"La autoridad fáctica en la Iglesia norteamericana no recaerá tanto en los legítimos pastores como en esta red de filántropos conservadores" La extrema derecha católica global ante León XIV: los “filántropos” estadounidenses que la financian (IV)
"Por un lado, está la visión pastoral de los reformadores moderados, misericordiosos y dialogantes en los aspectos controvertidos de la fe y la moral. Liderada desde Roma por el Papa, ha gozado de una alta estima entre los católicos estadounidenses"
"La otra postura del catolicismo norteamericano, minoritaria, la representa el ala institucional conservador"
"Tim Busch: la necesidad de formar líderes católicos". "Frank J. Hanna III, colaborador cercano de Tim Busch y amigo de Newt Gingrich, además de miembro del Regnum Christi, es uno de los hombres más ricos de Atlanta"
"La reciente elección de Mons. Paul S. Coakley como presidente de la USCCB parece reforzar más aún esta dinámica: es miembro del Instituto Napa, sus posiciones han denotado en el pasado desafección hacia el Papa y ahora su designación indica continuidad, no cambio, en la influencia de estos grupos sobre la jerarquía católica estadounidense"
"Tim Busch: la necesidad de formar líderes católicos". "Frank J. Hanna III, colaborador cercano de Tim Busch y amigo de Newt Gingrich, además de miembro del Regnum Christi, es uno de los hombres más ricos de Atlanta"
"La reciente elección de Mons. Paul S. Coakley como presidente de la USCCB parece reforzar más aún esta dinámica: es miembro del Instituto Napa, sus posiciones han denotado en el pasado desafección hacia el Papa y ahora su designación indica continuidad, no cambio, en la influencia de estos grupos sobre la jerarquía católica estadounidense"
| José Manuel Vidal, con la colaboración de Dawn Eden Goldstein
En los artículos anteriores de esta serie sobre la extrema derecha mundial se ha delineado un enfrentamiento —aún en curso— entre dos corrientes principales dentro del catolicismo estadounidense.
Por un lado, está la visión pastoral de los reformadores moderados, misericordiosos y dialogantes en los aspectos controvertidos de la fe y la moral. Liderada desde Roma por el Papa, ha gozado de una alta estima entre los católicos estadounidenses: la aprobación a la persona y magisterio de Francisco, mal que le pese a algunos, estuvo siempre entre un 90% y un 75%, mientras que su valoración por adscripción política osciló entre el 88% de los católicos demócratas y el 69% de los católicos republicanos, según estudios del Pew Research Center.
La otra postura del catolicismo norteamericano, minoritaria, la representa el ala institucional conservadora. Se muestra recelosa de la agenda social de Francisco y, financiada por un pequeño grupo de influyentes laicos, retrata a la Iglesia como un bastión que debe resistir la influencia secular hasta que se restauren los valores tradicionales. Este grupo utiliza una presentación superficial del “catolicismo tradicional”, idealizado como caballo de Troya, para promover su verdadera filosofía basada en los antivalores seculares del capitalismo sin restricciones.
Según el historiador Massimo Faggioli, el episcopado estadounidense “sin parangón en el mundo por su resistencia a Francisco” (The Pope & the Americans, 2023), corre el riesgo de reproducir una nueva forma de “americanismo”, en el sentido de hacer prevalecer sobre la lógica universal del Evangelio ciertos valores culturales como son el individualismo, cierto concepto de libertad y el mercado (The Church in the Trump Era: Catholicism or Americanism?, 2016).
En este contexto, el nombramiento del entonces obispo de Chiclayo Robert F. Prevost como prefecto del Dicasterio para los Obispos fue interpretado como un movimiento de Francisco para promover un episcopado estadounidense menos fragmentado y más receptivo a la sinodalidad.
La diferencia entre estas dos concepciones de la Iglesia se hizo visible en octubre de 2023. Durante la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo, clérigos y laicos, hombres y mujeres religiosos, participaron en la escucha mutua y el discernimiento colectivo, todos con derecho a voto. En el Aula Pablo VI se debatieron sin miedo ni prejuicios temas como la ampliación del papel de las mujeres en la Iglesia, el acompañamiento de personas homosexuales y transgénero, el empoderamiento de las comunidades indígenas o los derechos de los más pobres: sin plantearse un cambio formal de la doctrina, emergió una vívida expresión de la Iglesia como “hospital de campaña”, más preocupada por quienes sufren que por defender sus propios intereses.
En contraste, casi al mismo tiempo, durante la conferencia “Principled Entrepreneurship” organizada por el Instituto Napa los días 10 y 11 de octubre de 2023 en Manhattan, unos 5.000 participantes, según los organizadores, salieron en procesión por las calles de Nueva York, no sin cierto triunfalismo, portando la Eucaristía bajo un dosel dorado tras la misa de apertura en la catedral de San Patricio.
Detrás de este acto litúrgico muy mediático (reminiscencia de los años 50), estaban los denominados en los tres artículos anteriores como FOB (“Friends of Bannon and Busch”). Muchos criticaron la conexión entre el objetivo declarado en la convención del Instituto Napa —poner fin a la ideología “woke”— y aquella demostración eucarística: incluso el padre Mike Schmitz, uno de los organizadores, reconoció la posibilidad de que “muchos no entendieran” la iniciativa.
En el centro del evento estaba Timothy R. “Tim” Busch, abogado y empresario de Irvine, condado de Orange. Su estrecho colaborador es Frank J. Hanna III, y su mentor Tom Monaghan, fundador y presidente de Legatus. La red de filántropos adinerados que los apoya incluye también a protestantes como los hermanos Koch, así como a Howard y Roberta Ahmanson, esta última mecenas de Rod Dreher, como se menciona en los agradecimientos de su libro The Benedict Option, una especie de manual de los FOB. En el Reino Unido, Sir Rocco Forte, propietario del Catholic Herald, es otra figura clave en el financiamiento de la extrema derecha católica global.
“El ascenso de Busch refleja el poder menguante de los obispos estadounidenses tras su mala gestión de los casos de abusos sexuales clericales del pasado” (Harriet Ryan, Los Angeles Times). Otros señalan la polarización política en la sociedad estadounidense y la instrumentalización de cuestiones morales, como el aborto, entre los católicos. Busch y otros conservadores promueven la indignación contra católicos como Joe Biden o Nancy Pelosi, a quienes consideran casi traidores a la fe: “Busch ha afirmado que ambos fingen ser católicos y que Biden está inspirado por el mal”. Donald Trump, no siendo un hombre religioso, ha explotado esta división, preguntando en un mitin en New Hampshire cómo un católico podría votar por Joe Biden.
Tim Busch: la necesidad de formar líderes católicos
Busch creció con cinco hermanos en Clinton, Michigan. Su padre administraba una pequeña cadena de supermercados, donde Tim empezó a trabajar a los siete años. De adolescente, consideró la posibilidad del sacerdocio: su catolicismo es combativo, “sin haber tomado jamás un solo curso de filosofía o teología”.
En los años 80 se trasladó al condado de Orange. Cuando él y su esposa Steph necesitaban inscribir a sus hijos en la escuela, al verse sorprendidos por el deterioro de las instalaciones diocesanas, fundaron la escuela St. Anne en Laguna Niguel junto con el concesionario de autos Marc Spizziri, y más tarde, en 2003, el instituto JSerra High en San Juan Capistrano: “En 2023, este último, con un impresionante campus de 37 acres, recibió 800 solicitudes para 375 plazas de primer año.”
Con la misma determinación, en 2008 ayudó a la diócesis de Orange a negociar la compra del complejo de la antigua Crystal Cathedral en Garden Grove, del tele-evangelista Robert Schuller. La actual Christ Cathedral fue adquirida por 57 millones de dólares, y de allí surgió una de las frases célebres de Busch: “Respeto a los sacerdotes y obispos en la medida en que observen el sentido común y el comportamiento empresarial normal”. EWTN, que tiene a Busch en su junta directiva, tiene su sede en la costa oeste en esta misma catedral.
Hoy, “construyendo estructuras que sirvan como alternativas a la Conferencia de Obispos de EE. UU. en materia de comunicación y narrativa” (Tom Roberts), Tim Busch extiende su influencia por todo el catolicismo estadounidense. Colaborador del Opus Dei, considera al arzobispo de Los Ángeles, José Gómez —también miembro del Opus Dei—, uno de sus consejeros más cercanos. En South Bend, su instituto financia conferencias en la Universidad de Notre Dame para figuras conservadoras como el juez de la Corte Suprema Clarence Thomas.
Busch también es responsable de la mayor donación en la historia de la Universidad Católica de América: 15 millones de dólares para crear lo que hoy se conoce como la “Escuela de Negocios Busch”. Se cree que colaboró con los hermanos Koch en la planificación de esta donación, ya que la Fundación Charles Koch aportó simultáneamente 10 millones de dólares al mismo proyecto. En 2017, Busch elogió a Charles Koch como el “refundador de América”.
Aunque Tim Busch y su esposa se han abstenido de criticar públicamente al papa Francisco, han utilizado su riqueza y contactos para difundir las opiniones de los detractores del Papa, contrarrestando sus supuestas inclinaciones progresistas. Como dijo Austen Ivereigh, “si se le preguntara al Papa quién se le opone, seguramente pensaría en institutos como Napa, sin duda alguna”.
Entre los eclesiásticos críticos de Francisco que han encontrado un hogar en el Instituto Napa —fundado en 2010 por Busch y el P. Robert Spitzer, S.J., para “profundizar la fe y formar líderes católicos”— están el cardenal Raymond Burke, quien en 2019 denunció la “confusión y el error generalizados durante el pontificado de Francisco” y el cardenal Gerhard Müller, quien además de ser un orador frecuente de Napa, forma parte de su Consejo Asesor Eclesiástico junto al arzobispo Charles Chaput (también en la junta de EWTN).
Otros prelados de renombre son Joseph Strickland, obispo emérito de Tyler, Texas, escéptico respecto a las vacunas, que tras bendecir una manifestación negacionista electoral en 2020 recibió un premio de Napa por defender la verdad moral y el arzobispo John Nienstedt (amigo de Carlo M. Viganò) contratado por Busch como capellán de Napa tras dimitir como arzobispo de Minneapolis: Strickland fue destituido por el papa Francisco en noviembre de 2023 tras una visita apostólica motivada por quejas del clero de Tyler.
Hace unos días, el 10 de noviembre de 2025, la Conferencia Episcopal de USA (USCCB) ha elegido como presidente a Paul S. Coakley, arzobispo de Oklahoma City y asesor eclesiástico del Napa Institute: Coakley nunca se retractó de su declaración de 2018 en la que expresaba su “más profundo respeto” por la “integridad personal” de Viganò (declarado culpable de cisma y excomulgado en 2024), al tiempo que pedía una “investigación y purificación de la Iglesia”.
Como acaba de confirmar Faggioli a NCR, “la elección de Coakley como presidente de la USCCB parece confirmar la brecha o distancia entre Roma y la USCCB, y no se debe al papa Francisco: queda por ver qué dinámicas se desarrollarán en los próximos tres años con León XIV”.
Frank J. Hanna III: el cerebro detrás de las operaciones de Busch
Frank J. Hanna III, colaborador cercano de Tim Busch y amigo de Newt Gingrich, además de miembro de Regnum Christi, es uno de los hombres más ricos de Atlanta, Georgia. En 2005, su fortuna se estimaba en 500 millones de dólares, y las estimaciones actuales sugieren que pudo haberse duplicado desde entonces.
Este miembro de los consejos del Napa Institute y del Acton Institute también forma parte, junto con Busch, del consejo de gobierno de EWTN, la cadena de televisión católica conservadora con más de 300 millones de espectadores en todo el mundo. Al igual que Busch, Hanna ha sido un donante importante para los Legionarios de Cristo durante muchos años: muchas de las obras apostólicas que financia, como el Lumen Institute o la Divine Mercy University, fueron fundadas o son gestionadas por la Legión.
El pasado verano, Frank J. Hanna mostró su pensamiento cuando brindó una conferencia en el Napa Institute sobre la desigualdad como característica del bien común y querida por Dios: “Esta relación se basa en la biología. Biológicamente, cuando nace una camada de gatitos, puede haber más de los que la madre puede alimentar. Por esto los gatitos compiten entre sí por la comida de su madre. Y a veces, uno de ellos muere por falta de alimento o pasa el resto de su vida como el más pequeño de la camada”.
Pocas semanas después, Dilexi te sería la enmienda a la totalidad de aquel discurso de cariz darwinista y calvinista (la riqueza como señal de favor y elección de la providencia divina): “Los pobres no están en esta situación por casualidad ni por un destino ciego y cruel. Tampoco, para la mayoría de ellos, la pobreza es una elección. Sin embargo, hay quienes todavía se atreven a afirmar esto, revelando así su propia ceguera y crueldad”. Como comentaría Paul Chu, en el beneficio que se obtiene de la providencia divina y el trabajo humano, también influyen “los privilegios heredados, las estructuras sociales injustas o las prácticas despiadadas”.
La propia trayectoria de Frank J. Hanna lo muestra: junto con su hermano David Hanna, fundó CompuCredit, ahora conocida como Atlanticus Holdings Company, que obtuvo ganancias explotando a personas de bajos ingresos mediante tarjetas de crédito subprime. El gobierno federal multó a CompuCredit con 230 millones de dólares por prácticas publicitarias engañosas.
Por otra parte, el principal vehículo filantrópico de Hanna es la Solidarity Association, fundada a principios de la década de 2000 para financiar la Solidarity School, cerrada en 2017. Actualmente, la asociación apoya a EWTN, a la Busch School en la Catholic University of America y a FOCUS, y se caracteriza por su falta de transparencia: no publica información financiera y mantiene su estatus como entidad eclesial oficial, pese a que la escuela que justificaba esta excepción ya no existe. También financia instituciones educativas como Holy Spirit College en Atlanta y Pontifex University, ninguna de ellas acreditada oficialmente.
Entre los beneficiarios de la Solidarity Association se encuentra Sophia Institute Press, editorial católica que hasta 2019 mantenía una reputación de defensa de la ortodoxia católica, pero que desde entonces ha publicado obras abiertamente hostiles al Papa Francisco como “Infiltration”, de Taylor Marshall, promoviendo teorías conspirativas y críticas ideológicas que refuerzan la narrativa de la extrema derecha católica estadounidense.
Sean M. Fieler: filantropía que “marca la diferencia” en política
Sean Fieler es un gestor de fondos estadounidense (presidente y CEO de Equinox Partners) con base en Connecticut, destacado por sus donaciones políticas y filantropía católica conservadora. A través de la Chiaroscuro Foundation y luego del Chiaroscuro Fund, gestionado por los Caballeros de Colón, ha canalizado fondos hacia organizaciones pro-vida y programas de formación de líderes católicos. En 2018 recibió el New Evangelization Award del Institute of World Politics.
Fieler forma parte de la misma red que Busch, Hanna y Leonard Leo, considerada más influyente que los propios obispos estadounidenses en ciertos ámbitos. Sus donaciones financian iniciativas políticas, campañas de concienciación y redes de votantes que promueven valores conservadores, particularmente en torno a la oposición al aborto y a la llamada “ideología woke”.
Conclusión: un hombre de Napa al frente de la USCCB
Esta red de católicos millonarios ejerce su influencia en la Iglesia estadounidense no solo mediante la política, sino también financiando instituciones que promueven una visión conservadora del catolicismo en una sociedad conformada por el puritanismo calvinista. Aunque sus actividades no son ilegales ni inmorales, generan preocupación entre los fieles, ya que unos pocos millonarios, gracias a su poder económico, intentan imponer su particular visión sobre toda la Iglesia institucional.
Tom Roberts, editor ejecutivo de NCR, ya afirmó en 2021 que “tienen una influencia desproporcionada en ciertas partes de la Iglesia estadounidense”, en paralelo con una jerarquía debilitada y con credibilidad limitada tras la crisis de abusos clericales.
En el pasado, esta red ha financiado, difundido y legitimado discursos críticos con el Papa y anti-liberales, especialmente en cuestiones económicas, migratorias y ecológicas. Lo grave es que su influencia se ha ejercido sin oposición significativa de los obispos locales o de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB).
La reciente elección de Mons. Paul S. Coakley como presidente de la USCCB parece reforzar más aún esta dinámica: es miembro del Instituto Napa, sus posiciones han denotado en el pasado desafección hacia el Papa y ahora su designación indica continuidad, no cambio, en la influencia de estos grupos sobre la jerarquía católica estadounidense.
Para muchos, la mala noticia de esta elección, pocos meses después de la elección de León XIV, el primer Papa norteamericano, es que se entrevé un panorama donde la autoridad fáctica en la Iglesia norteamericana no recaerá tanto en los legítimos pastores como en esta red de filántropos conservadores.
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