Sonata para piano

Galina Ustvólskaya

¡Feliz miércoles! El contraste de la música de ayer con la de hoy es brutal. Quizá eso hace a ambas tan atractivas. Es posible que la que propongo hoy parezca casi ruido pero creo que es una buena representante de toda esa cantidad de estilos y escuelas que surgieron en el pasado siglo XX y que cambiarían la música de forma radical.

Galina Ustvólskaya

Nos visita hoy Galina Ustvólskaya (1919-2006), compositora nacida en San Petersburgo (llamada Petrogrado en el momento de su nacimiento). En una entrevista reconoció que componía directamente al piano ya que cada pieza suya tiene un largo proceso de concepción, tras el que es escrita. Esta mujer se vio hasta tal punto influida por Shostakovich que este llegó hasta pedirle matrimonio, cosa que Ustvólskaya rechazó. Le costó sangre, sudor y lágrimas escapar de la poderosa influencia del ruso y dicen los musicólogos que es el único miembro del grupos de sus discípulos que no es un clon suyo; nuestra compositora, así, pudo desarrollar un lenguaje totalmente persona, como hemos podido comprobar cada vez que hemos escuchado una obra suya aquí. Shostakovich se pavoneó ante Denisov de ser el valedor de Ustvólskaya ante el conservatorio pero lo cierto es que quien la defendió fue Mijaíl Gnesin.

Escuchemos su Sonata para piano n.º 6, composición de 1988. La musicóloga Maria Cizmic dice que «esta pieza inaugura un espacio de interpretación en el que el pianista siente dolor, poniendo en primer plano acciones corporales concretas y sensaciones de sufrimiento en una época en la que la violencia de la pasada URSS aún es cuestionada». Esta sonata es una de las últimas obras de la compositora y es todo un asalto a los sentidos, con clústeres en fffff y un tratamiento percusivo del piano especialmente destacado. Es una gigantesca historia de la que surge la melodía entre esos bloques sonoros. La pieza se inicia con un espressivissimo que marca un recorido en el que el propio intérprete tiene que prestar su cuerpo para imprimir más intensidad a la obra.

La interpretación es de Alexei Lubimov al piano.

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