Inspector de la provincia salesiana 'Santiago el Mayor' Fernando García: "Nuestra sociedad se va crispando más y más (...), no podemos entrar en este juego si queremos ser fieles al Evangelio"

Fernando García Sánchez, Provincial de la Inspectoría salesiana Santiago el Mayor
Fernando García Sánchez, Provincial de la Inspectoría salesiana Santiago el Mayor

"Pienso que podemos aprender a vivir más despacio, a vacunarnos de un activismo estresante y a cuidarnos más y cuidar a las personas. Creo que podemos aprender a ser evangelizadores con espíritu, cultivar una mirada más contemplativa y confiar más en lo que está más allá de nuestros planes y programaciones"

"Hemos perdido a más de veinte salesianos", explica Nando, quien sin embargo cree que podemos vivir el futuro con esperanza. "Pero sin fe, es difícil tener esperanza"

Fernando García es el inspector provincial de la provincia salesiana de 'Santiago el Mayor', que hoy celebra, junto a toda la familia de Don Bosco, el día de María Auxiliadora. Un buen momento para repasar el 'estado de salud' de la congregación, al término de un curso marcado por el impacto del coronavirus. "Muchas miradas se dirigen este año a la Virgen, para pedir auxilio ante las dificultades. En tiempos difíciles, necesitamos especialmente sentir la protección de la madre de la familia", nos cuenta.

"Hemos perdido a más de veinte salesianos", explica Nando, quien sin embargo cree que podemos vivir el futuro con esperanza. "Pero sin fe, es difícil tener esperanza". "Seguiremos trabajando por los más desfavorecidos, por los últimos, como no hemos dejado de hacer en la época más difícil del confinamiento".

"Hay más reflexión en las personas de lo que parece y creo que hay una mayor sensibilidad a los detalles, a las palabras de ánimo y a los signos de esperanza. Pero al mismo tiempo, nuestra sociedad se va crispando más y más por los relatos políticos y la polarización social. El desencanto crece y afloran las consecuencias emocionales, psicológicas y espirituales de lo vivido. No podemos entrar en este juego si queremos ser fieles al Evangelio". Para pensar.

¿Cómo preparan María Auxiliadora los salesianos españoles?

Con ilusión y con esperanza. La fiesta de María Auxiliadora es una fecha marcada en el calendario para quienes se han educado en nuestros centros y para quienes forman parte de nuestra familia salesiana. Podemos decir que ella es nuestro signo de identidad y nuestra mejor marca corporativa.

¿Qué tiene de especial este año? ¿Por qué es tan importante Auxiliadora en los centros de la orden?

Nuestros ambientes son populares y la devoción a María Auxiliadora toca el corazón de personas sencillas de todas las edades. Es una expresión de fe y también de un ambiente de fiesta del que uno se siente parte. Sin duda que este año la fiesta está condicionada por la pandemia. Por un lado, porque no podemos realizar el habitual despliegue de actividades que convierten nuestras casas en una fiesta de amplia acogida. Por otro, porque más que nunca, muchas miradas se dirigen este año a la Virgen, para pedir auxilio ante las dificultades. En tiempos difíciles, necesitamos especialmente sentir la protección de la madre de la familia.

Acaba un curso marcado por el coronavirus y las restricciones. ¿Qué balance hacen en sus centros?

 A pesar de las dificultades he podido hacerme presente en las 51 casas que conforman nuestra Inspectoría del centro y noroeste de España. Me siento orgulloso del esfuerzo realizado en cada una de ellas para dar normalidad a las necesidades relacionales de niños, adolescentes y jóvenes. Creo que no nos hemos refugiado en nuestros castillos, sino que la educación se ha abierto camino.

En mis visitas a las casas, he podido trasmitirles tres ideas. En primer lugar, mi agradecimiento por la calidad humana de las personas y su entrega vocacional. He visto a mucha gente cansada física y emocionalmente, pero en la mayor parte de los casos, era un cansancio satisfecho por el trabajo realizado.  En segundo lugar, les he expresado mi convicción de que este año, más que nunca, era necesario educar con corazón salesiano. Los muchachos tras el confinamiento, necesitaban relacionarse y encontrarse con referentes adultos que les ayudaran desde la cercanía, el cariño y la familiaridad a reflexionar sobre lo vivido. No podemos abandonar a los jóvenes a su suerte aislados emocionalmente, aunque estén hiperconectados tecnológicamente. Aunque la presencia haya estado limitada por las restricciones, este año ha resultado esencial. Por último, considero que a la luz de los problemas que nos ha tocado afrontar, todos podemos reflexionar sobre la importancia que le damos a ciertas cosas que acaban por generar división y malestar entre nosotros. Tal vez hayamos tenido una oportunidad para centrarnos más en lo esencial de la vida y aprender a relativizar ciertas cuestiones que acaban por agobiarnos, dividirnos y nos crean ataduras que no nos dejan ser libres.

Fernando García, inspector de Santiago el Mayor de los salesianos
Fernando García, inspector de Santiago el Mayor de los salesianos

-¿Qué ha supuesto para usted, como máximo responsable, la gestión de la pandemia? ¿Cómo ha afectado a los salesianos?

La pandemia nos ha afectado a los religiosos con fuerza, porque ha golpeado a nuestras comunidades y hemos perdido a más de veinte salesianos. También ha golpeado a elementos fundamentales de nuestra pedagogía y espiritualidad. No podemos concebir nuestra relación educativa sin presencia física, demostración de afecto, cercanía, generación de un ambiente de familia con actividades en las que los jóvenes disfrutan y se sienten a gusto.

En una ocasión, recordando un episodio de la vida de Don Bosco en el que al ser expulsado de un lugar para otro, animó a sus chicos comparando el Oratorio con las coles que tenían que ser trasplantadas para crecer más fuertes, yo he comparado este año como un tiempo de barbecho en el que ha habido campos que no se han sembrado para que la tierra se regenere y pueda dar mejores frutos en el futuro.

-¿Podemos mirar el futuro con esperanza? ¿Cuáles son las claves de futuro?

Por supuesto que sí.  Pero sin fe, es difícil tener esperanza. Este año he podido palpar hasta qué punto es cierta la parábola de Jesús, de la casa construida sobre roca. He comprobado que hay una fe mucho más sólida de lo que parece en la vida de muchas personas.

Creo que se abre un tiempo nuevo donde puede brotar una mayor receptividad a propuestas espirituales y a cultivar una actitud contemplativa ante la vida. En nuestra pastoral juvenil estamos desarrollando un itinerario de interioridad y oración y otro de acompañamiento que tras esta pandemia cobran un valor añadido.

Pienso que podemos aprender a vivir más despacio, a vacunarnos de un activismo estresante y a cuidarnos más y cuidar a las personas. Creo que podemos aprender a ser evangelizadores con espíritu, cultivar una mirada más contemplativa y confiar más en lo que está más allá de nuestros planes y programaciones.

Seguiremos trabajando por los más desfavorecidos, por los últimos, como no hemos dejado de hacer en la época más difícil del confinamiento.

#Somosmás, campaña de Misiones Salesianas
#Somosmás, campaña de Misiones Salesianas

Hace un año hablábamos de cómo saldríamos, si mejores o peores, de esta crisis. ¿Cómo estamos saliendo?

No me gustan los eslóganes y menos aún cuando se utilizan para el marketing y la propaganda. Siempre he considerado que la rutina y la inercia son dos elementos que apagan la pasión y adormecen la vida. Sin duda, lo extraordinario de este tiempo, ha hecho que la rutina salte por los aires. De aquí brota una oportunidad para reflexionar. ¿Para quién soy yo? ¿Dónde pongo los acentos de mi vida? ¿Qué es lo realmente importante?

Hay más reflexión en las personas de lo que parece y creo que hay una mayor sensibilidad a los detalles, a las palabras de ánimo y a los signos de esperanza. Pero al mismo tiempo, nuestra sociedad se va crispando más y más por los relatos políticos y la polarización social. El desencanto crece y afloran las consecuencias emocionales, psicológicas y espirituales de lo vivido. No podemos entrar en este juego si queremos ser fieles al Evangelio.

Tenemos el reto de no defraudar los deseos más profundos que hay en la vida de las personas. Los salesianos seguiremos educando y evangelizando desde el ambiente, la cercanía y la familiaridad. Sin duda, no podremos hacer el bien si nosotros no estamos bien, por eso el primer reto es cuidar la vida personal y espiritual de cada uno de nosotros, de los educadores y agentes de pastoral para poder seguir siendo testigos de Jesús y de su evangelio.

Campaña de Misiones Salesianas
Campaña de Misiones Salesianas

Volver arriba