Especial Sede Vacante y Cónclave 2025 El cónclave explicado punto por punto: así se elegirá al nuevo papa

El cónclave para elegir al 267º papa comienza el miércoles 7 de mayo, con la misa Pro Eligendo Pontifice a las 10 h. y el ingreso a la Capilla Sixtina a las 16:30 h.
El nuevo papa debe obtener el voto de al menos 89 cardenales, del total de 134 cardenales electores
Del "Yo prometo, voto y juro" al "Habemus Papam", así se desarrollará el próximo cónclave paso a paso
ESPECIAL: Estos son los 134 cardenales electores del cónclave 2025
ESPECIAL: Calendario hasta la elección del nuevo papa
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El cónclave es la reunión de los miembros del Colegio cardenalicio con derecho a voto, que tiene como objetivo elegir a un nuevo papa, sucesor de San Pedro y cabeza de la Iglesia católica.
Las normas del cónclave están recogidas en la constitución apostólica ‘Universi Dominici Gregis’, promulgada por Juan Pablo II el 22 de febrero de 1996, documento que reformó Benedicto XVI en 2013.
De la Misa Pro Eligendo Pontifice al 'Yo prometo, voto y juro', el 'Extra omnes!' y el 'Habemus Papam', así se desarrollará el próximo cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco.
Quién participa en el cónclave
En un cónclave participan los cardenales que todavía no han cumplido los 80 años de edad. Son los cardenales electores. En la actualidad son 135, pero en el próximo cónclave participarán 134 cardenales. Estos son los cardenales electores del cónclave 2025.
El cónclave comienza el miércoles 7 de mayo, con la misa Pro Eligendo Pontifice a las 10 h. y el ingreso a la Capilla Sixtina a las 16:30 h.
La fecha se determinó en la quinta Congregación general, celebrada el lunes 28 de abril.
[VER MÁS: Calendario hasta la elección del nuevo papa]
Cómo comienza el cónclave
Durante el cónclave, los cardenales electores se alojan en la Casa de Santa Marta, en la Ciudad del Vaticano; es una residencia mandada construir por Juan Pablo II para las elecciones papales. Las votaciones se realizan en la Capilla Sixtina, situada dentro del Palacio Apostólico, sin ventanas ni accesos directos.
A las 10 h. la mañana del miércoles 7 de mayo, los electores asisten a la misa ‘Pro eligendo pontifice’, que se celebra en la Basílica de San Pedro y que preside el decano del Colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re. Los electores son trasladados a Santa Marta y han sido convocados a las 9:15 h. en la Capilla de San Sebastián para revestirse con los ornamentos litúrgicos, trayendo consigo la mitra de damasco blanco.
Después de la misa ya no pueden salir del territorio vaticano ni contactar con personas ajenas a la elección hasta que no haya nuevo papa. Después de comer en la Casa de Santa Marta, son trasladados al Palacio Apostólico a la Capilla Paulina.
Los electores del cónclave 2025 estarán en la Capilla Paulina a las 16:15 h.; los cardenales de rito latino vestirán la túnica roja con la faja, el roquete, la muceta, la cruz pectoral con cordón rojo y dorado, el anillo, el zucchetto y la birreta; los cardenales de las Iglesias Orientales llevarán su propio hábito coral.
Desde allí todos juntos parten en procesión hasta la Capilla Sixtina, siguiendo el orden de precedencia, de menos a más importante; les precede la cruz y les sigue el evangeliario, mientras entonan la letanía de los santos, una oración que solicita la intercesión de las grandes figuras del cristianismo de Oriente y de Occidente.

Qué juran los cardenales cuando entran en la Capilla Sixtina
Una vez dentro de la Capilla Sixtina, lo primero es car el himno ‘Veni Creator’ ("Ven, Espíritu creador"), que invoca al Espíritu Santo.
Después, cada uno de los cardenales electores presta juramento de que cumplirá los procedimientos establecidos por las constituciones apostólicas: defender la libertad de la Santa Sede, mantener el secreto y hacer caso omiso de cualquier instrucción externa sobre la votación.
El procedimiento del juramento es así: el cardenal más antiguo según el orden de precedencia (cardenal Pietro Parolin) lee el juramento en voz alta y a continuación cada uno de los electores lo repiten con la mano sobre los Evangelios y se sienta en su sitio correspondiente.
El juramento es este: "Y yo [nombre] Cardenal [apellido] prometo, voto y juro. Así me ayude Dios y estos Santos Evangelios que toco con mi mano".
El juramento es este: "Y yo [nombre] Cardenal [apellido] prometo, voto y juro. Así me ayude Dios y estos Santos Evangelios que toco con mi mano".
Qué es el 'Extra omnes!' durante el cónclave
Una vez prestado el juramento, el maestro de Ceremonias Litúrgicas Pontificias (el italiano Diego Giovanni Ravelli) ordena a todas las personas que no son cardenales electores que abandonen la Capilla Sixtina.
Después se sitúa en la puerta y exclama en latín: ‘Extra omnes!’, es decir, “¡Todos fuera!”, y cierra la puerta, pero él se queda para el siguiente paso.
En el cónclave de 2013, el maestro de Ceremonias Litúrgicas Pontificias, entonces Guido Marini, no se colocó en la puerta, sino que dio la orden desde el altar, pero sí que cerró la puerta cuando todos salieron.
Qué pasa en la Capilla Sixtina después del 'Extra omnes!'
Una vez que en la Capilla Sixtina ya solo están los cardenales electores y el maestro de Ceremonias Litúrgicas Pontificias, un eclesiástico designado previamente por las congregaciones generales pronuncia otro sermón sobre el estado actual de la Iglesia y las características que debería reunir el próximo papa. En esta ocasión será el P. Raniero Cantalamessa, antiguo Predicador de la Casa Pontificia.
Después del 'Extra omnes!', el P. Cantalamessa pronunciará un sermón sobre el estado actual de la Iglesia y las características que debe reunir el próximo papa.
Terminado el discurso, el P. Cantallamessa y el maestro Ravelli ya sí salen. Las puertas de la Capilla Sixtina quedan, entonces, cerradas y custodiadas por guardias suizos.
¿Hay más personas en el cónclave? ¿Todo es secreto?
Además de los cardenales electores, en el cónclave se admite al secretario del Colegio cardenalicio (hoy, arzobispo Ilson de Jesus Montanari), al maestro de Ceremonias Litúrgicas Pontificias, dos maestros de ceremonias, dos oficiales de la Sacristía Papal y un eclesiástico que asiste al decano del Colegio.
También puede haber sacerdotes confesores y están previstos dos médicos (antiguamente, los electores podían estar acompañados por asistentes, pero hoy solo un enfermero puede asistir a un cardenal que, por motivos de salud, lo necesite).
Además, se permite un número concreto de personas de servicio para las tareas de limpieza, preparación y servicio de comidas.
Todos ellos se comprometen a un estricto secreto que les prohíbe revelar cualquier información sobre la elección.
Los cardenales electores no pueden relacionarse con nadie externo al cónclave de ningún modo (ni a través del teléfono, correo, Internet, redes sociales, etc.). Están prohibidos expresamente los periódicos, radio y televisión. De hecho, se desconecta el wifi de toda la Ciudad del Vaticano y en la Capilla Sixtina se instalan inhibidores de frecuencia.
Los cardenales electores no pueden relacionarse con nadie externo al cónclave de ningún modo; incluso se desconecta el wifi de toda la Ciudad del Vaticano y en la Capilla Sixtina se instalan inhibidores de frecuencia.
Las escuchas ilegales son un delito que se castiga con la excomunión automática. Solo en casos muy graves, y previa aprobación del Colegio cardenalicio, tres cardenales pueden comunicarse con el exterior: el Penitenciario Mayor (cardenal Angelo De Donatis), el vicario del papa para la Diócesis de Roma (cardenal Baldassare Reina) y el vicario general de la Ciudad del Vaticano (cardenal Mauro Gambetti, OFM Conv.).
Si un cardenal llega una vez iniciado el cónclave, sí puede entrar a la Capilla Sixtina; y si hay un cardenal enfermo o si alguno necesita ir al baño, puede ausentarse del cónclave y ser readmitido posteriormente. Pero si un cardenal abandona por cualquier otro motivo, no puede regresar.
Cuándo y cómo son las votaciones en el cónclave
La primera votación puede realizarse en la primera tarde del cónclave o puede posponerse al día siguiente.
El cardenal que sustituye al decano (en este caso será Pietro Parolin) pregunta si hay dudas sobre el procedimiento; si las hay, se aclaran y puede comenzar la votación, llamada “escrutinio”; será la única de este primer día.
En los días sucesivos se pueden realizar un máximo de cuatro votaciones, dos por la mañana y dos por la tarde. Antes de las votaciones de la mañana y antes de las votaciones de la tarde, los cardenales juran obedecer las reglas del cónclave. Las fumatas se producen alrededor de las 12 del mediodía y de las 19 h.; si hubiera consenso en el primer escrutinio, la fumata blanca podría adelantarse una hora.
El elegido debe obtener al menos dos tercios de los votos; es decir, el nuevo papa debe obtener el apoyo de al menos 89 cardenales.
El elegido debe obtener al menos dos tercios de los votos; es decir, el nuevo papa debe obtener el apoyo de al menos 89 cardenales.
Si, después de tres días de votación, no sale nadie elegido, el proceso se suspende durante un día para hacer oración y para que el cardenal presbítero más antiguo pronuncie un discurso.
Después se realizan hasta un máximo de siete votaciones. Si tampoco se logra ningún resultado, la votación se suspende de nuevo, y pronuncia un discurso el cardenal obispo más antiguo. Tras ello, se realizan hasta siete votaciones más. Si sigue sin salir nadie, habrá una jornada de oración, reflexión y diálogo.
Después de la 33ª o 34ª votación sin resultado, se hará una segunda vuelta directa y obligatoria entre los dos cardenales que hayan obtenido mayor número de votos en la última votación (ellos no podrán participar), y también será necesaria una mayoría de dos tercios.

Qué es la fumata blanca
El voto de los cardenales se realiza en pequeñas papeletas blancas; estas son quemadas en una chimenea ubicada en la Capilla Sixtina después de cada elección, y el humo resultante es visto desde la Plaza de San Pedro, para comunicar al mundo la elección del nuevo pontífice.
El nuevo papa debe alcanzar una mayoría de dos tercios (actualmente, al menos 90 votos de los 135 cardenales electores); cuando el resultado es positivo, las papeletas se incineran junto a una sustancia que produce un humo blanco, y esta es la llamada 'fumata blanca'.
En las votaciones anteriores en que el resultado no sea positivo, las papeletas se quedan con otra sustancia que produce una humareda gris. Las fumatas se suelen producir a las 12 del mediodía y a las 19 h.
Una vez obtenido el apoyo de al menos dos tercios de los electores, al elegido se le preguntará: '¿Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem?' ("¿Acepta usted su elección canónica como Sumo Pontífice?"); ante una respuesta afirmativa se le pide qué nombre quiere llevar, y este responde con su nombre pontificio.
Tras la aceptación, se queman las papeletas, provocando la fumata blanca. Tras la oración por el nuevo pontífice y el homenaje de los cardenales, se entona el Te Deum que marca el final del cónclave.

El anuncio 'Habemus Papam'
Al final del Cónclave, el nuevo pontífice se retira a la llamada 'Sala de las Lágrimas', la sacristía de la Capilla Sixtina donde reviste por primera vez los ornamentos papales.
El mundo entero mira expectante al balcón central de la Basílica de San Pedro. El cardenal protodiácono (cardenal de mayor rango en el orden de los diáconos), el francés Dominique Mamberti, será el encargado de pronunciar el conocido “Habemus Papam” y anunciar el nombre del nuevo papa: "Anuntio Vobis Gaudium Magnum: Habemus Papam" ("Os anuncio una gran alegría: ¡tenemos Papa!").
El nuevo pontífice se presentará en ese mismo balcón vestido con la indumentaria papal: sotana blanca, anillo del pescador y báculo.
Figuras importantes en un cónclave
- La persona que preside el cónclave: es un cardenal del orden de los obispos, elegido por el resto de purpurados con la aprobación papal, que preside el cónclave. Normalmente le corresponde al decano del Colegio cardenalicio, que en la actualidad es el cardenal italiano Giovanni Battista Re; pero 91 años, y por tanto no puede participar en el próximo cónclave, ni tampoco el vicedecano, el argentino Leonardo Sandri, de 81 años. Las Congregaciones han decidido que sea Pietro Parolin.
- El maestro de Ceremonias Litúrgicas Pontificias: es un prelado católico editor de las misas y otros ritos presididos por el papa; es el responsable de las vestiduras, del altar y, en general, de todo lo necesario para las celebraciones litúrgicas. Sus funciones se rigen por el artículo 182 de la constitución apostólica 'Pastor Bonus' de Juan Pablo II. El actual maestro de Ceremonias Litúrgicas Pontificias es el arzobispo italiano Diego Giovanni Ravelli, designado para el cargo el 11 de octubre de 2021. Además de asistir al papa, durante el cónclave es quien da la orden de ‘Extra omnes!’ para que solo los cardenales electores se queden en la Capilla Sixtina e iniciar el proceso de votación.
- El cardenal protodiácono: es el cardenal de mayor rango de los cardenales del orden de los diáconos, los purpurados que asisten al papa en sus labores como obispo de Roma. Es el encargado de pronunciar el 'Habemus Papam' y anunciar el nombre del nuevo papa. En la actualidad es el italiano Dominique Mamberti, de 73 años, prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica; fue creado cardenal por Francisco en febrero de 2015 y cardenal protodiácono desde el 28 de octubre de 2024.
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