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Las 'monjas de la cacerola': Las Hermanas de la Caridad, contra el centro de deportación de Trump

"Esta comunidad no tolerará la reapertura de un centro de detención de inmigrantes con fines de lucro”. Las religiosas de Leavenworth, en Kansas, plantan cara a los planes de la Administración Trump en su política de deportaciones masivas

Vecinos y monjas protestan contra el centro de deportación | HdCL

“Actuamos desde la perspectiva de la doctrina social católica: dignidad humana, responsabilidad y solidaridad. Ninguna de estas se cumple con un centro de detención del ICE administrado por una corporación penitenciaria privada con un largo historial de abuso y negligencia, que priva a las personas de sus derechos civiles y dignidad humana dentro de sus instalaciones”.

Rotunda y clara. De esta manera justifican las Hermanas de la Caridad de Leavenworth, la resistencia comunitaria que están liderando en esa población de Kansas, en los Estados Unidos, contra los intentos de una empresa penitenciaria privada, acusada de numerosas negligencias y abusos, de reabrir un centro de detención para la deportación de inmigrantes en cumplimiento del mandato del presidente Donald Trump, una política que ha sido criticada tanto por León XIV como por os obispos estadounidenses en la pasada plenaria de noviembre.

“Cuando te solidarizas con tus seres queridos, es difícil no actuar”, señaló en declaraciones al National Catholic Reporter(NCR) Ashley Hernandez, coordinadora en la Oficina de Justicia, Paz e Integridad de la Creación de las Hermanas de la Caridad, quien también enfatizó la necesidad del activismo comunitario en estos momentos.

La "Marcha de las Cacerolas"

Esta movilización ciudadana cogió ya carrerilla el pasado mes de julio, cuando las religiosas participaron también en la llamada “Marcha de las Cacerolas”, en la que, como señalan las Hermanas de la Caridad, “fue más que una simple protesta; fue una celebración de la solidaridad comunitaria y un poderoso testimonio de nuestra creencia compartida en la dignidad de cada persona, independientemente de su origen. Con cánticos, música y carteles hechos a mano, los participantes llenaron las calles dejando claro que esta comunidad no tolerará la reapertura de un centro de detención de inmigrantes con fines de lucro”.

“Aún nos queda un largo camino por recorrer –señalaban las religiosas–, lleno de batallas judiciales, pero momentos como esta marcha nos recuerdan por qué luchamos: no solo por victorias legales, sino por un mundo basado en la compasión y la responsabilidad. Llevamos adelante el espíritu de la marcha; los ritmos de nuestra resistencia, las risas entre cánticos, las oraciones susurradas entre discursos. Juntos, seguiremos presentes, alzando la voz y construyendo un futuro donde la dignidad nunca esté en debate”.

Dos religiosas durante la protesta | HdCL

Hernandez declaró al NCR que las Hermanas de Leavenworth están involucradas en este asunto porque contradice sus creencias, añadiendo que el centro de deportación que la empresa privada CoreCivic solicitó a la Administración Trump reabrir para operar esa instalación penitenciaria de 1.000 camas para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) recibiría 4,2 millones de dólares al mes en este nuevo contrato.

Al parecer, según denuncias de organismos locales, CoreCivic “estaba envuelto en múltiples escándalos ampliamente publicitados como resultado de su mala gestión de las instalaciones y el consiguiente abuso desenfrenado, violencia y violaciones de los derechos constitucionales de sus detenidos y de su personal laboral”.

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