Agradecimiento de un sacerdote español a Francisco por su carta al clero "¡No hay ni puede haber marcha atrás cuando han pasado ya más de 50 años de la clausura del Concilio!"

¿Qué sería de nosotros sin el papa Francisco? ¿Qué sería de nosotros sin la Santa Iglesia de Dios? ¿Qué sería de nosotros sin Jesucristo?
¿Qué sería de nosotros sin el papa Francisco? ¿Qué sería de nosotros sin la Santa Iglesia de Dios? ¿Qué sería de nosotros sin Jesucristo?

Todas las personas han de percibir a la Iglesia como un lugar seguro, humano, fraterno, de caridad y no de abuso ni de extorsión de ningún tipo

Los sacerdotes damos gracias a Dios porque ha puesto como Obispo de Roma a Francisco, verdadero regalo del Señor para la Iglesia y para toda la humanidad

Todos los sacerdotes de la Iglesia Universal damos las gracias de corazón al papa Francisco por la hermosa carta que nos ha dirigido con motivo del 160º aniversario del dies natalis de S. Juan María Vianney en este año de gracia de 2019.

El Papa se une al dolor, la vergüenza y la rabia de quienes sufrimos a causa de los abusos que se han dado en instituciones de la Iglesia y sobre todo cuando los acusados son sus Pastores.

Nos animan las palabras del Papa cuando expresa que confía en que, tomando las medidas necesarias, estos hechos tan atroces ya no volverán a repetirse en la Iglesia.

Todas las personas han de percibir a la Iglesia como un lugar seguro, humano, fraterno, de caridad y no de abuso ni de extorsión de ningún tipo.

Los sacerdotes damos gracias a Dios porque ha puesto como Obispo de Roma a Francisco, verdadero regalo del Señor para la Iglesia y para toda la humanidad.

Observamos cómo Francisco no hace ni más ni menos que tratar de poner en práctica el Concilio Vaticano II, a quien todos los católicos debemos obediencia y respeto.

¡No hay ni puede haber marcha atrás cuando han pasado ya más de 50 años de la clausura del Concilio!
Están los que anhelan un Papado férreo, dogmático, doctrinal y distante de la gente.

Están los que pretenden pisar el acelerador y que no seamos fieles a Cristo y a la Tradición viva de la Iglesia. Entre unos y otros se encuentra el papa Francisco y nos encontramos hoy los sacerdotes y los fieles en la Iglesia.

Unos sienten añoranza por un pasado glorioso que ya no volverá y otros pretenderían destrozar todo lo bueno que hemos hecho y seguimos haciendo y construir una Iglesia sin Cristo, sin Magisterio, sin Jerarquía, sin sacerdotes, etc. Y eso no es posible.

Día del Párroco

Es necesario volver a releer y meditar en profundidad todo el Magisterio de la Iglesia, incluido el Vaticano II y Magisterio posterior, teniendo en cuenta lo que dijeron e hicieron Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Y por supuesto, lo que dice y hace -las actitudes de fondo- del papa Francisco. Él mismo nos anima a todos los sacerdotes a perseverar dando la cara y la vida por la gente, por las familias, los jóvenes, los pobres, los matrimonios, y también nos exhorta a acercarnos a los indiferentes y a los no creyentes.

El sacerdote ha de ser y obrar como Jesús: salir en busca de la oveja perdida, aun a riesgo de que alguna que esté en el redil se pueda escandalizar. Porque el Padre del cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeñuelos...

El Papa nos da las gracias y entona un Magníficat de acción de gracias porque el Señor bondadosamente nos eligió, nos llamó, nos preparó, nos consagró y nos envió a hacer presente el reinado de Dios en medio de las mil y una circunstancias de la vida.

Yo, sacerdote, no puedo más que dar gracias a Dios por el papa Francisco, así como por el Papa emérito Benedicto XVI y por el Concilio y por la fe que mis abuelos y mis padres me transmitieron.

Sembrador

Dios nos libre de volver atrás.                                                                                                              Dios nos libre de los profetas de calamidades.                                                                                          Dios nos libre de prescindir del Papa.                                                                                                   Dios nos libre de los falsos hermanos que te hacen buena cara delante pero te acribillan por detrás.

¿Qué sería de nosotros sin el papa Francisco?
¿Qué sería de nosotros sin la Santa Iglesia de Dios?
¿Qué sería de nosotros sin Jesucristo?

Recogiendo tres expresiones que Francisco ha usado más de una vez hablando con los sacerdotes: Oren, estén cerca de su pueblo, den testimonio con sus vidas y su ministerio de la entrañable misericordia de nuestro Dios.

Agradecemos al papa Francisco con todo cariño esta carta que nos ha dirigido y rezamos por él y por su ministerio al servicio de todas las Iglesias.














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