"Se trata de retomar los sueños del Papa Francisco" Monseñor Arizmendi: "La novedad de la Asamblea es que va a ser 'eclesial', es decir, con gente sencilla del pueblo"

Cardenal Felipe  Arizmendi
Cardenal Felipe Arizmendi

El cardenal Felipe Arizmendi, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, expresa en una entrevista la novedad que presenta la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, a celebrarse en noviembre próximo

"Que nuestro pueblo diga, proponga y hable y nos dé un buen ejemplo de por dónde caminar, con la iluminación de la Palabra de Dios, del magisterio, pero también con su experiencia"

"Se trata de compartir, escuchar, estar cerca de la gente. El Papá nos insiste mucho en eso. En escuchar al Santo Pueblo de Dios, en un clima de oración y de discernimiento"

(Vatican News).-En la Basílica de Guadalupe de la ciudad de México, dio inicio el pasado 24 de enero el camino hacia la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe que se realizará del 21 al 28 de noviembre de 2021. El cardenal Felipe Arizmendi, refiriéndose a este evento afirmó: “la novedad es que ahora va a ser una Asamblea Eclesial, no una Conferencia el Episcopado Latinoamericano (…) será una Asamblea donde habrá unos cuantos obispos y fundamentalmente estará el santo pueblo de Dios: laicos, laicas, sacerdotes, religiosas, obispos”.

Escucha y participación

El purpurado mexicano subrayó el elemento de la participación como elemento clave en la realización del evento, en el que están invitados a participar los fieles de todos los países, las diócesis y las conferencias episcopales. La información se obtendrá “a partir de lo que la gente diga, que significa expresar ¿cómo estamos viviendo? ¿qué está pasando? ¿qué se pide a la Iglesia?” Se trata de retomar los sueños del Papa Francisco, el sueño social, ecológico, cultural y eclesial, añadió.

En continuidad con Aparecida

El cardenal Arizmendi afirmó que la Asamblea Eclesial está en continuidad con las Conferencias del Episcopado Latinoamericano, particularmente con la de Aparecida, realizada en 2007, y con el magisterio pontificio, especialmente el del Papa Francisco expresado en documentos como la Evangelii gaudium, Laudato si’, Christus vivit, Querida Amazonia y otros. “Se trata de ver ¿qué nos está diciendo Dios a través del papa Francisco?” y juntos como Iglesia, ver ¿qué le dice Dios a esta asamblea?”

Arizmendi expresó que hay un movimiento en toda la Iglesia por trabajar en sinodalidad, escuchándonos, retomando las orientaciones. En el caso del continente latinoamericano, está Aparecida, “que no ha pasado de moda y debemos retomarla, pero reflexionando sobre las nuevas realidades que tenemos hoy en el mundo.”

Por una Iglesia pueblo, no de élites

El cardenal Arizmendi recordó el video que, con motivo del lanzamiento de la Asamblea Eclesial, envió el Papa Francisco, el pasado domingo 24 “que no sea un grupo elitista, solamente con algunos especialistas de los temas, sino que también con gente sencilla del pueblo. Tenemos que escuchar a la gente”, insistió.

Seguidamente recordó el ejemplo de Jesús de Nazaret, quien “se pasó 30 años conviviendo con la gente, escuchando, compartiendo con la gente, antes de empezar a predicar. Se trata de compartir, escuchar, estar cerca de la gente. El Papá nos insiste mucho en eso. En escuchar al Santo Pueblo de Dios, en un clima de oración y de discernimiento”.

Desafíos urgentes

El purpurado enumeró algunos desafíos que la Iglesia Latinoamericana debe enfrentar: “ahorita, la pandemia. Pero con la pandemia está la economía y otros temas fundamentales como la ecología, la pobreza, la marginación y la corrupción (…) el problema no es solo la ecología o la región amazónica, también tenemos la situación que viven los pueblos originarios, los jóvenes, la fragmentación de las familias, la disminución de vocaciones sacerdotales y religiosas”.

El cardenal, ante los numerosos y complejos desafíos, expresó que los sueños del Papa Francisco dan esperanza y expresó el deseo de que el Espíritu Santo nos ilumine para que podamos responder a estas inquietudes que tiene la Iglesia nuestra América Latina y que la Virgen María nos acompaña para, así como ya estuvo en el Tepeyac, cerca de este pueblo que estaba sufriendo mucho, también estemos cerca de nuestro pueblo.”

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