"¿Por qué la iglesia no habla de violencia de género? ¿Por qué mira hacia otro lado?" Violencia de género en la Bíblia ¿Y en la Iglesia católica?

Violencia de género en la Bíblia
Violencia de género en la Bíblia

"La mayoría de las sociedades continúan siendo patriarcales, machistas, misóginas y, por supuesto, androcéntricas, en las que el papel de la mujer sigue arrinconado"

"En ningún momento, esta narración tiene la intención de rechazar la orientación sexual gay. Pensar que este pasaje condena la homosexualidad es un despropósito y anacronismo"

"Una iglesia que no denuncia el sufrimiento de millones de mujeres, sometidas a hombres malvados y autócratas, es una iglesia hipócrita y falsa. Alejada de las enseñanzas de Jesús de Nazaret y muy lejos de estar comprometida con las realidades temporales"

La violencia contra las mujeres sigue en aumento. Se estima que 736 millones de mujeres, una de cada tres, han experimentado alguna vez en su vida violencia física o sexual. En Ucrania son multitud las mujeres y niñas que están siendo violadas ante la pasividad de las autoridades internacionales. En los últimos veinte años, más de mil mujeres han sido asesinadas en España por violencia machista. Y aunque muchos países están incluyendo en sus agendas la erradicación de la violencia de género como objetivo prioritario, aún estamos muy lejos de alcanzar una verdadera igualdad de género. ¡Todavía queda mucho por hacer!

La mayoría de las sociedades continúan siendo patriarcales, machistas, misóginas y, por supuesto, androcéntricas, en las que el papel de la mujer sigue arrinconado. El ejemplo más claro es la iglesia católica. En nuestro mundo, continúan dándose episodios horrendos y estremecedores de violencia de género, como el que se narra en el pasaje bíblico que explico en el vídeo (Jueces 19, 22-30).

Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

La iglesia interpreta este relato, al igual que el de Sodoma, de manera sexualizada, defendiendo que en él se condena la homosexualidad. Justifica esta interpretación haciendo un uso equivocado e interesado del verbo yadah, que traduce como acostarse con, cuando la traducción más acertada es la de conocer. Una lectura homófoba y sexualizada que surgió en la Edad Media y que hunde sus raíces en el mundo helénico.

Otra forma de comprender este pasaje, la encontramos en quienes piensan que en él se habla de la falta de acogida y protección que experimentan los huéspedes del anciano campesino, por parte de los habitantes de Guibeá. Esta interpretación pone de manifiesto la denuncia explícita que la Biblia hace de la falta de hospitalidad con el forastero, con el extranjero que emigra a los países más desarrollados buscando una vida mejor.

En su ensayo, Amores bíblicos bajo censura, Renato Lings defiende la idea de que el pasaje tiene un propósito político muy concreto: presentar al rey Saúl, originario de Guibeá, y a su tribu de Benjamín, desde una perspectiva denigrante e ignominiosa. Se trataría de algo así, como de una especie de novela policíaca de ficción, redactada con fines políticos. Argumenta su teoría, acudiendo a las referencias que encuentra en este pasaje, de la lucha de poder que existió en Israel entre los partidarios del rey Saúl y los del rey David. De esta forma, el autor sagrado pretende provocar en el lector enfado, indignación y repulsa por la nefasta gestión política de Saúl, que terminó sus días siendo rechazado por Dios y apartado del trono de Israel.

Renato Lings

Sea una u otra interpretación, en ningún momento, esta narración tiene la intención de rechazar la orientación sexual gay. Pensar que este pasaje condena la homosexualidad es un despropósito y anacronismo.

Fijemos la mirada en el trato despiadado y mortal que recibe la esposa del levita, y que ha de ser considerado, en toda regla, violencia de género. Es verdad que, en la mente del autor del libro de Jueces, no existe como tal, la noción de violencia de género, ya que esta es posterior. Pero, no por ello, debemos obviar que este trágico episodio narra el maltrato que sufre una mujer en manos de hombres crueles y misóginos.

Según se dice en Jue 20, 5, la pretensión de los ciudadanos de Guibeá no es tanto conocer al levita, cuanto a su joven esposa. En el versículo citado, confiesa el levita: “Los vecinos de Guibeá se levantaron contra mí y rodearon por la noche la casa; intentaron matarme a mí, y abusaron tanto de mi esposa que murió”. Como explica Lings, al igual que ocurre en las novelas policíacas, en este caso y por boca del levita, conocemos la intención de los guibeítas al final del texto.

Así se pone de manifiesto que, aquellos hombres agresivos, lo que pretenden desde el inicio del relato es violar a la mujer del levita. Por eso le amenazan a él, porque sólo así conseguirán acceder a su esposa. Recordemos que, en aquella cultura y religiosidad sólo era posible conocer a una mujer, si el esposo, dueño de ella, lo permitía.

El crimen de Guibeá

Una sociedad que da la espalda a millones de mujeres maltratadas, humilladas y violadas por hombres depravados y violentos, es una sociedad hipócrita y falsa. Una iglesia que no denuncia el sufrimiento de millones de mujeres, sometidas a hombres malvados y autócratas, es una iglesia hipócrita y falsa. Alejada de las enseñanzas de Jesús de Nazaret y muy lejos de estar comprometida con las realidades temporales.

Seguir creyendo que la violencia contra las mujeres es una realidad que sólo ocurría en las sociedades antiguas y poco evolucionadas, y que nada tiene que ver con el mundo del siglo XXI, es no querer reconocer la evidencia, y continuar perpetuando este drama. Seguir pensando que, en la Biblia, no se denuncia el trato violento contra las mujeres, es no querer entender la palabra de Dios.

¿Por qué la iglesia no habla de violencia de género? ¿Por qué mira hacia otro lado, como si proteger a quien está indefensa, no formara parte del evangelio? ¿Por qué les incomoda tanto, a ciertos jerarcas y eclesiásticos, aceptar que en la Biblia se denuncia la mentalidad androcéntrica, machista, misógina y patriarcal, que defienden algunas corrientes políticas y sociales emergentes? Quienes gobiernan la iglesia, después de leer este pasaje, ¿pueden seguir pensando que en la Biblia no se contienen episodios de violencia de género? ¿Se justificarán diciendo que es una moda superficial y pasajera?

Violencia de género e Iglesia

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