Tenía 71 años, 42 de sacerdocio y 50 de Compañía Muere el jesuita Vicent Antoni Catalá Carpintero, tras sufrir un infarto

Muere el jesuita Vicent Antoni Catalá
Muere el jesuita Vicent Antoni Catalá

"La noticia de su muerte, el domingo 8 de agosto, nos deja sin palabras y nos mete, de golpe, a redescubrir que 'la última palabra no la tiene la muerte'"

"Su forma de captar el Evangelio hacía que pudiéramos conocer a Jesús de un modo que a él le era familiar: el Jesús que alivia y quita cargas, que pacifica la vida…"

"Desde que unas mujeres, en la mañana de Pascua, proclamaron a viva voz que Jesús había resucitado, nos ha alcanzado la esperanza que 'la última palabra no la tiene la muerte'"

Acababa de terminar una tanda de Ejercicios en Barcelona y estaba a punto de regresar a Valencia. “Nos vemos esta noche en la comunidad”, nos decía Toni Catalá a sus compañeros jesuitas. La noticia de su muerte, este domingo 8 de agosto, nos deja sin palabras y nos mete, de golpe, a redescubrir que “la última palabra no la tiene la muerte“. Así lo decía el propio Toni:

“Estamos en pleno viernes y sábado santo en este tiempo doloroso que estamos viviendo, pero también sabemos en los más hondo de nuestros corazones que “la última palabra no la tiene la muerte”, que los que están siendo enterrados en soledad no van a parar al vertedero de la historia, sino que son abrazados por el Compasivo. Vivamos esperanzados haciendo, con la ayuda del Espíritu de Jesús, nuestro propio proceso de escuchar como la Vida palpita en fondo de la pena”.

Toni Catalá

Su forma de captar el Evangelio hacía que pudiéramos conocer a Jesús de un modo que a él le era familiar: el Jesús que alivia y quita cargas, que pacifica la vida… Y así nos provocaba a poner la mirada donde él ya tenía puesto el corazón:

“Jesús ha comenzado su misión “practicando” el Reinado de Dios que es algo que acontece cuando se libera, se perdona, se pone en pie, se alivia a las criaturas carentes y vulnerables. Nosotros empezamos de verdad y de corazón a ser seguidores de Jesús, a ser cristianos y cristianas, no cuando nos sabemos la “doctrina”, sino cuando experimentamos que Él es camino, verdad y vida, cuando desde su amor incondicional nos sentimos queridos y sanados”

Desde que unas mujeres, en la mañana de Pascua, proclamaron a viva voz que Jesús había resucitado, nos ha alcanzado la esperanza que “la última palabra no la tiene la muerte“… pero vamos a necesitar tiempo para reconocer que, como escribía Toni, “para el discípulo amado le basta ver el vacío de la tumba para percibir que la muerte no ha tenido la última palabra sobre Jesús, que el “cuerpo” de Jesús ahora es plenitud de Vida junto al Padre que lo ha levantado de entre los muertos, que ahora está junto al Dios de la Vida. Pedro necesitará un poco más de tiempo, pero sobre todo necesitará que el Señor retorne sobre él con una palabra de ánimo y fortaleza.”

Toni Catalá

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