Un acto en Montserrat reivindica los valores benedictinos ante los conflictos del mundo actual Manel Gasch: “Nos gustaría, como hijos de San Benito y sucesores de Oliba, encontrar la manera de poner la humanidad y la paz delante”

En el marco de las celebraciones de su milenario, la abadía de Montserrat ha acogido este lunes 23 de junio por la mañana una jornada que, bajo el título “Valores benedictinos, una contribución a la paz”, ha querido reconocer la figura del abad Oliba, fundador del monasterio, como ejemplo en la promoción de los valores benedictinos ante los conflictos.

Con unas fuertes medidas de seguridad en el exterior del cenobio desde primera hora a causa de la visita privada que han hecho Sus Majestades los Reyes de España —y de la manifestación contraria a esta presencia promovida por la Asamblea Nacional Catalana (ANC)—, en el acto han participado representantes del tejido económico, político y empresarial de Cataluña y España, así como el abad Manel Gasch; el comisario del Milenario de Montserrat, Bernat Juliol; el abad emérito de Montserrat, Josep Maria Soler; el abad del monasterio y basílica papal de Santo Pablo Extramuros del Vaticano, Donato Ogliari, y el abad-presidente de la Congregazione Sublacense Cassinese, Ignasi Fossas.

Remarcando el valor actual de los principios benedictinos y de la paz en contextos sociales, empresariales y geopolíticos, y poniendo el foco en la diplomacia empresarial, entendida como un elemento de conjunción social y de mejora de las sociedades donde las empresas desarrollan su actividad, el acto se ha iniciado con las palabras de Julio, para quien "el abad Oliba inculca desde el principio los valores de la paz y el diálogo en Montserrat, y como fundador de nuestro monasterio son los valores que queremos explicar hoy".

Unas palabras, expresadas desde la sala de la Fachada del monasterio, que han dado paso a las de Ogliari, que ha argumentado, sobre los valores de la orden, cómo, "independientemente de la procedencia sociocultural, los monasterios benedictinos son espacios de fraternidad con perspectiva de apertura, respeto y diálogo, con el objetivo de contrarrestar la lógica basada en la falsedad y acciones marcadas por la opresión".

A continuación, en un diálogo con Juliol y Fossas, y ya sentados encima del entarimado, el abad Manel Gasch ha querido remarcar las Asambleas de Paz y Tregua de Dios promovidas de manera participativa por Oliba, demostrando "uno de los primeros ejemplos de democracia en Europa, tal como recordó el maestro Pau Casals en la ONU”. Para el monje benedictino, que se ha referido a "la violencia incivilizada" que hay en el mundo, "ser hijos de San Benito y sucesores de Oliba" tiene que ser clave para "encontrar la manera de poner la humanidad y la paz delante de todo".

Por su parte, Fossas ha expresado que “la acogida es una de las características de una comunidad monástica. Una identidad propia de los monasterios, que asumida y aceptada es como una puerta al diálogo”.

Finalmente, Felipe VI ha puesto de relieve, durante el último parlamento del acto, que “la comunidad de Montserrat es un gran punto de encuentro de nuestra cultura. Su valor simbólico transciende su enorme dimensión religiosa". "Europa entera se nutre de esta tradición de acogida, conocimiento y aprendizaje”, ha concluido.