"Con pasión y compasión", lema de la jornada de las Vocaciones Nativas Promover las Vocaciones Nativas, elemento primordial de la misión ad gentes

(Luis Miguel Modino).- Se celebra este domingo, 17 de abril, la Jornada de las Vocaciones Nativas, que este año tiene como lema "Con pasión y compasión". Plantar las semillas para que puedan surgir vocaciones nativas es un desafío que debe ser asumido por aquellos que realizan el trabajo de misión ad gentes, pues uno de los grandes retos del misionero es crear los medios para que poco a poco las Iglesias de misión puedan ser autónomas, también en agentes de pastoral.

Como señala Anastasio Gil, Director de las Obras Misionales Pontificias en España, con motivo de esta Jornada, "es Dios quien toma la iniciativa en el envío a la misión, como un acto de su misericordia, pero pide una oración perseverante y confiada por las vocaciones; oración que no se puede separar de la necesidad de ayudarlas en el proceso de su formación, al servicio de la Iglesia universal".

En muchos lugares las diferencias culturales, de lengua, de visión espiritual, son tan grandes que resulta difícil entrar en la dinámica vital de la gente para quien llega de fuera. Que poco a poco surjan vocaciones en las comunidades locales hace que ese proceso resulte, evidentemente, mucho más sencillo y, en consecuencia, el anuncio de la Buena Noticia del Reino sea mejor entendido y asimilado, entrando en un verdadero proceso de inculturación del Evangelio.

En la Iglesia del Río Negro, en el noroccidente brasileño, las vocaciones nativas ha sido una preocupación de la Iglesia local. En la Diócesis de São Gabriel da Cachoeira son varios los religiosos y religiosas nacidos en las comunidades locales, principalmente salesianos y salesianas, presentes en la región desde hace más de cien años.

A ellos se están uniendo vocaciones para otras congregaciones presentes hoy en la Diócesis y de seminaristas que poco a poco van engrosando las filas del clero diocesano local. De hecho el buen número de seminaristas y candidatos, tanto hombres como mujeres, a la vida religiosa en sus diferentes procesos es una señal de esperanza para la Iglesia rio negrense.

En este sentido, Anastasio Gil afirma que "las numerosas vocaciones en los territorios de misión son un claro indicador de cómo éstas nacen cuando las comunidades cristianas tienen vibración de fe y compromiso evangelizador", pues "su origen está en el dinamismo de la actividad misionera".

Si realmente creemos que la misión es de la Iglesia, que es quien nos envía, y que ésta no ha comenzado ni va a terminar con nosotros, es una obligación para todo misionero preocuparse con la animación, discernimiento y acompañamiento de todas las vocaciones, sean éstas al ministerio ordenado, a la vida religiosa o al compromiso misionero laical. Este es el único camino para que el mandato del Señor continúe haciéndose presente hasta los confines del mundo. 

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