Padre Alaniz, misionero del Verbo Encarnado: "Este terremoto ha sumado dolor al dolor" Misionero en Alepo: "Oremos para que se cancelen las restricciones a Siria"

Escombros de un edificio en la ciudad de Jindayris, Siria
Escombros de un edificio en la ciudad de Jindayris, Siria

El misionero argentino del Instituto del Verbo Encarnado, Hugo Alaniz, se une a las voces de la Iglesia pidiendo que se levanten las sanciones internacionales y el embargo contra Siria

Esta situación obstaculiza las operaciones de socorro y el envío de ayuda la población desolada por el violento seísmo

Hoy, una delegación de Naciones Unidas entró por primera vez desde el terremoto en las zonas controladas por los rebeldes en el noroeste de Siria, para evaluar las necesidades de las regiones más afectadas

(Vatican News).- “Pedimos oraciones para que las naciones del primer mundo invaliden y cancelen las restricciones y el bloqueo económico impuesto a Siria. Estas sanciones que no ayudan a que nuestras familias vivan con dignidad y que impiden en este momento a que las ayudas materiales lleguen con facilidad a destino”. Las palabras del padre Hugo Alaniz, misionero de la familia religiosa del Verbo Encarnado, llegan en un mensaje de video desde Alepo, asolada por un nuevo flagelo, tras 12 años de guerra.

El reciente terremoto ha sumado dolor al dolor a los cientos de familias que hoy viven en la calle, “muchas de las cuales no podrán volver a sus casas a causa de las averías que han sufrido”.

Padre Hugo Alaniz

“La situación actual se agrava por la baja temperaturas de este tiempo de invierno, -añade el sacerdote argentino - familias durmiendo en centros seguros, gimnasios, dentro de vehículos y hasta en a la intemperie”. A todos ellos, la Familia religiosa del Verbo Encarnado trata de asistir según sus posibilidades.

En nombre de los sacerdotes y misioneros de Instituto del Verbo Encarnado, presentes en la ciudad siria, el padre Alaniz pide oraciones “por todos ellos y por las víctimas de este terrible terremoto” y agradece por la cercanía.

"Pedimos oraciones por las familias de nuestras misiones que tanto han sufrido ya los diez años de guerra, una guerra que ha dejado este país en la miseria"

El agradecimiento a Dios por haberlos salvado, una vez más

“En Alepo se abrieron los principales edificios, Iglesias y colegios para socorrer a miles de víctimas. En el Obispado Latino donde vivimos, las puertas también se abrieron de par en par para socorrer a muchas familias cuyas casas ya no son seguras”, afirma por su parte la madre María del Cielo,  misionera del Instituto del Verbo Encarnado y Superiora provincial de Siria, Tierra Santa y Jordania, en una nota del Instituto. “Salones y habitaciones se convirtieron en un gran campamento, colchones en el piso y comidas comunitarias, para intercambiar palabras de aliento unos con otros”.

"¿Cuál es el comentario que sobresale? ¿Alguno podrá pensar que abundan las quejas, preguntándose por qué nuevamente llega tan grande catástrofe? No… Las palabras que han aflorado de sus labios han sido de agradecimiento a Dios por haberlos salvado una vez más"

La labor de los misioneros del Verbo Encarnado en Siria

Los sacerdotes de la familia religiosa del Verbo Encarnado llegaron a Siria en el 2009 – narra la M. María del Cielo - “y muy pronto se sumaron religiosas de nuestro Instituto. Nuestros misioneros han estado todo el tiempo de la difícil guerra (2012-2017) y permanecen de un modo silencioso, demostrando a esa gente tan probada que la Iglesia no los deja solos, aun cuando pareciera que el mundo se ha olvidado”.

Además de las dos casas para acoger jóvenes universitarios con pocos recursos, a cargo del P. Enrique Gonzalez, IVE (los varones), y de la Madre Mariam Ilige, SSVM (las mujeres), la Congregación está abocada a la ayuda de los más necesitados en una de las zonas más pobres de Alepo, Midán, guiados por el P. Hugo Alaniz, IVE, párroco de la zona, quien organiza y forma jóvenes profesionales (doctores, farmacéuticos, ingenieros, arquitectos, contadores) para discernir quien realmente necesita ayuda y hacer más efectiva la obra de caridad por medio de los cupones de alimentos, medicinas para enfermedades crónicas o graves, asistencia médica, arreglos de casas, etc”, especifica la M. María del Cielo.

La misión también se dedica a labor con niños y adolescentes, “brindándoles asistencia escolar, comida, cursos varios, oratorio y catequesis. Actualmente suman casi 500”, relata la religiosa, destacando también la ayuda a “jóvenes con microemprendimientos, capacitación laboral y profesional, para que puedan rehacer sus vidas y cuenten con un trabajo digno para mantener sus familias”.

Rescates milagrosos

El terremoto del lunes 6 de febrero, que asoló el sudeste de Turquía y el noroeste de Siria ha causado más 35 mil muertos y ha dejado 85 mil heridos. Los equipos de rescate continúan trabajando con la esperanza de encontrar aún sobrevivientes: en las últimas horas, a 8 días del terremoto, un increíble rescate tuvo lugar en Asiyaman, una de las ciudades más cercanas al epicentro del sisma que devastó Turquía. Pocos minutos antes, dos personas, una de ellas, un joven de 17 años, fueron extraídos con vida entre los escombros y en buenas condiciones en Kahramanmaras. En Siria, según datos de la Onu, los fallecidos son unos 4.500.

Hoy, una delegación de Naciones Unidas entró por primera vez desde el terremoto en las zonas controladas por los rebeldes en el noroeste de Siria, para evaluar las necesidades de las regiones más afectadas. "Se trata en gran medida de una misión de evaluación", declaró a la AFP en Ginebra Kenn Crossley, director del Programa Mundial de Alimentos en Siria.

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