Vuelven en agosto las experiencias monásticas en la Abadía de Silos ¿Pero todavía se necesitan monjes?

"¡Monjes! ¿Para qué?". "¿Pero todavía se necesitan monjes?". Estas y otras preguntas pueden escucharse hoy en día. Algunas vienen de fuera. Otras, de nuestro interior
Por eso motivo, del 1 al 8 de agosto repetiremos en nuestra Abadía Benedictina de Santo Domingo de Silos (Burgos) la iniciativa de experiencia monástica para que, quien quiera, pueda intentar darle respuesta a esas preguntas
Para empezar a despejar las dudas más inmediatas hemos puesto en marcha el portal sermonje.eu
Para empezar a despejar las dudas más inmediatas hemos puesto en marcha el portal sermonje.eu
| Juan Javier Flores Arcas. Abadía de Silos
"¡Monjes! ¿Para qué?". "¿Pero todavía se necesitan monjes?". Estas y otras preguntas pueden escucharse hoy en día. Algunas vienen de fuera. Otras, de nuestro interior. Y por eso motivo, del 1 al 8 de agosto repetiremos en nuestra Abadía Benedictina de Santo Domingo de Silos (Burgos) la iniciativa de experiencia monástica para que, quien quiera, pueda intentar darle respuesta a esas preguntas. Para empezar a despejar las dudas más inmediatas hemos puesto en marcha el portal sermonje.eu
¿Cómo surge esta iniciativa que hemos titulado sermonje.es?Fundamentalmente por la necesidad de dar a conocer los valores cristianos de la vida monástica. Y sobre todo porque pensamos que ésta es bastante desconocida y que por tanto corremos el riesgo de quedarnos solo con las apariencias.
De ahí que hace ya unos años decidimos abrir las puertas del monasterio, durante una semana en verano, a aquellos jóvenes que nos quieran conocer desde dentro y, de ese modo, puedan gustar, palpar y vivir lo que es la vida monástica.
Respuesta muy generosa
¿Cómo ha resultado en años anteriores? ¿Cuántos participantes ha habido? ¿Ha habido alguna vocación de entre ellos? La respuesta es muy generosa. Han sido muchos los jóvenes que han venido al monasterio en los años pasados, incluso alguno entró y persevera. Otros, en cambio, la experiencia les valió para asegurar su fe y su compromiso cristiano, algo muy importante.

¿Qué es lo que damos a conocer a los que participan en ella?
Simplemente lo que es nuestra vida diaria: la oración, el trabajo, la fraternidad, la convivencia dentro de los espacios del monasterio. Ser comunidad de hermanos que oran, trabajan y oran en común.
¿Quiénes vienen?
El perfil de quienes participan es muy variado, pero ciertamente dominan los jóvenes que están preocupados por el mundo en que viven y que sufren el materialismo y el secularismo que nos rodea. Proceden de muchos niveles y sus edades también son distintas, aunque dominan los más jóvenes.
¿Qué aspectos de la vida monástica queremos destacar?
El ser más que el hacer. Sobre todo, lo que somos y lo que hacemos. Lo que falta en el mundo no son productos, sino alma; lo que necesitan los hombres no son cosas ni armas sino esperanza; y a eso nos consagramos los monjes que quisiéramos ser simplemente alma en el mundo y generadores de esperanza para los hombres de hoy.
¿Qué buscamos en los futuros nuevos miembros de nuestra comunidad?
Mas aún, ¿cualquier hombre puede ser monje benedictino?; ¿debe tener unas determinadas características? No existen clichés preconcebidos, lo necesario es el deseo de buscar a Dios y comprometerse de por vida.

Por todo ello es bueno insistir en que lo que nos movió a esta iniciativa no fue tanto el buscar vocaciones a la vida monástica sino dar a conocer nuestra vocación de ser alabanza orante en la Iglesia actual. Para ello se necesitan que vengan y vean, que nos conozcan y se relacionen con nosotros, que experimentan y comprendan lo que es una llamada del Señor y una respuesta generosa, como ha sido siempre la tradición monástica benedictina.
Es una invitación a conocer, comprender y vivir nuestra vocación y a esmerarse en seguir a Cristo teniendo por guía el Evangelio en conformidad con las enseñanzas que San Benito nos dejó en la Santa Regla.

Estoy seguro de que para un joven es duro alejarse del mundo y su ruido, pero… ¿no hay otros caminos para cambiar el mundo? El lema de la orden benedictina es la paz. Los monjes queremos ser hombres de paz y de interioridad, “suplemento de alma”, es decir, de oxígeno, de luz y de color.
Los monjes queremos ser zona verde junto a los monótonos paisajes de nuestro espíritu ayudando a recobrar la esperanza y sembrar sosiego y paz en nuestra vida sacudida por la aceleración y la polarización reinante.
Etiquetas