La Civiltá Cattolica publica un texto inédito del ex general de los jesuitas El 'testamento' profético de Adolfo Nicolás: "La opción por los pobres no se puede 'exigir' a los demás, tiene que venir del corazón”

Adolfo Nicolás, in memoriam
Adolfo Nicolás, in memoriam

Un escrito que, sin lugar a dudas, marca el presente y, a buen seguro, el futuro de la Compañía de Jesús, y que resulta casi profética leída hoy, en tiempos de Francisco

"Tradujimos “opción preferencial” como “obligación moral” y nos sentimos justificados al exigir esto a todos, bajo la amenaza de considerarlos menos cristianos, menos comprometidos, menos evangélicos. Cuando lo llevamos al extremo, ni siquiera podíamos tratar con ellos como hermanos y hermanas; eran traidores a la causa del Evangelio"

Invita a evitar convertir la opresión o injusticia sufridas en "una razón para reclamar un estado de 'víctima' eterna"

"Las personas religiosas que quieren representar el Evangelio de Jesucristo tienden a ser débiles frente a las ideologías y al pensamiento ideológico"

“Que todos respondamos de nuevo al llamamiento incesante de nuestro Señor Jesús por el bien de la Iglesia, de la humanidad y del universo”. Estas son las últimas palabras del 'testamento' de Adolfo Nicolás, que ha publicado La Civiltá Cattolica en su último número. Una larga reflexión, bajo el título de 'de la distracción a la dedicación: una invitación al centro', y que Nicolás escribió -aunque no llegó a publicar- durante el pontificado de Benedicto XVI, siendo todavía general.

Un escrito que, sin lugar a dudas, marca el presente y, a buen seguro, el futuro de la Compañía de Jesús, y que resulta casi profética leída hoy, en tiempos de Francisco.

“No se necesita una visión extraordinaria o un análisis profundo para darse cuenta de que lo que llamamos 'vida religiosa' ha perdido algo de su impacto en la Iglesia y fuera de sus muros”, reflexiona Nicolás, para el que, no obstante, siguen vivas las preguntas de siempre: “¿Qué hemos perdido? ¿Dónde nos hemos equivocado? ¿Hemos entendido mal nuestra llamada a la renovación? ¿Estamos sin rumbo?”.

Un estado de 'víctima eterna'

Recordando sus años de noviciado, el entonces general admite que “las distracciones durante el tiempo de oración fueron una gran preocupación en los primeros años de mi vida religiosa”, de la que le salvó el examen ignaciano. Partiendo de su propia experiencia, Nicolás delinea algunas “tentaciones” de la vida religiosa, desde la lealtad al grupo a la “identificación emocional” con quienes “sufren algún tipo de complejo”. “Estoy pensando en grupos que, en el pasado, han sufrido opresión o injusticia y ahora usan esta auténtica mala experiencia como razón para reclamar un estado de “víctima” eterna”.

“En otras palabras, las personas religiosas que quieren representar el Evangelio de Jesucristo tienden a ser débiles frente a las ideologías y al pensamiento ideológico. Tenemos dificultades con las ambigüedades y las áreas grises de la realidad. Debido a que estamos capacitados para un compromiso total, proyectamos fácilmente la verdad total sobre cualquier compromiso al que nos sentimos llamados, y nos volvemos ciegos a los matices, las ambigüedades e incluso las contradicciones de una cosmovisión “en blanco y negro””, rescata Nicolás, que lamenta cómo la vida religiosa, también los jesuitas, “no siempre entendimos que una opción preferencial por los pobres era una opción por amor, desde el corazón, desde adentro, como cuando Jesús sintió compasión por las multitudes pobres. Una opción por los pobres no se puede “exigir” a los demás, porque tiene que venir del corazón”.

Adolfo Nicolás SJ
Adolfo Nicolás SJ Jesuitas

“Sin esta importante idea, tradujimos “opción preferencial” como “obligación moral” y nos sentimos justificados al exigir esto a todos, bajo la amenaza de considerarlos menos cristianos, menos comprometidos, menos evangélicos. Cuando lo llevamos al extremo, ni siquiera podíamos tratar con ellos como hermanos y hermanas; eran traidores a la causa del Evangelio”.

Perfeccionismo y narcisismo en la vida religiosa

Otra de las 'distracciones' es la del “perfeccionismo”, que puede confundirse con el “fariseísmo”, un problema no sólo para el tiempo de los Apóstoles, sino que ha sido una tentación, una verdadera distracción, para todos en todos los tiempos”

El “narcisismo” -del que, curiosamente, también habló ayer el papa Francisco en su homilía de Pentecostés-, y la “distracción perfeccionista”, que “puede ser muy sutil para nosotros los jesuitas”. Y “el Ego como distracción número uno”

“También ocurre cuando nuestros horizontes humanos y espirituales se reducen. La forma más común en que esto sucede es, obviamente, cuando nos enamoramos de nuestras propias opiniones, especialmente si pensamos que esas opiniones son inteligentes, las mejores de todas”, apunta el general jesuita, que advierte de las “elecciones ideológicas, disfrazadas con el lenguaje del discernimiento”.

En la muerte de Adolfo Nicolás, sj
En la muerte de Adolfo Nicolás, sj

¿Queremos información o comprensión?

Cuidado con los que “podemos convertirnos en profetas fuera de la comunidad, hasta que las personas con autoridad quieran silenciarnos, y luego corremos a la comunidad buscando protección, incluso a veces culpando a la comunidad o a sus líderes por falta de comprensión, coraje, visión y apoyo”.

Del lado más mundano, las distracciones de los medios y del mercado, que para Nicolás “definen una nueva ortodoxia, un nuevo canon de “verdad”, que ya no es la verdad, sino una opinión pública intencionalmente construida y acrítica”.

“¿Queremos información o comprensión? ¿Velocidad o profundidad? ¿Centrarse en Cristo o navegar por la Web?”, se pregunta Adolfo Nicolás, que repasa a los “grandes jesuitas”, desde Ignacio, Javier o Fabro a Teilhard de Chardin, Colombière, Anchieta, Pozo... como “una invitación para ir al centro; el centro en Dios y el centro de nosotros mismos y nuestra vocación en la Compañía y en la Iglesia”.

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