El misionero comboniano nos cuenta la barbarie de la guerra en Sudán a través de sus 52 años de servicio J. Parladé, misionero en Sudán: "Debemos crecer con la comunidad, no tengáis miedo"

Padre J. Parladé
Padre J. Parladé

El Padre José Parlade nos cuenta la barbarie de la guerra en Sudán a través de sus 52 años de servicio en esa región africana, su salida de Sudán y sus vivencias de fé y servicio abnegado hacia los más pobres

La vida de una congregación católica en Sudán no es fácil, asegura, pero a sus 52 años de misionero ha logrado construir una parroquia, 27 escuelas primarias y secundarias con una capilla cada una y en la que se brinda apoyo con el pago de la inscripción

Abandonó el país porque le convencieron de que vendría a España por unas cortas vacaciones: "Nunca había sentido tentación de abandonar Sudán, pero no había vuelta atrás, los paramilitares arrasaban con todo a su paso"

(Escuela de Formación Misionera).- El Padre José Parlade es la historia que vive para contarse, sus palabras serán siempre el ejemplo de un misionero que fiel a su consagración a la vida religiosa, nos cuenta la barbarie de la guerra en Sudán a través de sus 52 años de servicio en esa región africana.

“Era domingo en la comunidad de Bahri, cuando escuchamos un estallido muy fuerte y me di cuenta de que era la sacristía y la baranda del segundo piso de la Casa Provincial y la librería, también había fuego en el techo de la iglesia”.

Así empieza a contar el Padre Parladé, su salida de Sudán y sus vivencias de fé y servicio abnegado hacia los más pobres y que abandonó el país porque le convencieron de que vendría a España por unas cortas vacaciones, así que, aunque no tiene esperanza en que termine la crisis pronto, el piensa que volverá a su comunidad después de un buen descanso. 52 años de entrega y servicio en nombre de los Misioneros Combonianos le han dado una vida fantástica y extraordinaria, así comentó.

"Nunca había sentido tentación de abandonar Sudán, pero no había vuelta atrás, los paramilitares arrasaban con todo a su paso"

Al momento del incendio recibieron ayuda de 4 voluntarios del Comboni College (Universidad de Ciencia y Tecnología, fundada por los Combonianos en Jartum), y no tenían agua ni electricidad, el generador se encendía una hora en la mañana y una hora en la tarde para no estropear la comida, asegura que nunca había sentido tentación de abandonar Sudán, pero no había vuelta atrás, los paramilitares arrasaban con todo a su paso.

Y ante su espíritu inquebrantable de lucha y resistencia, vino a relucir el significado de ser parte de una congregación religiosa en un país como Sudán y sus palabras fueron el relieve que abre la imaginación: Un misionero construyendo iglesias y escuelas en medio de la nada, sin dinero ni recursos, pero con un plan maestro como él decía: “Lo único que puede dar futuro, es una escuela”

La vida de una congregación católica en Sudán no es fácil, asegura, pero a sus 52 años de misionero ha logrado construir una parroquia que brinda servicio a cristianos que vienen de la región Nuba del Norte, otros de Darfur y algunos musulmanes; 27 escuelas primarias y secundarias con una capilla cada una y en la que se brinda apoyo con el pago de la inscripción.

¡Y eso es vida consagrada en Sudán! Crear futuro, ventanas de un futuro

Todo lo que él recibía se destinó a crear las escuelas y que la comunidad enseñara a ellos mismos y así empezó el primer poblado. “Hasta que ellos mismos abrían cada escuela y se abría una capilla y así empezó a trabajar en Sudán”.

Para despedir, el Padre Parladé nos regaló un mensaje con motivo de la próxima jornada mundial de la oración por las vocaciones y las vocaciones nativas, que se celebró este 30 de abril: “todo lo que damos lo recibimos y no perdemos nada, porque se goza el agradecimiento de ellos. Debemos crecer con la comunidad, no tengáis miedo”.

"Todo lo que damos lo recibimos y no perdemos nada … Debemos crecer con la comunidad, no tengáis miedo"

Con algunas lágrimas, el Padre Parladé se despide recordando la ayuda que recibió de su comunidad y afirma que se vive una experiencia fantástica y enriquecedora.

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