¡Feliz viernes! El Señor es mi luz y mi salvación. Para los que somos cristianos estas son unas de las palabras más ciertas que podemos afirmar cada día. Hoy nos la va a traer en música uno de los grandes maestros del barroco.

Me estoy refiriendo a Henry Purcell (1659-1695), compositor inglés nacido en Londres. De GuiaAudicion.com copio lo siguiente: «Purcell murió a la temprana edad de treinta y siete años, sin que las causas de su fallecimiento estén muy claras. Según se cuenta, un tanto legendariamente, las causas de su muerte deben buscarse en un resfriado cogido una fría noche otoñal pasada al raso, debido a que su mujer no le quiso abrir la puerta por llegar borracho. En donde en cambio sí que le abrieron las puertas completamente, pero ya a su cadáver, fue en la Abadía de Westminster, en donde se le enterró entre grandes honores, tal y como merecía el más grande compositor inglés, y en donde, ya bajo techado, reposa hoy en día».

Escuchemos el himno (anthem en inglés) The Lord is my light, Z55. Tras una pequeña sinfonía inicial, con las cuerdas como protagonistas, escuchamos un momento rápido y la pieza adquiere un ritmo que casi no abandona ya. El compositor hace suyo el texto del salmo 27 y empieza a jugar con él, de forma que va asignando cada parte a diversos solistas. Es posible que al famoso bajo le compusiese la música para las palabras «Though an host of men were laid against me». También escuchamos tríos vocales y es especialmente brillante el coro final que invoca ese luminoso aleluya conclusivo.

La interpretación es de The Sixteen dirigidos por Harry Christiphers.