"Acompañamos a cristianos perseguidos a través de Solidaridad Internacional Trinitaria" Fr. Daniel García, provincial de los Trinitarios: "En nuestra orden damos gloria a Dios Trinidad llevando al cautivo libertad"

Reelección de Fr. Daniel García Camino, Ministro Provincial de los trinitarios
Reelección de Fr. Daniel García Camino, Ministro Provincial de los trinitarios

"Se han unificado las dos provincias italianas y las dos provincias españolas, que desde la restauración en el siglo XIX eran las más fuertes. La Orden está creciendo en las nuevas presencias: Madagascar, Congo, Gabón, India, Vietnan, Filipinas Polonia…"

"Trabajamos en distintos campos pastorales con identidad redentora con estas fundaciones: la “Fundación Pro Libertas” con cinco centros sociales que acogen a presos,  emigrantes y atiende comedores sociales; la “Fundación Argía” hospital de día para enfermos psíquicos, con venticuatro pisos tutelados y dos residencias; la Fundación Beato Domingo, una residencias de ancianos"

Nuestra Orden hunde sus raíces en el siglo XII. El 17 de diciembre de 1198, Inocencio III aprobó nuestra Regla con la Bula “Operante divine dispositionis”, con el nombre de la Orden de la Santísima Trinidad y Redención de Cautivos. Nuestro fundador es San Juan de Mata.

Nuestro nombre de trinitarios procede por tanto de nuestro titular, la Santísima Trinidad. En su festividad renovamos por devoción nuestros votos y en ese día se elige cada seis años al Ministro General. Veneramos a la Trinidad como redentora, de ahí que nuestro carisma se define en dos palabras: Trinidad y Redención, damos gloria a Dios Trinidad llevando al cautivo libertad. El Dios trinitario es un Dios redentor y liberador.

Nuestra Orden fue reformada en 1599 por San Juan Bautista de la Concepción. La rama calzada desaparece en Roma en 1894, con su último general Antonio Martín Bienes. La Orden trinitaria se mantiene, después de las exclaustraciones europeas, gracias a la casa de Roma San Carlino Quattro Fontane de los trinitarios descalzos españoles, desde ella renace de nuevo la Orden. En 1879 recuperamos el antiguo convento de Alcázar de San Juan y volvemos a España.

El Concilio Vaticano II nos obligó a revisar nuestra identidad trinitaria, que quedó recogida en nuestras actuales constituciones, donde se dice que los trinitarios “… se consagran con un título especial a la Trinidad y siguen más de cerca a Cristo Redentor, con un servicio de caridad y redención… (nº1).

Santuario de la Virgen de la Cabeza
Santuario de la Virgen de la Cabeza

En junio del 2019, tuvimos el último Capítulo General en Roma, en ese momento la Orden contaba con 650 religiosos, con problemas vocacionales en Europa. Se han unificado las dos provincias italianas y las dos provincias españolas, que desde la restauración en el siglo XIX eran las más fuertes. La Orden está creciendo en las nuevas presencias: Madagascar, Congo, Gabón, India, Vietnan, Filipinas Polonia… y en los vicariatos de América latina. No así, en USA y Canadá.

Nuestro apostolado redentor se manifiesta principalmente en dos campos: la pastoral penitenciaria y los cristianos perseguidos, a través del organismo Solidaridad Internacional Trinitaria (SIT). La nueva Provincia de España se denomina del Espíritu Santo y somos unos 150 religiosos, con los dos vicariatos de América Latina. Trabajamos en distintos campos pastorales con identidad redentora con estas fundaciones: la “Fundación Pro Libertas” con cinco centros sociales que acogen a presos,  emigrantes y atiende comedores sociales; la “Fundación Argía” hospital de día para enfermos psíquicos, con venticuatro pisos tutelados y dos residencias; la Fundación Beato Domingo, una residencias de ancianos.

Trabajamos también en la pastoral general con parroquias en casi todas nuestras casas; en la pastoral de la salud con enfermos, siendo capellanes de hospitales; en colegios concertados, con la Fundación Santísima Trinidad (FEST) en familia trinitaria (trinitarios y cuatro ramas de religiosas trinitarias).

Daniel García

"Nuestra Regla no habla de conventos sino de 'domus Trinitatis', nuestra comunidades quieren ser casas de acogida"

También llevamos dos santuarios marianos, la Virgen de la Cabeza (Jaén) y la Bien Aparecida (Cantabria). Como familia trinitaria llevamos también el histórico comedor del Ave María, en el centro de Madrid, creado por San Simón de Rojas en 1611. Y finalmente, colaboramos con las obras sociales que tienen nuestros dos vicariatos de América Latina San Simón de Rojas y Beato Domingo, en casi todos los países de América del Sur.

Para la propagación del misterio trinitario, tenemos un Secretariado Trinitario que funciona como editorial; organiza simposios de teología trinitaria en Salamanca y Congresos en línea con nuestro carisma trinitario-redentor en Granada; editando revistas científicas como “Estudios Trinitarios” y “Trinitarium”, y divulgativas como “Trinidad y Liberación”. Algunos religiosos también se dedican a la enseñanza teológica.

Durante la pandemia no nos hemos quedado encerrados en nuestras casas, sino que hemos intentado seguir ofreciendo vida y libertad, ya en nuestros comedores (Ave María y Córdoba); en nuestras fundaciones (Pro-libertas, Argía, Residencia beato Domingo), que no cerraron; en nuestros colegios que han seguido trabajando telemáticamente, buscando nuevas formas y siendo creativos; en nuestras parroquias ofreciendo mensajes y servicios litúrgicos a través de los medios de comunicación… A pesar de las limitaciones del confinamiento, hemos seguido viviendo nuestra identidad trinitaria, ofreciendo espacios de amor y libertad e incluso fortaleciendo nuestra vida fraterna.

Somos una Orden pequeña, pero desde nuestra humildad queremos ofrecer espacios de acogida allí donde estemos, presentando la imagen de un Dios Trinidad que es comunión, hogar. Nuestra Regla no habla de conventos sino de “domus Trinitatis”, nuestra comunidades quieren ser casas de acogida, donde acogemos a Dios Trinidad (consagración), acogemos al hermano (vida fraterna) y acogemos al cautivo, al pobre y al enfermo (misión). Como nos decía San Pablo VI, los trinitarios hemos nacido para la liberación, para que todo hombre alcance vivir la libertad de los hijos de Dios.

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