Durante 123 años han mantenido Iglesia, Convento y Colegio Cierra el Convento de los carmelitas descalzos en Burriana

Tras cien años de presencia, cierra el Convento de los Carmelitas Descalzos en Burriana
Tras cien años de presencia, cierra el Convento de los Carmelitas Descalzos en Burriana

Durante 123 años han mantenido Iglesia, Convento y Colegio, en el pueblo natal del cardenal Tarancón.

El Carmelo Descalzo ha tenido una fuerte presencia en las Diócesis de Castellón y Valencia.

Los carmelitas tienen su “joya de la corona” en el Desierto de las Palmas, un singular paraje natural.

Son creadores del “licor carmelitano” elaborado a partir de plantas aromáticas y medicinales de sus montañas.

El Carmelo Calzado primero y luego el Descalzo alcanzó gran importancia en el histórico Reino de Valencia, y en su misma capital, y de manera muy especial en la provincia de Castellón donde, por fortuna, siguen teniendo su “joya de la corona”, el Desierto de las Palmas, un convento monasterio enclavado en un paraje natural singular montañoso junto al mar en Benicàssim, cerca del Bartolo, enclave estratégico por su posición para las telecomunicaciones de todo tipo, y donde inventaron el “licor carmelitano” hecho a base de la maceración de plantas medicinales y aromáticas del terreno de su entorno, un generoso “arboretum” externo a su claustro conventual regalo copioso de la naturaleza.

Como a todas las Órdenes Religiosas, la Desamortización (1835) y luego la Guerra Civil (1936-39) asestaría duros golpes a sus miembros, estructuras, comunidades y propiedades, pero se rehicieron en materia de vocaciones, para entrar en decadencia y picado a partir de los años 60 del pasado siglo, los años del desarrollismo. Los 70 y 80 serían años en entrarían en barrena y tanto en las órdenes religiosas masculinas como femeninas históricas o tradicionales las bajas vocacionales serían irrefrenables.

Valencia, que ha llegado a ser llamada la ciudad conventual, la Ciudad de los Conventos, cerró muchísimos de ellos, derribó sus edificios y especuló sobre sus solares. Algunos antiguos conventos los aprovechó el Estado por su monumentalidad para sus servicios, es el caso del de Santo Domingo de los Dominicos, hoy sede de la Capitanía General, o el de Santa María de Montesa, sede de la Delegación del Gobierno. El antiguo Convento del Carmelo Calzado, precioso, es hoy sede del Museo del Carmen, populoso barrio al que daría nombre el cenobio.

Las ramas masculina y femenina del Carmelo Descalzo tuvieron también su importancia, pero escalonadamente han ido cerrando sus conventos, quedando vacíos o destinados a otros menesteres por alquiler o venta, o porque el Arzobispado les ha dado otros destinos. A la Orden le pasa lo que a las demás, falta de vocaciones. No se han adaptado a los nuevos tiempos, como a la Iglesia en general, jerarquías y clérigos siguen instalados en Trento, como si no hubiera pasado el tiempo. La falta de vocaciones en el Carmelo Descalzo es notable. Los frailes crecen en edad, van jubilándose, enfermándose o muriendo. Las tácticas actuales aconsejan cierres, repliegues y concentraciones.

Los últimos de Burriana
Los últimos de Burriana

Actualmente, en la ciudad de Valencia tienen una preciosa Iglesia, la antigua de san Andrés, con una azulejería del siglo XVIII importante, junto al Palacio Nacional de Cerámica, no parroquia dedicada al culto, y que es propiedad de la Orden, que fue fruto de una permuta con el Ayuntamiento de Valencia en los años 40 pasados. El Ayuntamiento necesitaba abrir una calle, la de Alboraya, donde los frailes tenían el huerto de su convento, éstos se lo dieron a cambio de una iglesia que era propiedad municipal, junto a ella instalaron la casa provincial, que cerraron y se replegaron al convento de la calle Alboraya para ahorra gastos.

Ahora ha sido el Convento de san José del Carmelo Descalzo en Burriana, pueblo natal del Cardenal Vicente Enrique y Tarancón, el que acaba de cerrar las puertas y los frailes que quedaban han sido enviados a otras comunidades. Ha acabado una etapa de 123 años de presencia continuada en Burriana. El Padre Alfredo Sáiz, con gran dolor, cerró las puertas del convento y marchó al de Valencia. Fue el último en irse. Los otros cuatro religiosos de la comunidad lo hicieron días antes a otros cenobios de la Orden.

En las últimas semanas han sido de pesar y agradecimiento por parte del pueblo, donde ha sentado como una bomba el cierre, ha creado gran enfado y malestar, pues se sentían entrañablemente unidos a los frailes. Además de Iglesia y Convento, los Carmelitas llevaban adelante un colegio. Por sus aulas han pasado varias generaciones. La gestión del colegio la llevan ahora sus profesores en régimen de alquiler sus instalaciones propiedad de la Orden.

De momento, el parche que se ha puesto a la tragedia es que "los fines de semana se atienda el culto. Vendré yo desde Valencia hasta que pueda y se harán las misas de 7 del sábado y el domingo, misa de ocho y media y doce, la de los niños de la catequésis", ha dicho el padre Sáiz. De Burriana, donde he estado 27 años en tres etapas diferentes, me llevo un gato recuerdo. Esta gente es muy colaboradora. Hemos hecho lo que buenamente hemos pedido y creo que se ha dado un buen servicio, sobretodo en confesionario… siempre hemos sido muy apreciados en esta ciudad".

El convento de Burriana fue uno de los dos colegios que tuvo el Carmelo Descalzo en su Provincia "creados en el tiempo en que era necesario que nuestra Orden ayudase en la formación de niños y jóvenes. Hoy día el Colegio sobrevive ocupando parte del convento, pero gestionado por sus profesores, los cuales aún mantienen excelentes relaciones con los religiosos y se inspiran en buena medida en nuestro carisma a la hora de construir y transmitir su ideario."

Breve Historia

Burriana fue una de las primeras fundaciones que realizó la Provincia OCD de Santa Teresa de Jesús después de su restauración en 1895. Antes de la exclaustración contaba la Provincia con la fundación de Nules que servía de puente entre el Desierto de las Palmas y Valencia. Al no poder recuperar esta casa, los superiores aceptaron el ofrecimiento que les hicieron de fundar en esta ciudad.

En 1896 se instaló el convento en una casa provisional de la calle de San Agustín, propiedad de D. Francisco Granell. Presidió esta primera comunidad el P. Modesto del Sgdo. Corazón de Jesús, hijo de Burriana. El 26 de abril se puso la primera piedra del nuevo convento en un solar regalado a los frailes, y el edificio se inauguró el 6 de noviembre de ese mismo año. El 20 de diciembre obtuvieron un rescripto pontificio para restablecer el Colegio Teresiano de aspirantes al hábito que la Provincia tenía. Éste se mantuvo en Burriana hasta 1904, pero por falta de recursos económicos se suspendieron las obras en dos ocasiones (hasta 1904 y en 1914). Diez años después se reiniciaron las obras hasta la culminación definitiva del Colegio.

La monumental iglesia —que los antiguos gustaban de llamar el “templo de San José”— es de estilo neogótico, obra del arquitecto Godofredo Ros de Ursinos. El 1 de mayo de 1898 se colocó la primera piedra y, después de varias prolongadas interrupciones, al igual que la edificación del convento, fue solemnemente inaugurada el 17 de abril de 1929. Actualmente cuenta en su interior con valiosas obras de arte religioso contemporáneo.

En 1936, a causa de la persecución religiosa en la Guerra Civil, la comunidad fue expulsada del convento que lo recuperó en 1939. Siete de sus miembros merecieron la palma del martirio. Fueron éstos: Ricardo Planelles del S. Corazón (prior), Ángel María Broch de la S. Familia (dtor. del Colegio), Gonzalo Huguet de Sta. Cecilia (músico), Jacobino Solá del N. Jesús, Ludovico Viciedo del Corazón de Jesús (predicador), Francisco Vivó del N. Jesús (escultor), y Manuel Casalta de María y José. El proceso de beatificación de todos ellos, junto con otros 27 frailes de la Provincia de Sta. Teresa, se encuentra muy avanzado.

Durante los cien años de presencia en Burriana (se celebró el I Centenario, 1896-1996, con numerosos actos y publicaciones), los carmelitas descalzos han desarrollado una gran actividad espiritual, cultural y artística: el Colegio “Niño Jesús de Praga” y su gran salón de actos en el campo humano y espiritual; importantes artistas como el P. Roque Guinot de San José (gran mecenas), o los ya citados P. Gonzalo de Sta. Cecilia y Hno. Francisco del Niño Jesús (mártires), y también el pintor Juan de Dios Morenilla, que han sido creadores de escuela y formadores de artistas (como Juan Bautista Porcar). Cabe destacar además la valiosa aportación de las diversas asociaciones carmelitanas que funcionaron desde el principio. Ellas han sabido crear un clima de vida cristiana y, de forma especial, fomentar la devoción a la Virgen del Carmen y a su escapula.

Antigua postal del convento de las carmelitas
Antigua postal del convento de las carmelitas

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