¡Feliz sábado! Disfrutaremos hoy de música mariana de un maestro de esos que tienen un apellido conocido (por lo menos para los que conocen de música) y, en el caso de hoy, es una composición del que podemos decir que es el representante más conocido de ese apellido (que no fueron familia).

Me estoy refiriendo a Michael Praetorius (1571-1621), compositor alemán nacido en Creuzburg. El año 1571 se toma un poco por consenso como fecha de su nacimiento, aunque no es del todo conocido. Ello es así debido a que dos fuentes contemporáneas dicen que Praetorius murió cuando tenía cincuenta años (y eso ocurrió en 1621). Estudió en Frankfurt y con dieciséis años fue nombrado organista en esa ciudad. En 1595 reaparece como organista del duque Enrique Julio de Brunswick-Wolfenbüttel. Poco después accedió al puesto de maestro de capilla de la corte, con la que tuvo oportunidad de viajar por Europa. Luego sirvió para elector de Sajonia. Tanto su padre como su abuelo eran teólogos luteranos, y nuestro maestro de hoy heredó de ellos el gusto por lo sagrado, componiendo más de mil obras sacras.

Vamos a escuchar su motete Nigra sum sed formosa. Es una obra publicada en 1607 dentro de su colección Musarum Sioniarum. El compositor muestra una gran libertad en la obra, dedicándose especialmente a mostrar el lado humano de la misma. Para ello, elige diversas disonancias y otros elementos que destaquen el texto de una forma especial y llena de riqueza. Hay pequeños efectos dramáticos que no hacen sino poner más énfasis a esta bella obra, propia para el día del Corazón de María, que es hoy.

La interpretación es del Coro Balthasar Neumann digirido por Pablo Heras-Casado.