Entrevista al Provincial de la Inspectoría Salesiana de Santiago el Mayor Fernando García: "En España tenemos que revisar muchas cosas para que la transmisión de la fe sea creíble"

Fernando García Sánchez, nuevo Provincial de la Inspectoría salesiana Santiago el Mayor
Fernando García Sánchez, nuevo Provincial de la Inspectoría salesiana Santiago el Mayor

"Creo sinceramente que de esta pandemia no podemos salir igual, podremos hacerlo mejor pero también peor (...) Mi deseo es que todo cuanto estamos viviendo, nos haga personal e institucionalmente más auténticos y creíbles"

"La iglesia en España tiene muchos rostros. Sería un error identificar a la Iglesia española con una estructura o un organismo"

"Tenemos un reto con las ofertas de espiritualidad y oración que no acaban de convocar porque no conectamos suficientemente con la sensibilidad de esta época y las personas acaban por buscar en otros sitios lo que durante siglos encontraron en nuestros templos y ritos"

"A nivel de gobierno, de estructuras, los cambios se van realizando con más lentitud que entre el pueblo y la gente sencilla. Las mentalidades no se cambian de la noche a la mañana"

"Don Bosco fue un hombre de Dios y no podemos reducir su figura. Su santidad fue muy parecida a esa de la puerta de al lado, de la que habla el papa Francisco en la Gaudete et exsultate"

"La Ley Celaá abre un camino para que la libertad de elección no prime sobre la planificación de la administración, con la carga ideológica que lamentablemente tiene la intervención política en la educación en nuestro país"

A Fernando García (Nando, para los amigos), desde hace unos meses nuevo inspector de la provincia de Santiago el Mayor de los Salesianos (centro y noroeste de España), le cogió el cargo poco antes de que la pandemia acabara con los abrazos. Para un hombre como él, acostumbrado a la cercanía, el coronavirus fue un nuevo reto. "Más allá de eslóganes o de frases para el marketing, esta pandemia toca los fundamentos sobre los que construimos nuestra vida y nuestra vocación", sostiene, en esta entrevista con RD.

Retos como los que afrontó siendo director de varios colegios, y como lo hace ahora, al ponerse al frente de la congregación con mayor número de colegios de España, en mitad de los cambios de una reforma educativa que, asegura, tiene "una gran carga ideológica y absoluta falta de consenso". Y, también, del progresivo alejamiento de los fieles de los templos y la visión católica. "Tenemos un reto con las ofertas de espiritualidad y oración que no acaban de convocar porque no conectamos suficientemente con la sensibilidad de esta época y las personas acaban por buscar en otros sitios lo que durante siglos encontraron en nuestros templos y ritos", añade.

¿Cuál es la realidad, hoy, de los salesianos españoles? 

La España salesiana está configurada en dos provincias o inspectorías, como nosotros decimos en nuestra terminología. Yo soy el inspector de la zona centro y noroeste que agrupa nueve comunidades autónomas. Nuestras casas se estructuran en cuatro ambientes que intentamos que funcionen de forma cohesionada: Colegios, Parroquias, Centros Juveniles y Plataformas Sociales para personas en riesgo de exclusión social. He utilizado la palabra casas, porque nacimos como una familia y eso es un tesoro carismático que tenemos que cuidar en las relaciones interpersonales y en las estructuras organizativas. En España somos unos 900 en 126 comunidades. Algo más de 500 en la inspectoría con sede en Madrid y un número muy grande de seglares con un sentido vocacional de pertenencia a nuestra familia que hacen posible que se lleve a cabo la vida y la misión de cada una de las 51 casas de la inspectoría.

Fernando García, inspector de Santiago el Mayor de los salesianos
Fernando García, inspector de Santiago el Mayor de los salesianos

¿Cómo habéis vivido la pandemia? ¿Cómo ha afectado a la congregación?

Nos encontrábamos en Turín en el Capítulo General cuando la pandemia se iniciaba en Italia. El Capítulo se suspendió un mes antes de lo previsto y regresamos a España el mismo día que se decretaba el estado de alarma. Una de las primeras naciones, cuyas casas se vieron fuertemente afectadas fue España y en concreto nuestra inspectoría. Entre finales de marzo y primeros de abril murieron 24 salesianos. Sin duda ha sido y está siendo, una situación dolorosa pero también con sus lecturas positivas. Durante el confinamiento pudimos comprobar el caudal de generosidad y calidad humana y espiritual de muchas personas de nuestro entorno. Profesores que se movilizaron para utilizar nuestros talleres de Formación Profesional para colaborar con hospitales en la fabricación de materiales de protección cuando estos escaseaban; entrega de educadores sociales para que no se pararan los proyectos con personas en exclusión; ingenio pastoral para seguir atendiendo en las parroquias las necesidades espirituales y materiales de las personas; generosidad de los profesores y equipos directivos para que el curso pudiera arrancar y seguir adelante a pesar de todas las inseguridades.

Creo sinceramente que de esta pandemia no podemos salir igual, podremos hacerlo mejor pero también peor. Por eso más allá de eslóganes o de frases para el marketing, esta pandemia toca los fundamentos sobre los que construimos nuestra vida y nuestra vocación. Mi deseo es que todo cuanto estamos viviendo, nos haga personal e institucionalmente más auténticos y creíbles.

Estás en plena visita a las casas de la inspectoría. ¿Qué te has encontrado?

La visita del inspector a las casas es un elemento característico de nuestro estilo de animación y gobierno desde el ambiente de familia. Hablo personalmente con cada religioso, con cada uno de los seglares que tienen cargos de responsabilidad. Me encuentro con equipos directivos de los diferentes ambientes. Para mí está siendo un regalo y una oportunidad de asomarme a la vida de las personas. Encuentro ilusión, agradecimiento por las palabras de ánimo, deseo de recuperar esos momentos de encuentro con los jóvenes sin los que nuestra pedagogía queda huérfana. Encuentro compromiso vocacional y misión compartida. Lógicamente también encuentro miedos y personas desanimadas y superadas por la situación.

Jóvenes-Salesianos
Jóvenes-Salesianos

Muchas veces me viene a la cabeza la parábola de Jesús de la casa construida sobre roca y la estoy comprobando en la paz y la fortaleza con que muchas personas están viviendo en nuestras casas. Normalmente en la vida las cosas no se improvisan y los testimonios admirables ante las dificultades nacen de lo que se ha ido forjando en la persona de manera discreta a lo largo de los años. 

¿Cómo ves la Iglesia española hoy?

Considero que la iglesia en España tiene muchos rostros. Sería un error identificar a la Iglesia española con una estructura o un organismo. El papa Francisco nos pide que seamos misioneros con espíritu, es decir personas que oran y trabajan. Creo que en España la iglesia está cumpliendo esta recomendación por muchos medios e instituciones.

Ciertamente tenemos que revisar muchas cosas para que la transmisión de la fe sea creíble. Tenemos un reto con la pastoral familiar, con el papel de la parroquia en la vida de las personas más allá de una prestación de servicios sacramentales. Tenemos un reto con las ofertas de espiritualidad y oración que no acaban de convocar porque no conectamos suficientemente con la sensibilidad de esta época y las personas acaban por buscar en otros sitios lo que durante siglos encontraron en nuestros templos y ritos. Y no hablo de lo que otros tengan que cambiar sino de lo que, desde mi puesto, como iglesia, nosotros tenemos que seguir reflexionado y revisando en nuestra pastoral juvenil.

Fernando García, con María Auxiliadora
Fernando García, con María Auxiliadora

¿Ha llegado el estilo de Francisco a la Iglesia española?

Creo que el papa Francisco ha conectado con la sensibilidad de la sociedad española y de la gente sencilla. Más allá de gestos que puedan ser utilizados para argumentaciones en una u otra dirección, el mensaje que el papa nos ha dejado, fundamentalmente en sus exhortaciones apostólicas, creo que ha llegado a muchos cristianos. Personas como pueden ser mis padres, sin grandes estudios, pero con una importante sabiduría popular.

A nivel de gobierno, de estructuras, los cambios se van realizando con más lentitud que entre el pueblo y la gente sencilla. Las mentalidades no se cambian de la noche a la mañana. No es cuestión muchas veces de contenidos doctrinales que discutir, sino de modos de hacer, de pedagogía, de estilos que están ligados a la historia, a la trayectoria y a las personas. Esto pasa en todas las instituciones y sabemos que en la iglesia los cambios siempre son más lentos que en otros lugares.

¿Qué vigencia tiene la vida de Don Bosco en la sociedad actual?

Don Bosco es un tesoro para la familia salesiana, porque su vida tuvo tanta riqueza humana y espiritual que puede ser recreada como fuente de inspiración para situaciones que vivimos hoy.

Por ponerte un ejemplo. En los colegios llevamos años hablando de la innovación pedagógica. Don Bosco desde el barrio de Valdocco en Turín exportó a Europa y a América en el siglo XIX, un nuevo estilo pedagógico que llamó el sistema preventivo. Estaba convencido de que la educación era cosa del corazón y de que los educadores tenían que tener familiaridad con los alumnos. Don Bosco fue un hombre concreto que tradujo en prácticas pedagógicas sus principios de vida. Hoy se habla muchísimo de la medicación para la convivencia escolar y Don Bosco ya había introducido esta manera de educar en la que el protagonismo de los jóvenes se traducía en compromisos concretos para acompañar a sus propios compañeros y generar un ambiente de amplia acogida.

Jóvenes salesianos en camino
Jóvenes salesianos en camino

Don Bosco fue un hombre de Dios y no podemos reducir su figura. Su santidad fue muy parecida a esa de la puerta de al lado, de la que habla el papa Francisco en la Gaudete et exsultate. Alegría, sentido del humor, audacia, fervor, aguante, paciencia, mansedumbre… él vivió todas estas características con una vida llena de historias y situaciones que siguen siendo fascinantes.

Por último, Don Bosco tuvo una intuición muy avanzada a su época. Él consideró que tenía que contar con todas las personas disponibles para esa tarea que le había sido confiada de “salvar a la juventud”. Para ello involucró a su propia madre, Mamá Margarita, a la que llevó a vivir con él y a otras mujeres que aportaron el genio femenino a la educación del Oratorio. Involucró a empresarios, a personas influyentes de la sociedad a quien fuera preciso para poder cumplir el sueño por el que Dios le había encomendado una misión. De esta forma nació el ambiente de familia y el sentido comunitario y de amplia acogida de las casas salesianas.

Los salesianos sois expertos en educación. ¿Qué os parece la nueva ley educativa? ¿Cómo os afecta?

Me preocupa la información sesgada y la demagogia con la que se habla de los conciertos educativos a las personas que no conocen las reglas del juego con las que desde hace años llevamos trabajando al servicio de la sociedad.

El gran problema de esta ley es que da los instrumentos jurídicos para que las administraciones públicas puedan anteponer sus proyectos y planificaciones sobre la elección de las familias. Ese es el gran problema. Claro que los efectos no se verán de forma inmediata, pero abre un camino para que la libertad de elección no prime sobre la planificación de la administración, con la carga ideológica que lamentablemente tiene la intervención política en la educación en nuestro país.

Por ponerte dos ejemplos. Yo he sido director de dos colegios en Madrid donde teníamos la oferta más amplia de FP Básica de la localidad. A nuestro colegio venían alumnos de diferentes institutos públicos tras no conseguir terminar la ESO a hacer un ciclo de formación profesional básica. Se cumplían los criterios de baremación públicos para obtener plaza, se presentaba el ideario del centro antes de realizar la elección y se acogía a todos, vinieran de donde vinieran. ¿Dónde está ese elitismo de la escuela concertada? Que venga a las aulas de peluquería, de electricidad, de mecánica a verlo…

Colegio salesiano
Colegio salesiano

Si te hablo de los pequeños de 3 años, los criterios de baremación son claros y el Director del centro no tiene nada que hacer para decidir quien entra y quien no en su colegio. He tenido que acoger muchos sin sabores de padres que se quedaban sin plaza y no entendían que yo no pudiera hacer nada por mucha que fuera su identificación con los salesianos.

El problema es que esta ley abre las puertas para que sea la administración pública quien planifique y ante una progresiva bajada de la natalidad decida en diferentes localidades donde se habilitan las plazas y donde no. Claro que mañana no se verá esto de forma inmediato, pero la ley socava principios constitucionales vinculados con la libertad de los ciudadanos. Por eso la considero lesiva, por su gran carga ideológica y su absoluta falta de consenso.

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