¡Feliz Domingo de Resurrección! Hoy es el día de la alegría por la Resurrección del Señor, que ha vencido definitivamente. El coral de hoy tienen tintes de arrepentimiento, pero es el que toca según el orden del catálogo BWV que llevamos.

Seguimos con la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Hemos dejado a Bach con la publicación de su Clavier-Übung, imitando una idea que había visto en las obras de Telemann. Sin embargo, las cuatro partes de Bach constituyeron una colección sistemática del arte de tocar el teclado. Primero, incluyó obras dedicadas al clave de un teclado (primera parte), luego a uno de dos (segunda y cuarta partes) y también tanto al gran órgano como al que no tiene pedales (parte tercera). Además, Bach utiliza el estilo ampliamente aceptado, que podemos llamar «nacional», con otro muy enriquecido por su parte. Aparecen preludios corales, fugas, conciertos y demás formas musicales; todo por medio de piezas que constituyen un gran reto para el intérprete porque para nada son fáciles de interpretar.

Hoy vamos a escuchar una pieza muy breve como es su coral O Lamm Gottes, unschuldig, BWV 1095. Pertenece también, como otras que hemos escuchado, a los corales Neumeister. Este está escrito en compás ternario, como ese gran coral de los llamados Dieciocho Corales de Leipzig, y también del BWV 1085 que hemos escuchado ya. El preludio contiene un largo interludio que precede a la repetición de la primera línea del coral. La pieza de hoy tiene, además, una cadencia final especialmente bella.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí.

La interpretación es de William Porter al órgano.