El Papa agustino presidió la misa de inicio de la asamblea, que se prolongará hasta el 18 de septiembre "Escucha, humildad y unidad": La receta de León XIV para el Capítulo General de los Agustinos

León XIV se dirige a sus hermanos agustinos
León XIV se dirige a sus hermanos agustinos RD/Captura

Por primera vez en muchos años, el agustino Robert F. Prevost no participará en en capítulo General de su orden -el 188º de esta emblemática congregación- que hasta el 18 de septiembre reúne en Roma a 83 capitulares que habrán de elegir al sucesor del español Alejandro Moral Antón tras doce años de gobierno como prior general.

Pero quien también fue su prior general y ahora es el papa León XIV, quiso presidir la eucaristía con la que esta tarde se ha inaugurado esta asamblea, y en donde les invitó a que el ambiente de ese capítulo "sea de escucha: de escucha a Dios y a los demás"

Por primera vez en muchos años, el agustino Robert F. Prevost no participará en en capítulo General de su orden -el 188º de esta emblemática congregación- que hasta el 18 de septiembre reúne en Roma a 83 capitulares que habrán de elegir al sucesor del español Alejandro Moral Antón tras doce años de gobierno como prior general.

Pero quien también fue su prior general y ahora es el papa León XIV, quiso presidir la eucaristía con la que esta tarde se ha inaugurado esta asamblea, y en donde les invitó a que el ambiente de ese capítulo "sea de escucha: de escucha a Dios y a los demás".

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Desde la Basílica Romana de Sant'Agostino en Campo Marzio, donde se celebró la misa, el Papa invitó a sus hermanos –que representan a unos 2.500 frailes y unas 700 monjas de 41 circunscripciones en una cincuentena de países- a que vivan estas casi tres semanas de encuentro "con un esfuerzo sincero por comunicarse y comprender, y háganlo como una respuesta generosa al gran y único don de luz y gracia que el Padre Celestial les da al llamarlos aquí, a ustedes, para el bien de todos".

"Hagan todo esto con humildad", le dijo a continuación el Papa, buen conocedor de estos capítulos. "Que nadie crea tener todas las respuestas. Que cada uno comparta abiertamente lo que tiene. Que todos acojan con fe lo que el Señor inspira", señaló Prevost.

Alejandro Moral y Luis Marín, primeros por la izquierda y la derecha, respectivamente
Alejandro Moral y Luis Marín, primeros por la izquierda y la derecha, respectivamente RD/Captura

Junto a ello, quiso destacar, de acuerdo con la Liturgia de la Palabra del día, el valor de la unidad. "Que la unidad sea un objetivo indispensable de sus esfuerzos, pero no solo eso: también debe ser el criterio para evaluar sus acciones y su trabajo conjunto, porque lo que une proviene de Él, pero lo que divide no puede", afirmó el Papa.

Finalmente condensó en una frase todo lo que León XIV, de agustino a agustinos, quería decirles a sus hermanos de cara a la elección de quien será el 98º prior general, pero también al nuevo consejo que saldrá del capítulo general: "Escucha, humildad y unidad: estas son tres sugerencias útiles que la liturgia te ofrece para los próximos días. Os invitamos a hacerlas vuestras"!.

Misa de apertura del Capítulo General de los Agustinos presidida por León XIV
Misa de apertura del Capítulo General de los Agustinos presidida por León XIV RD/Captura

Homilía del Papa

Queridos hermanos, celebramos esta Eucaristía al inicio del Capítulo General, un momento de gracia para la Orden Agustiniana y para toda la Iglesia.

En la Misa votiva del Espíritu Santo, pedimos que Él, por quien el amor de Cristo habita en nuestros corazones (cf. Rm 5,5), guíe su trabajo día a día.

Un antiguo autor, hablando de Pentecostés (cf. Hch 2,1-11), lo describe como un «triunfo abundante e irresistible del Espíritu» (Dídimo el Ciego, De Trinitate, 6, 8: PG 39, 533). Pedimos al Señor que sea lo mismo para ustedes: que su Espíritu prevalezca sobre toda lógica humana, de manera «abundante e irresistible», para que la Tercera Persona de Dios se convierta verdaderamente en la protagonista de los días venideros.

Misa de inicio del Capítulo General de los agustinos
Misa de inicio del Capítulo General de los agustinos RD/Captura

El Espíritu Santo habla, hoy como en el pasado. Lo hace en la «penetralia cordis» y a través de los hermanos y las circunstancias de la vida. Por ello, es importante que el ambiente del Capítulo, en armonía con la tradición centenaria de la Iglesia, sea de escucha: de escucha a Dios y a los demás.

Meditando sobre Pentecostés, nuestro Padre Agustín, respondiendo a la provocativa pregunta de quienes preguntaban por qué, hoy, no se repite el extraordinario signo de la «glosolalia», como en su día en Jerusalén, ofrece una reflexión que creo les será muy útil en el mandato que están a punto de cumplir. Dice: «Al principio, cada creyente [...] hablaba en todas las lenguas [...]. Ahora el cuerpo de los creyentes habla en todas las lenguas. Por lo tanto, incluso ahora, todas las lenguas son nuestras, pues somos miembros del cuerpo que habla» (Sermo 269, 1).

Queridos hermanos, aquí juntos, son miembros del Cuerpo de Cristo, que habla todas las lenguas. Si no todas las del mundo, ciertamente todas las que Dios sabe que son necesarias para el cumplimiento del bien que, en su sabiduría providente, les confía.

Imagen de San Agustín en la misa de inicio del Capítulo General de los agustinos
Imagen de San Agustín en la misa de inicio del Capítulo General de los agustinos RD/Captura

Vivan estos días, por tanto, con un esfuerzo sincero por comunicarse y comprender, y háganlo como una respuesta generosa al gran y único don de luz y gracia que el Padre Celestial les da al llamarlos aquí, a ustedes, para el bien de todos.

Y llegamos a un segundo punto: hagan todo esto con humildad. San Agustín, al comentar la variedad de maneras en que el Espíritu Santo se ha derramado sobre el mundo a lo largo de los siglos, interpreta esta multiplicidad como una invitación a humillarnos ante la libertad e inescrutabilidad de la acción de Dios (ibíd., 2). Que nadie crea tener todas las respuestas. Que cada uno comparta abiertamente lo que tiene. Que todos acojan con fe lo que el Señor inspira, sabiendo que «tan altos como los cielos sobre la tierra» (Is 55,9), tan altos son sus caminos sobre nuestros caminos y sus pensamientos sobre nuestros pensamientos. Solo así el Espíritu podrá «enseñar» y «recordar» lo que Jesús dijo (cf. Jn 14,26), grabándolo en sus corazones para que su eco se extienda desde ellos en la singularidad e irrepetibilidad de cada latido.

Sin embargo, hay un punto de reflexión más que quisiera destacar en lo que la Liturgia de la Palabra nos ofrece hoy: el valor de la unidad. En la primera lectura, san Pablo, hablando de la comunidad de Corinto, ofrece una descripción fácilmente aplicable a esta asamblea. De hecho, también aquí, «a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común» (1 Co 12,7); también aquí «todo esto lo obra un mismo Espíritu, que reparte a cada uno como quiere» (v. 11); y de ustedes también puede decirse que «así como [...] el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, aunque muchos, son un solo cuerpo, así sucede con Cristo» (v. 12).

Misa de inicio del Capítulo General de los agustinos
Misa de inicio del Capítulo General de los agustinos RD/Captura

Que la unidad sea un objetivo indispensable de sus esfuerzos, pero no solo eso: también debe ser el criterio para evaluar sus acciones y su trabajo conjunto, porque lo que une proviene de Él, pero lo que divide no puede. En este sentido, san Agustín nos ayuda de nuevo, comentando el milagro de Pentecostés: «Así como entonces las diferentes lenguas que un hombre podía hablar eran signo de la presencia del Espíritu Santo, ahora el amor a la unidad [...] es signo de su presencia» (ibíd., 3). Y continúa: «Así como los hombres espirituales se alegran de la unidad, los hombres carnales siempre buscan el conflicto» (ibíd.). Por lo tanto, pregunta: «¿Qué fuerza mayor que la piedad es el amor a la unidad?» y concluye: «Tendrás el Espíritu Santo cuando permitas que tu corazón se aferre a la unidad mediante la caridad sincera» (ibíd.).

Escucha, humildad y unidad: estas son tres sugerencias útiles que la liturgia te ofrece para los próximos días. Os invitamos a hacerlas vuestras, renovando la oración que dirigimos al Señor al inicio de esta Celebración: «El Espíritu Paráclito, que procede de ti, oh Padre, ilumine nuestras mentes y, según la promesa de tu Hijo, nos guíe hacia la verdad completa» (cf. MISAL ROMANO, Misa Votiva del Espíritu Santo, B, Colecta).

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