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"Lo que está ocurriendo en la Amazonía afecta a toda la humanidad", alerta el colombiano
(Vatican News).- Alfredo Ferro Medina es un jesuita colombiano que actualmente trabaja como coordinador del Servicio jesuita panamazónico, cuya sede se encuentra en Leticia, capital del departamento de Amazonas, en Colombia.
También es consejero y miembro del Comité Ejecutivo de la Red Eclesial Panamazónica (Repam).
Este es su diálogo con el periódico "L'Osservatore Romano".
Creo que uno de los retos más importantes a los que se enfrenta la Iglesia cuando se trata de crear nuevos caminos y de cómo los misioneros deben implementar la evangelización es reconsiderar nuestra práctica sobre el terreno. En mi opinión, este compromiso se basa en el diálogo intercultural y religioso, lo que presupone y exige una profunda capacidad de escucha.
Ya pasaron los tiempos en los que nos podíamos permitir tener esquemas mentales plasmados en una doctrina rígida, por lógicas externas que miraban al mundo sólo desde nuestro punto de vista, por ritos occidentales que no tenían en cuenta los símbolos y celebraciones de los pueblos indígenas.
Debemos cambiar nuestra manera de actuar, y para ello es necesario y urgente reconocer nuestros errores y estar humildemente dispuestos no sólo a dialogar, sino también a aprender.
El hecho de ser un servicio y no exactamente una obra jesuita, ya que nos llamamos Servicio Jesuita Panamazónico, nos permite tener una gran libertad de acción, ya que nuestra misión es concientizar, reunir, animar y crear acciones específicas a favor de la Amazonía gracias a una red que incluye también a la Compañía de Jesús (en el ámbito educativo y social) y a la Iglesia de América Latina, con un empeño específico con el funcionamiento de la Red eclesial panamazónica, tanto a nivel global como en la Triple Frontera.
De este objetivo deriva nuestra participación activa en la preparación de la asamblea pre-sinodal de la Iglesia colombiana, celebrada recientemente en Bogotá los días 13 y 14 de agosto, y en el encuentro intereclesial pre-sinodal de frontera que acaba de tener lugar en Tabatinga, Brasil, los días 6 y 7 de septiembre. Nuestro objetivo es dinamizar toda una serie de procesos.
El hecho de que el sínodo se celebre en Roma es una forma concreta de globalizar la Amazonía y hacer de ella una cuestión universal, transmitiendo el mensaje de que el planeta pertenece a todos y que lo que está ocurriendo en la Amazonía afecta a toda la humanidad, incluidos los territorios que no forman parte de esa zona.
Por otra parte, el impulso que el Papa Francisco ha dado al Sínodo y el apoyo a la Iglesia amazónica como tal son factores fundamentales para poner el territorio amazónico y sus problemas en el centro de la atención. Francisco acompañará de cerca el Sínodo y sus desarrollos, también por el deseo concreto del Pontífice de animar los cambios y transformaciones de la Iglesia amazónica, que necesariamente tendrán repercusiones en las otras Iglesias, a nivel local, nacional y continental, e incluso en la misma Iglesia universal.
Por último, la experiencia de la Red Eclesial Panamazónica, cuyo objetivo es trascender las fronteras y buscar una mayor sinergia entre las diversas Iglesias locales y nacionales a través de una visión global, ha sido increíblemente útil y ha llevado a una comprensión amplia y universal del problema.
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