El bautismo, epifanía de la realidad mesiánica

Fiesta del Bautismo del Señor  – B  -    Mc 1,6b-11    14 de enero 2024

Monseñor Romero titula esta homilía[1] El bautismo, epifanía de la realidad mesiánica”.Anuncia que hablará del bautismo de Jesús y de nuestro bautismo.  Divide su reflexión en tres partes. 1. El bautismo es un signo sacramental. 2.El bautismo, en Cristo, descubre la realidad mesiánica que ya existía en Él.  3. El bautismo, en los cristianos, es el signo de la participación en la realidad mesiánica de Cristo.

En la primera parte, el arzobispo expresa que el bautismo, por muy masivamente que se administrara en la época, no era comprendido.  " Este don mesiánico, ¡qué pocos lo comprenden!  Y por eso, tenemos un pueblo de bautizados pero sin conciencia de ese compromiso tan serio, de esa dignidad tan alta que nos dio aquel día en que nacimos como nueva creatura en la pila bautismal.” Es más que evidente que bautizar a los niños de forma tan sencilla, fácil, obvia y masiva no ha conducido en absoluto a una Iglesia de bautizados activos.  Muchos bautizados de niños no saben en realidad gran cosa de la responsabilidad evangélica, ni de esa misión mesiánica salvadora, curadora y liberadora de Cristo. ¿Dónde nos hemos equivocado? 

En la segunda parte nos dice: “Por eso, queridos hermanos, este Cristo que nos presenta una realidad mesiánica, que la podíamos concretar en esas tres categorías que dije antes, de los ungidos: profeta, sacerdote, rey.   Eso es Cristo. Esa es la realidad mesiánica de Cristo.  Verdadero sacerdote, el único sacerdote. Todos nosotros, obispos y sacerdotes, no somos más que pequeñas epifanías, manifestaciones del único sacerdote que consagra el mundo a Dios.  Él es el profeta. Profeta quiere decir el que habla en nombre de otro: “Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me ha enviado”.  Y nosotros, predicando en nuestros púlpitos, con nuestra limitación, con nuestras deficiencias, no somos más que pequeños ecos del gran profeta que es Cristo, nuestro Señor.  Nuestro cuidado está en ser fiel eco a esa voz de Cristo, el único que de debe hablar al pueblo y a la conciencia.  Y, finalmente, Cristo es rey. Cuando Poncio Pilato le pregunta – fíjense, el poder civil más grande del mundo, el imperio romano representado en Poncio Pilato -: ¿Tu eres rey?.  No tiene miedo: “Sí, yo soy rey, para eso he nacido; pero mi reino es el reino de la verdad, no de la mentira, no de la intriga, no de la opresión, no del ultraje, no del odio, no de la calumnia; mi reino es la verdad, por eso todo aquel que ama la verdad es mi reino”.  Y Cristo rey, profeta y sacerdote inventa un medio para darnos a nosotros esa triple dignidad.”

" Todos nosotros, obispos y sacerdotes, no somos más que pequeñas epifanías, manifestaciones del único sacerdote que consagra el mundo a Dios.  ".   Monseñor Romero ve la necesidad de ser más humildes.  Papas, obispos y sacerdotes no están ahí en lugar de Jesús, el Ungido, pero sí necesitan manifestar la presencia de ese "único sacerdote", dejar que brille en sus acciones, en su discurso y en su silencio.  Los ministros deben tener sumo cuidado de no disfrazar ni ocultar en sus acciones la "consagración del mundo a Dios". Al fin y al cabo, no se trata de su opinión, de su posición personal.

Me ha gustado entender la dimensión sacerdotal del compromiso bautismal como la misión incondicional de servicio, en primer lugar a los pequeños, a los pobres.   Quizá sea una lástima que en la Iglesia el signo - tan evidente- del lavatorio de los pies, sólo se haga presente el Jueves Santo.  Jesús dio dos nuevos signos de su presencia en "aquella noche antes de su dolorosa y brutal muerte":  El lavatorio de los pies y la "fracción del Pan".  El primero recibe más atención que el segundo durante esa última cena en el testimonio de Juan.   La misión sacerdotal es la del servicio, como Jesús demostró en hechos y enseñó en palabras.  La consagración del mundo a Dios se produce ante todo en el servicio sostenido a "las viudas, los huérfanos y los forasteros". " En el corazón y las enseñanzas del Maestro está viva la opción preferencial por los pobres, y la toma de partido por las víctimas, porque ahí encontrarán cariño especial los marginados, indefensos, presos, excluidos y migrantes[2]. Mt 25,35-36". Quizá deberíamos aprender de la sabiduría de los árboles: antes de proyectarse hacia el cielo, tienen sus raíces bien plantadas en el suelo..  Sin el servicio a las personas vulnerables y que sufren, no podemos levantar los brazos al cielo.  Sin esa prioridad, incluso la celebración de la Eucaristía (también una tarea sacerdotal) se vuelve probablemente ininteligible.  Todos los bautizados somos "sacerdotes" ungidos.

"Y nosotros, predicando en nuestros púlpitos, con nuestras limitaciones, con nuestros defectos, no somos más que pequeños ecos del gran profeta que es Cristo nuestro Señor".    De nuevo la misma llamada a la humildad, y con una misión clara: ser ecos del gran profeta Jesús. "Nuestro cuidado está en ser fiel eco a esa voz de Cristo, el único que debe hablar al pueblo y a la conciencia.  ".   Nosotros no somos lós grandes profetas, pero en nuestra voz profética y en nuestra acción profética, es precisamente el profeta Jesús quien debe hablar.  Él hablará entonces a los hombres y a las mujeres, no sólo superficialmente, sino a su conciencia.   Por supuesto, esto no es sólo tarea de sacerdotes y ministros, sino de todo cristiano. En el bautismo, fuimos ungidos para una clara misión profética en Su Nombre.

Sabemos que Dios ve y escucha los gritos de las personas y los pueblos oprimidos y explotados, y que está comprometido en su liberación.  Pero quienes hoy tienen el poder y los medios para acabar con la explotación, la guerra y todas las formas de exclusión no tienen oído para la voz de Dios.  Si nosotros, profetas, permanecemos mudos, si no hablamos abiertamente y en voz alta tanto de esos pequeños ejercicios del Reino de Dios, como de las grandes fechorías de nuestro mundo, si nosotros - profetas- no hablamos a las personas y a las conciencias, Su voz no será escuchada.  Como bautizados, pequeños profetas ungidos como ecos del mismo Jesús, tenemos una misión crucial en nuestro mundo de hoy.

Por último, la tercera misión bautismal: "mi reino es el reino de la verdad, no de la mentira, no de la intriga, no de la opresión, no de la indignación, no del odio, no de la calumnia" .   En el bautismo, somos ungidos para ser eco de la realeza de Jesús, del Reino de Dios.  Monseñor Romero dice de Jesús: "mi reino es la verdad, por eso todo el que ama la verdad es mi reino".   Vivir de manera "real" -siguiendo el modelo de Jesús- es vivir en la verdad, es trabajar por una economía y un comercio justos, es defender la paz, es promover la misericordia y la comunión amorosa.   Esta es una tarea diaria como cristianos bautizados.

Ser bautizado no es tanto tener una foto o video de un rito bautismal o estar inscrito en un registro bautismal.  Uno es bautizado cuando cumple esa triple tarea siguiendo el modelo de la vida de Jesús.  Para eso fuimos bautizados.  En ese camino se compromete Su Espíritu en y con nosotros.   Quien no asume ese encargo en serio en realidad hace tiempo que no está bautizado, hace tiempo que está fuera de la Iglesia.

El arzobispo tituló su homilía con: "El bautismo, revelación de la realidad mesiánica salvadora".  Con ocasión de la celebración eclesial anual del bautismo de Jesús, eligió una especie de catequesis bautismal.  Del mismo modo que en el bautismo de Jesús se reveló esa "realidad mesiánica salvífica", todos los bautizados asumen el compromiso de estar a la altura de la tarea mesiánica de salvación.  Las tres dimensiones del bautismo pueden (re)ponernos en camino.

Sugerencias de preguntas para la reflexión y praxis, personal y comunitariamente..

El bautismo cristiano es una misión permanente para ser manifestación de la presencia salvífica de Cristo en la historia.

  1. Dónde están los nuevos desafíos para que yo/nosotros seamos "epifanía" del Cristo-Sacerdote que se expresó plenamente en el lavatorio de los pies?
  2. 2. ¿Dónde hay nuevos desafíos para que yo/nosotros seamos "ecos" de Cristo-Profeta que quiere tocar a las personas hasta nuestra conciencia?
  3. ¿Dónde están los nuevos desafíos para mí / nosotros para ayudar a construir y fortalecer las experiencias de Cristo - Rey (los valores del Reino de Dios)?

[1] Homilías de Monseñor Oscar A. Romero.  Tomo IV – Ciclo B,  UCA editores, San Salvador, primera edición 2007, p 167.172

[2] Alfredo J. Gonçalves, Fragmentos para una teología de las migraciones, en Susurros del Espíritu. Densidad teologal de los procesos de liberación, Amerindia, 2023,  p.661

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