¡Feliz miércoles! No es que vaya a presentar hoy ningún resultado importante gracias a algún investigador de que haya profundizado en algún tema, no. La conocidísima obra de hoy, subtitulada de esa forma, seguro que la tenemos en nuestra mente por muchísimas razones. Es más, lo mismo incluso alguna vez no hemos reparado quién la compuso. Lo veremos.

El artífice es Frédéric Chopin (1810-1849), maestro polaco nacido en Żelazowa Wola. Pronto sus profesores de piano se vieron incapaces de enseñarle nada más y uno de ellos, Jósef Elsner, lo calificó como genio. Comenzó a dar conciertos por Europa y sus dos conciertos para piano pronto lo descubrieron como un compositor especialmente dotado para la melodía. Robert Schumann también lo reconoció como otro genio y el implacable Franz Liszt también lo alabó. En París era constantemente requerido como profesor de piano y estaba siempre presente en los salones aristocráticos. Una aventura con George Sand hizo que ambos se refugiasen en Mallorca pero tuvieron que marchar debido a la enfermedad. De vuelta a París, compuso prolíficamente pero ya esa mala salud minó su actividad de forma radical.

Escuchemos el famosísimo Estudio en do menor, op. 10 n.º 12, subtitulado Revolucionario. Sus estudios se alejan de los modelos de otros compositores como Moscheles o Czerny y Chopin no solo pretendió componer algo centrado en la técnica sino que los dotó de una textura y un ambiente muy especial, pensado para las salas de concierto. Con esta pieza termina la colección de los estudios opus 10 y parece ser que Chopin la concibió como respuesta creativa a la invasión de Varsovia por parte de tropas rusas. Esa violencia inicial ha sido imitada frecuentemente pero nunca igualada. Ese fuego del Allegro con fuoco de la pieza la recorre de principio a fin inflamando toda la composición requiriendo, por otra parte, de una técnica muy depurada para conseguir toda la garra y la fuerza de la obra.

La partitura de la composición puede conseguirse aquí (página 36 del pdf).

La interpretación es de Sviatoslav Richter al piano.