El Papa anima a los ermitaños a ser "custodios y testigos" desde la oración Prevost reivindica el silencio "en un mundo cada vez más alienado" por la tecnología

La vocación de los eremitas testimonia en la Iglesia la "belleza de la vida contemplativa" y "no es una huida del mundo, sino una regeneración del corazón, para que sea capaz de escucha, fuente de acción creadora y fecunda de la caridad que Dios nos inspira", subraya León XIV.
"En un mundo cada vez más alienado en la exterioridad mediática y tecnológica" es "más necesaria que nunca" la "llamada a la interioridad y al silencio, a vivir en contacto con uno mismo, con el prójimo, con la creación y con Dios"
| Isabella H. de Carvalho
(Vatican News).- "En un mundo cada vez más alienado en la exterioridad mediática y tecnológica" es "más necesaria que nunca" la "llamada a la interioridad y al silencio, a vivir en contacto con uno mismo, con el prójimo, con la creación y con Dios". Es un estímulo a seguir viviendo, sobre todo en las sociedades actuales, "de modo ejemplar" la "vocación a la adoración y a la oración interior" para ayudar a los demás a conocer la intimidad con el Señor, lo que el Papa dirige a un grupo de eremitas italianos reunidos esta mañana, 11 de octubre, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico.
Los religiosos se encuentran en Roma con ocasión del Jubileo de la Vida Consagrada, que tuvo lugar del 8 al 9 de octubre. La vocación de los eremitas testimonia en la Iglesia la "belleza de la vida contemplativa" y "no es una huida del mundo, sino una regeneración del corazón, para que sea capaz de escucha, fuente de acción creadora y fecunda de la caridad que Dios nos inspira", subraya León XIV.
“Su alejamiento del mundo no le separa de los demás, sino que le une en una solidaridad más profunda”
La importancia de los eremitas para la Iglesia
El Pontífice destaca cómo "de la íntima amistad con el Señor" que están llamados a vivir los eremitas renace "la alegría de vivir, el asombro de la fe y el gusto por la comunión eclesial". De hecho, insiste en cómo estos consagrados y consagradas son figuras importantes en la vida de la Iglesia, especialmente en "las zonas del interior del país" y en "los contextos rurales, donde los sacerdotes y religiosos son cada vez más escasos y las parroquias se quedan sin oportunidades".
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"Incluso en los contextos urbanos, anónimos y complejos, marcados por la mala soledad", prosiguió el Papa, "las presencias eremíticas son oasis de comunión con Dios y con los hermanos”.
“Vuestra simple presencia y vuestro testimonio orante, a través de la comunión con el obispo y las relaciones fraternas con los párrocos, se hacen preciosos y fecundos, ya que aumentan el ‘soplo espiritual’ de la comunidad cristiana”
Ayuda a tu prójimo a redescubrir el centro del corazón
León XIV continúa explicando que, si bien los ermitaños permanecen "fieles a la herencia recibida de los Padres de la Iglesia en la custodia de la Palabra, mediante la lectio divina y el servicio de alabanza e intercesión con la oración de los salmos", también están "llamados a interpretar los nuevos desafíos espirituales con la creatividad del Espíritu Santo".

"Es el Paráclito, en efecto, quien os abre al diálogo con todos los buscadores de sentido y de verdad, educándoos a compartir y guiar su búsqueda espiritual, a menudo confusa", comentó el Papa.
“Todos podéis estimular al prójimo a volver sobre sí mismo, a redescubrir el centro del corazón, como nos enseña el Papa Francisco en la Encíclica Dilexit nos”
"Allí, en la profundidad del alma, cada uno podrá descubrir el fuego del deseo de Dios que arde y nunca se apaga", continúa el Papa, añadiendo que los ermitaños son "custodios y testigos" de este deseo que "habita en cada persona", "para que cada uno pueda descubrirlo y alimentarlo en sí mismo".
Entrar en el secreto del corazón
El Pontífice señala también cómo "el Padre busca y llama, en cada época, a hombres y mujeres" llamados "a dedicarse enteramente a Él, a buscarlo y escucharlo, a alabarlo e invocarlo, día y noche, en el secreto del corazón".
Y subraya cómo el Señor llama a los eremitas "a entrar en este lugar escondido del corazón, excavándolo pacientemente" para poder "realizar una inmersión interior que requiere un camino de vaciamiento y despojo de sí mismo". "Una vez dentro", prosigue, Dios "nos pide que cerremos la puerta a los malos pensamientos para custodiar con vigilancia y combate espiritual un corazón puro, humilde y manso".
“Sólo entonces uno puede abandonarse con confianza al diálogo íntimo con el Padre, que habita y ve en lo secreto, y en lo secreto nos colma de sus dones”.
Una misión importante en estos tiempos revueltos
Para el Pontífice, estos religiosos pueden ayudar a los fieles a redescubrir la importancia de la intimidad con Dios porque "la soledad orante genera comunión y compasión por todo el género humano y por toda criatura, tanto en la dimensión del Espíritu como en el contexto eclesial y social", en el que están "puestos como fermento de vida divina".
“Por último, este tiempo nuestro tan agitado les pide que entren en el misterio de la intercesión de Cristo en favor de toda la humanidad, aceptando "ponerse en medio" entre la criatura, frágil y amenazada por el mal, y el Padre misericordioso, fuente de todo bien”
En efecto, el Papa les exhorta a "ponerse en medio, con las manos levantadas y el corazón vigilante" y a caminar "siempre en presencia de Dios, solidarios con las pruebas de la humanidad". "Manteniendo la mirada fija en Jesús, y abriendo las velas de vuestro corazón a su Espíritu de vida", prosigue, "navegad con toda la Iglesia, nuestra madre, en el mar tempestuoso de la historia, hacia el Reino del amor".