los más necesitados; y la importancia de responder a ellos aunque la tarea siempre “nos sobrepase”.

Volver arriba