Josep Miquel Bausset La Regla de San Benito y el descanso en Ador

(Josep Miquel Bausset).- El Ayuntamiento de Ador, un pueblo valenciano de la comarca de la Sabor, ha emitido una ordenanza municipal por la que aconseja a las familias de este lugar, mantener el silencio después de la comida y hasta las cinco de la tarde, para así favorecer el descanso de los vecinos.

Esta ordenanza del Ayuntamiento de Ador (hecha con muy buen criterio) para respetar el descanso después de la comida, está basada, según decían las noticias de los medios de comunicación, en el silencio que San Benito impone a los monjes en la Regla.

La Regla de San Benito, un texto escrito el siglo VI, es un ejemplo de humanidad y de sentido común. Desde el Prólogo, y a lo largo de 73 capítulos, San Benito, por medio de la Regla, da una serie de normas y de consejos para ayudar a los monjes a vivir la fraternidad, y a hacer de cada monasterio una familia, donde el respeto, la ayuda mutua y la solicitud por cada uno de los miembros de la comunidad, ha de ser la norma de vida.

San Benito destaca como temas importantes de la Regla, además de la centralidad de la oración y de la entrega a Dios, la veneración de los ancianos, el dialogo comunitario, socorrer al que pasa tribulación, visitar a los enfermos, consolar al afligido, no guardar resentimiento, no satisfacer la ira, decir la verdad con el corazón y con la boca, no devolver mal por mal, huir de la altivez, hacer las paces antes de ponerse el sol con quien se haya reñido, no dar una paz fingida, no ser orgulloso, ni dado al vino, ni goloso, ni perezoso, ni murmurador, no odiar a nadie, no tener celos o no obrar movido por la envidia, entre muchos otros consejos.

San Benito también destaca como un valor importante en la vida de la comunidad, la obediencia (hoy tan devaluada) o la solicitud del Abad por todos los monjes, y de una manera especial por los enfermos y por los ancianos. Incluso pide que el Abad se adapte a los monjes y no al revés, como podríamos pensar, y por eso se ha de "acomodar a muchas maneras de ser" (RB 2:31)

Pero es en el capítulo 48, que trata sobre el trabajo manual de cada día, cuando San Benito hace referencia al silencio que ha de haber en el monasterio después de la comida, el texto dice: "Después de sexta (la oración del medio día) cuando se levanten de la mesa, (es decir, después de la comida) que reposen en sus camas con un silencio absoluto, o bien, si alguno quiere leer, que lo haga para él solo, de manera que no moleste a nadie" (RB 48:5). Será después del tiempo de descanso, siempre en silencio, cuando los monjes rezarán la hora de Nona y continuarán con el trabajo de la tarde.

San Benito, que quiere que el monasterio sea una familia, desea que los monjes tengan un rato de descanso y al mismo tiempo que también dejen descansar a los otros monjes. Y por eso, muy sabiamente, manda respetar el silencio, como ahora ha aconsejado con gran sentido común, el Ayuntamiento de Ador.

Todos los estudiosos de la espiritualidad monástica han afirmado con razón, que la Regla Benedictina es un compendio de sabiduría, ya que este texto estructura la vida de los monjes de una manera equilibrada y muy humana, desde la exigencia, sí, pero sin extremismos ni rigidez. La "humanitas" de la Regla ha sido reconocida por todos los especialistas de este texto. Por eso me ha sorprendido favorablemente la referencia a la Regla de San Benito, en esta ordenanza del Ayuntamiento de Ador de guardar silencio después de las comidas diurnas, para que la gente pueda descansar.

No sé si la referencia a este silencio que se merece la gente que quiere descansar después de las comidas ha sido idea del alcalde, o bien del buen amigo y cura de Ador, Vicent Sarrió, o bien del redactor de la noticia del periódico Levante.

Sea como sea, este texto de la Regla de San Benito sobre el silencio después de las comidas, habría de hacer posible una mejor convivencia, y unas relaciones ciudadanas basadas en el respeto a aquellos que quieren descansar. Por otra parte, este capítulo 48 de la Regla de San Benito, también habría de concienciar (para cambiar de actitud) los que hacen un ruido innecesario, que dificulta e impide el descanso de los otros.

Como dice el título del libro de la M. Montserrat Viñas, Abadesa emérita del monasterio de Sant Benet de Montserrat, la Regla "es un camino para vivir el Evangelio". Pero también es un camino (o una escuela) para vivir con mayor armonía, tanto con uno mismo como también con los otros. Y es igualmente una herramienta para favorecer la convivencia entre los monjes y también entre los ciudadanos.

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