¡Feliz domingo! Esta obras, las tocatas, que empezamos a escuchar el domingo pasado, son bastante importantes en el catálogo de Bach a pesar de que no son de las obras suyas que más se escuchan. Quizá sea porque son algo más abstractas pero lo cierto es que una atenta escucha a las mismas nos dice que la calidad que hay tras ellas es la más alta. Disfrutemos de otra perla del collar.

Pero antes detengámonos algo en la vida de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Aunque su tarea era componer música para órgano, las cantatas más antiguas que conservamos del maestro (BWV 150, 106, 196, 4) nos dicen que sus incursiones en el género estaban llena de novedad y de calidad, quizá inspirado por su visita a Buxtehude al norte de Alemania. Superó a sus modelos (Krieger, Kuhnau, Zachow) y se instaló directamente en un género que sería clave para él. El temperamento al que estaba afinado el órgano de Arnstadt le permitió explorar regiones y relaciones armónicas que sus predecesores ni siquiera habían intuido. Y esto no solamente en obras para el instrumento sino también en sus primeras cantatas, llenas de cromatismo y, por tanto, de un intenso color.

Escuchemos su Toccata en do menor, BWV 911. Es una obra bastante temprana, de nuevo mostrando la influencia de Buxtehude. Mezcla sabiamente el estilo improvisatorio con el contrapunto más estricto pero lleno también de inventiva. La composición tiene estructura tripartita ya que la fantasía inicial se diluye en un adagio y da paso a una fuga. El comienzo requiere de un gran virtuosismo y el adagio siguiente pone calma, con sus motivos en forma de escala menor ascendente. La habilidad cromática de Bach hace acto de presencia con las continuas modulaciones. La fuga es algo convencional aunque no deja de tener partes interesantes. Bach la interrumpe con diversos pasajes en forma de fantasía que nos recuerdan a la primera sección. Los compases finales, en imitación libre, redondean esta maravillosa obra.

La partitura de la pieza puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Christiane Jaccottet al clave.