Tras los informes de los visitadores apostólicos a la provincia y a la comunidad Amonestadas por el Vaticano las Carmelitas Descalzas enfrentadas a Mario Cargnello, obispo de Salta

Monseñor Cargnello
Monseñor Cargnello

El Vaticano zanja la cuestión recordando a las monjas obediencia debida al diocesano, al que denunciaron por violencia de género, y que deben observar la vida monástica y no involucrarse en apostolado no autorizado hasta tanto se decida

El Vaticano también les propone 'estricta clausura' y un manejo 'transparente' de los fondos que ingresan por gestión del esposo de la 'vidente' a través de una fundación, y un economato a cargo de las religiosas y no externo

Invita a las monjas de clausura al "diálogo con el obispo del lugar" y sugiere que se instituyan reuniones regulares, a fin de poder "enfrentar las situaciones problemáticas de modo continuo"

El arzobispado de Salta difundió este miércoles un comunicado notificando las indicaciones emanadas por la Congregación para la Vida Religiosa y Sociedades de Vida Apostólica

El Vaticano emitió indicaciones en las que se les recuerda a las monjas Carmelitas Descalzas del monasterio San Bernardo que, si bien gozan de autonomía, responden al arzobispo de Salta, Mario Cargnello, a quien denunciaron por supuesta violencia de género en el marco de un conflicto por la devoción popular a la Virgen del Cerro, a la que las religiosas fomentan, y cuyo culto la autoridad eclesiástica salteña no ha autorizado ni tampoco la veracidad de las apariciones y las revelaciones a la “vidente”.

En este sentido, la Oficina de Prensa del arzobispado de Salta difundió este miércoles un comunicado notificando las indicaciones emanadas por la Congregación para la Vida Religiosa y Sociedades de Vida Apostólica como consecuencia de los informes de los visitadores apostólicos a la provincia y a la comunidad de monjas.

El monasterio de San Bernardo envuelto en la controversia
El monasterio de San Bernardo envuelto en la controversia

Entre otras indicaciones, se les recuerda a las carmelitas que, si bien gozan de autonomía, están “bajo la vigilancia del obispo diocesano cuya autoridad y acción están establecidas por el derecho” y se les pide no involucrarse en actividades de apostolado como la que se ha generado entorno a una devoción mariana, hasta tanto “el obispo del lugar, o a través de él a la competente Congregación de la Sede Apostólica discernir su veracidad y autorizar las prácticas de culto en este contexto”.

Tras recordarles que esa comunidad religiosa “está obligada a la estricta observancia” de las normas, incluida la estricta clausura monástica, se les objeta que hayan “implicado” al monasterio en una iniciativa que va en “contra la voluntad del obispo y de los sacerdotes de la diócesis, que lleva a una división de la comunidad de la Iglesia local y a conflictos”.

“El monasterio, permitiendo a la ‘vidente’, la Sra. María Livia Galiano de Obeid, vivir en los locales propios y asignando algunos espacios para los peregrinos cercanos a este contexto, está claramente involucrado completamente en esta obra, contra la voluntad de la Iglesia local”, les advierten.

El Vaticano también les propone a las carmelitas un manejo “transparente” de los fondos que ingresan al monasterio por gestión del esposo de la “vidente” a través de una fundación, y un economato a cargo de las religiosas y no externo.

María Llivia Galliano

“Es necesario señalar con fuerza que la comunidad de las Carmelitas Descalzas de Salta debe vivir plenamente el carisma carmelita, no una obra que en consecuencia lleva a situaciones de tensión. Por esto se recomienda también una formación renovada en el espíritu de la Regla y según la tradición carmelitana, observando la propia tradición de vida monástica”, sostienen.

El Vaticano invita a las monjas de clausura al “diálogo con el obispo del lugar” y sugiere que se instituyan reuniones regulares, a fin de poder “enfrentar las situaciones problemáticas de modo continuo”.

La compleja relación de las monjas con el arzobispo comenzó con la llegada de Cargnello a la arquidiócesis salteña, en 1998. Pero la proximidad de las religiosas con el movimiento en torno a la Virgen del Cerro profundizó el deterioro. Cargnello no solo nunca reconoció el fenómeno de los supuestos mensajes que la Virgen le transmitía a una vidente, María Livia, sino que no permitía que se oficiaran misas en el lugar donde está el santuario. Pero la devoción creció con fuerza -sobre todo entre fieles de buena posición económica- a la par que aumentaba la tensión entre los más devotos y el arzobispo.

En medios eclesiásticos salteños dicen que las monjas no solo apoyaban la devoción a la Virgen del Cerro, sino que forman parte de de la fundación que se creó para recibir donaciones y que preside María Livia. Consideran que no les corresponde participar de una entidad jurídica que recolecta fondos para una devoción no reconocida por la Iglesia, máxime siendo miembros de una congregación. Más aún: señalan que las monjas fueron las receptoras de la cesión del lugar en las afueras de la capital salteña donde la gente se congrega en torno a la imagen. “Está a nombre de las monjas”, aseguran.

Allegados al convento afirman que las monjas están atravesando una delicada situación económica y, además de su sustento, necesitan reparar partes del convento como el techo de su capilla.

Viven de la venta de objetos religiosos, dulces y alguna renta, pero los fondos son escasos ante los gastos”, cuentan. Señalan que el arzobispado complica más las cosas porque está trabando la elección de la priora -la actual tiene el mandato vencido-, facultada para recibir las donaciones y cobrar los alquileres.

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