Una de las procesiones más largas que se recuerdan en El Rocío Tras once horas de procesión por la aldea almonteña, la Blanca Paloma regresa a su ermita

La Virgen del Rocío regresa a su ermita
La Virgen del Rocío regresa a su ermita

La Virgen del Rocío, también conocida como Blanca Paloma, ha regresado a su ermita a las 14:24 horas de este lunes, después unas once horas de procesión por las calles de la aldea de El Rocío

Se trata de una de las procesiones más largas que se recuerdan y, con ella, los almonteños se han "desquitado" de tres años sin poder hacerlo

La normalidad ha marcado una procesión que se ha ido desarrollando de manera pausada hasta el punto de que la entrada se ha producido casi dos horas más tarde que en 2019, la última que se desarrolló al completo

Pero, sobre todo, ha sido un paseo marcado por la emoción, por la conjunción de sentimientos que despierta entre los devotos tenerla frente a frente y poder hacerla partícipe, en un "tú a tú", de sus plegarias y agradecimientos

La Virgen del Rocío, también conocida como Blanca Paloma, ha regresado a su ermita a las 14:24 horas de este lunes, después unas once horas de procesión por las calles de la aldea de El Rocío, en la que, durante todo el recorrido, se han congregado multitud de personas que anhelaban verla.

Se trata de una de las procesiones más largas que se recuerdan y, con ella, los almonteños se han "desquitado" de tres años sin poder hacerlo, en 2020 y 2021 por la suspensión de la romería por la pandemia y en 2022 por la rotura del banco del paso que puso fin a la procesión a las pocas horas de su inicio privando a la mayoría de las hermandades de la visita de la imagen.

A las 2:55 horas, unos 17 minutos antes que en 2022, los almonteños saltaban la reja sin esperar, como es tradicional, a la llegada del Simpecado de la Hermandad Matriz del rezo del Rosario, si bien se mantuvieron sin mover a la Virgen hasta que, finalmente, la insignia se colocó ante ella.

En ese momento, bajaron a la que es su patrona desde 1653, la Reina de las Marismas, de su presbiterio y aún hubo que esperar 20 minutos más para verla alcanzar las puertas del Santuario y comenzar su tradicional recorrido por la aldea visitando a las hermandades filiales, la primera de ellas la de Huévar del Aljarafe (Sevilla).

La normalidad ha marcado una procesión que se ha ido desarrollando de manera pausada hasta el punto de que la entrada se ha producido casi dos horas más tarde que en 2019, la última que se desarrolló al completo.

A lo largo del recorrido no han faltado estampas típicas del acto central de la romería; los capellanes de las hermandades a hombros de sus hermanos rezando la salve a la Virgen, los 'vuelos' de niños, acercados hasta a la imagen para que les brinde su protección, o el posado de la Blanca Paloma en el suelo, quedando a la altura de los fieles, ante la imposibilidad de seguir entre la multitud que se agolpa a su paso y la necesidad de los almonteños de coger fuerzas.

Pero, sobre todo, ha sido un paseo marcado por la emoción, por la conjunción de sentimientos que despierta entre los devotos tenerla frente a frente y poder hacerla partícipe, en un "tú a tú", de sus plegarias y agradecimientos.

El objetivo se ha cumplido y la Virgen del Rocío ha podido visitar a sus 127 hermandades filiales para agradecerles su visita en un paseo por la aldea que ha ido tocando a su fin a las 14:15 horas, cuando ha recibido la petalada de la Hermandad Matriz. Cuatro minutos más tarde, el repique de las campanas del Santuario indicaba que la imagen iba llegando de nuevo a su casa.

Después de su entrada en el Santuario, como es tradicional de cara a los fieles, los almonteños han recorrido la distancia desde el dintel al altar para colocar a la Virgen de nuevo y rezarle una salve con la que ha concluido una romería que ha sido la del reencuentro total y que ha venido marcada por el 30 aniversario de la visita del papa San Juan Pablo II a la aldea en 1993.

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