Y espero la resurrección de los muertos

¡Feliz martes! Hoy vuelve a estar con nosotros una gran compositora que decidió elegir esta frase del credo para inspirarse. Algo que destaca más de la pieza es su sonoridad, que está muy conseguida y que nos permitirá obtener una buena colección de matices.

Esa compositora es Sofiya Gubaidúlina (1931-2025), compositora rusa nacida en la ciudad tártara de Chístopol. En muchas ocasiones ha tenido problemas con las autoridades rusas. Cuenta que incluso fue atacada mientras subía en ascensor hacia su casa en Rusia. Fue denunciada porque producía ruido en vez de música por lo que tuvo que exiliarse para evitar que el Kremlin fuese más allá. Esta amenaza para ella se convirtió en una fortaleza ya que le dio libertad y, aunque ganase menos dinero, le permitía componer lo que quisiera como quisiera. Se dijo que su música «estaba permeada por una espiritualidad tanto delicada como incandescente, lo que la ha llevado a la fama por todo el mundo». Esas fueron parte de las palabras que le dedicaron al ser galardonada por la Bienal de Venecia. Toda una maestra cuya música está presente, afortunadamente, en las salas de conciertos. Sin duda uno de los puntales de la música actual.
En 1985 compuso la sonata Et exspecto, para acordeón clásico solo. Evidentemente eligió la frase del credo «Y espero la resurrección de los muertos», aunque la obra no tiene un programa fijado ni demasiada relación con la Pascua. Se trata de una impresionante composición en cinco movimientos, para un instrumento que la compositora admiraba mucho. La armonía varía desde el coral a clústeres y otros momentos más estáticos y tranquilos. A lo largo de la misma, el acordeonista explora todas las posibilidades el instrumento, que a Gubaidúlina le gusta porque es capaz de respirar como si de una persona o animal se tratase. Diferentes efectos sonoros, incluso algunos percutivos, juegan con el sonido de esta impresionante composición.
La interpretación es de Markéta Laštovičková al acordeón.