Recíbenos en el paraíso

Jesu Redemptor, Lopes

¡Feliz lunes! Otra semana que comienza en esa sucesión de días que a veces parecen todos iguales y todos distintos. Con esta impresionante obra le vamos a pedir a Dios que nos reciba con las manos abiertas para abrazarnos. Es breve, por lo que tendrás que escucharla seguramente dos veces o incluso más. Además, el maestro que la compuso creo que nunca ha aparecido por aquí por lo que le vamos a dar también un abrazo de bienvenida.

Viseu

Te presento a Estêvão Lopes Morago (c. 1575-1630), compositor portugués de nacimiento en Madrid (concretamente en Vallecas) y que murió en Viseu. Entre 1592 y 1596 estudió con Filipe de Magalhães en Évora. El 15 de agosto de 1599 fue nombrado mestre de capela de la catedral de Viseu y luego se ordenó sacerdote, concediéndole el obispo algunos beneficios. Tres veinticinco años como maestro de capilla tenía intención de ver publicada su obra, por lo que el cabildo de Viseu le concedió un mes de permiso para viajar a Lisboa negociar él mismo todo eso, aunque no tuvo demasiado éxito. En sus últimos años parece ser que firmaba como franciscano, quizá porque con ellos encontró el retiro. Compuso una gran cantidad de obras de las que se conservan muy pocas. Su estilo es bastante conservador y, junto con su maestro Magalhães, Brito y Cardoso, se mantuvo dentro de la más estricta ortodoxia y del estilo típicamente peninsular.

Lopes Morago nos regala su Jesu Redemptor. Se trata de una letanía para el oficio de difuntos (deprecatio pro defunctis). El maestro compuso tres de ellas pero esta es la más espectacular porque está compuesta para ocho voces divididas en dos coros. Aunque la obra nos recuerda a las grandes composiciones policorales de Gabrieli (o, por qué no, a las de Victoria). Sin embargo, el carácter austero del oficio de difuntos y de la propia polifonía ibérica hace que la pieza sea más contenida. Fue un intento del maestro de alcanzar esas texturas a doble coro y creo que lo consiguió totalmente. Una composición verdaderamente impresionante que se nos derrite la boca como un bombón y nos deja un fuerte sabor a más.

La partitura de la obra puedes descargarla aquí.

La interpretación es del conjunto Pro Cantione Antiqua dirigido por Bruno Turner.

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