¡Feliz domingo! Llegamos otra vez al final de la semana y lo hacemos en esa compañía de Bach que tanto nos llena y nos hace mirar en nuestra interioridad. Personalmente creo que lo hace incluso en los conciertos más (aparentemente) insignificantes, a pesar de que esta palabra no puede aplicarse en ningún sentido a la obra del maestro.

De nuevo vamos a estar un ratito en compañía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. De la actividad de Bach componiendo para el príncipe da testimonio como los recibos de las distintas impresiones de música como los realizados para pagar a músicos foráneos. Así, podemos saber que, de vez en cuando, se unían músicos de Rudolstadt, Halle, Merseburg o Leipzig. Así, por un lado, Bach tenía oportunidad de presentar en la corte a artistas de un talento excepcional y, por otro, ampliar los efectivos de la orquesta de la corte. A veces eran instrumentistas que tocaban instrumentos raros. Por ejemplo, Bach no solía contar con trompistas por lo que si, a lo mejor, quería interpretar el primer concierto de Brandeburgo, debía alquilar algunos para ello.

Escuchemos el Concierto para teclado n.º 15 en sol mayor, BWV 986. Es una obra muy compacta y es muy posible que esté basada en un original alemán en vez de veneciano, recordando mucho al príncipe Johann Ernst aunque carece de las debilidades con las que este solía componer, por lo que puede bien podemos dirigir nuestra mirada a Telemann como autor del original (aunque nada es seguro). La versión de Bach recuerda a otras obras anteriores suyas. Destaca también la imitación del primer movimiento que podría ser producto de la mano del propio Bach. En el segundo movimiento escuchamos un aire napolitano y el tercero tiene una verdadera forma sonata.

La partitura de la composición puede descargarse aquí.

La interpretación es de Bart Naessens.