Arzobispo de Córdoba: "Es la hora de la verdad. Estamos a tiempo" Monseñor Rossi encabeza un acto de apoyo al centro de recuperación de adictos en Córdoba (Argentina)

Monseñor Rossi sj.  en el acto de apoyo al centro de recuperación de adictos en Córdoba (Argentina)
Monseñor Rossi sj. en el acto de apoyo al centro de recuperación de adictos en Córdoba (Argentina)

"Basta de droga! Basta de violencia!"

El arzobispo de Córdoba, Argentina, encabezó en la tarde del lunes 27, el acto de apoyo al centro de recuperación de adictos baleado días atrás y ubicado en uno de los barrios marginales de la capital cordobesa

Estuvo acompañado de un importante número de sacerdotes, consagrados, integrantes del Comité Interreligioso por la Paz (COMIPAZ) que nuclea a líderes de todas las religiones y confesiones

En su mensaje, centrado en la esperanza y el llamado al compromiso de todos, desafió: "Es la hora de la verdad. ¿Nos inclinaremos para tocar y curar las heridas de los otros? ¿Nos inclinaremos para cargarnos al hombro unos a otros?"

"Retomando el desafío de la esperanza –remarcó Rossi- (pongámosla) por encima de los miedos y de las broncas"

El arzobispo de Córdoba, Argentina, encabezó en la tarde del lunes 27, el acto de apoyo al centro de recuperación de adictos baleado días atrás y ubicado en uno de los barrios marginales de la capital cordobesa.

Monseñor Ángel Rossi sj, estuvo acompañado de un importante número de sacerdotes, consagrados, integrantes del Comité Interreligioso por la Paz (COMIPAZ) que nuclea a líderes de todas las religiones y confesiones, curas villeros, organizaciones civiles, funcionarios de los gobiernos provincial y municipal entre otros, además de público en general y referentes, que colmaron la explanada enfrente a la Iglesia Catedral de Córdoba.

El acto, cargado de simpleza y contundencia, comenzó con la entonación del Himno Nacional Argentino y el testimonio de dos ex adictos, que llamaron a ni dejarse hundir por el flagelo de la droga. A continuación fue presentado el único orador del acto, el arzobispo Ángel Sixto Rossi sj.

En su mensaje, centrado en la esperanza y el llamado al compromiso de todos, acentuó que el anhelo de “basta de droga y de violencia“ no sabe de banderías, no tiene partido, es de todos, es del Pueblo … es la consigna de todos, las que nos une a todos, la que nos sienta en una mesa común a todos, donde el tema central no sea la tajada propia, egoísta, sino el bien común de nuestra gente, el cuidado de todos, especialmente de los más débiles, de los vulnerables y vulnerados, que es lo que hace de la política la expresión más alta de la caridad, del amor, tal como nos dice el Papa Francisco.”

“No es exclusividad de ninguna religión –continuó-; este deseo es un lugar sagrado, que nos une a todos los credos, es un templo común, donde hay lugar también para quienes no profesan ninguna fe, donde descalzamos el alma, juntamos las manos, donde lloramos …”

“Nos parte el alma el encierro de nuestros abuelos, en lugar de poder salir a la vereda, sacar sus reposeras, compartir unos mates y disfrutar de la puesta del sol. Porque nos desespera la deserción de los chicos en el colegio, las aulas despobladas, reemplazadas por una esquina oscura del barrio o un rincón de la placita, añadió el prelado.

Rossi completó: “juntamos las manos pero después las abrimos para el servicio, para darlas, para meterlas en el barro sin miedo de que se ensucien, pero que se ensucien en el barro de nuestra debilidad y no en el fango de la corrupción. Y las metemos todos. De lo contrario ellos seguirán ganando … Algunos tienen dada su función, más responsabilidad que otros en esta labor, pero de esta no zafa nadie.”

"Porque nos desespera la deserción de los chicos en el colegio, las aulas despobladas, reemplazadas por una esquina oscura del barrio o un rincón de la placita"

“Somos conscientes que hay realidades que los ciudadanos del llano no podemos manejar, que superan nuestras posibilidades … pero que sí están al alcance de instituciones que pueden y deben administrar para el bien común.”

“En el escenario más cercano –y por lo tanto más humano- el cotidiano, algo tenemos que hacer bajo la bandera de la solidaridad –continuó el arzobispo de Córdoba-; algo debemos hacer para apagar alguna lágrima, para mitigar alguna herida, para acompañar alguna soledad, para satisfacer algún vacío en el alma o en el vientre, para encender una luz en tantas situaciones tenebrosas.”

Monseñor Rossi agregó:Esta es una misión compartida. Estamos todos en la misma barca, nos recordó el Papa Francisco. Y es verdad. El problema –como dice el padre Rafael Velasco sj- es que mientras unos viajan en primera, otros van amontonados en la bodega del barco … Si hoy valoramos y aplaudimos a los que trabajan para que la nave no naufrague, sería muy bueno y digno que cuando el peligro haya pasado no los lancemos por la borda.”

Estamos a tiempo –enfatizó-, pero que nos quede claro que si no actuamos hoy, dejaremos de ser protagonistas, parte de la solución, para convertirnos en meros espectadores de esta tragedia; contemplaremos esta película de terror desde la butaca de nuestra indiferencia o de nuestra negligencia cómplice.”

Acto Basta de drogas y de violencia
Acto Basta de drogas y de violencia

“Nuestras múltiples máscaras, nuestras etiquetas y nuestros disfraces hoy se caen: es la hora de la verdad. ¿Nos inclinaremos para tocar y curar las heridas de los otros? ¿Nos inclinaremos para cargarnos al hombro unos a otros? Este es el desafío presente al que no hemos de tenerle miedo -dijo-. En los momentos de crisis la opción se vuelve acuciante. Podríamos decir con el Papa que, en este momento, todo el que no pasa de largo es porque está entre los heridos o está cargando sobre sus hombros a alguno de ellos.”

En referencia a la importancia de ejercer la solidaridad, Monseñor Ángel Rossi sj afirmó: “Tenemos la obligación cívica del compromiso con los marginados y sufrientes, compromiso que debería ratificarse cada mañana como un ejercicio practicado en clave de afecto. … Ser solidarios en el mundo de hoy no es la práctica de algunos gestos amables esporádicos, sino que hace a nuestra identidad de personas … Ser solidarios es atreverse a poseer la constante sensibilidad de que nos duela, un poco al menos, el dolor de los dolidos … hacerlo nuestro y obrar en consecuencia.”

Monseñor Rossi, parafraseando al Papa Francisco, llamó a atreverse a soñar: “Sueño una Argentina que se hace cargo del niño y del joven; que como un hermano socorre al pobre … que escucha y valora a los enfermos y a los ancianos; donde los jóvenes respiren el aire limpio de la honestidad y de una vida sencilla, no contaminada por las infinitas necesidades del consumismo.”

“Retomando el desafío de la esperanza –remarcó Rossi- (pongámosla) por encima de los miedos y de las broncas”, para concluir con la lectura del poema del uruguayo Mario Benedetti “No te rindas”, que remata expresando:

No te rindas, por favor no cedas
Aunque el frío queme
Aunque el miedo muerda
Aunque el sol se esconda
Aunque calle el viento.
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya
Y también tuyo el deseo,
Porque no hay heridas que no cure el tiempo

No te rindas, por favor no cedas
Porque cada día es un comienzo nuevo
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo.
Porque yo te quiero.

La manifestación en reclamo de “Basta de droga, basta de violencia” culminó con una oración interreligiosa desde la oración “Señor, haz de mi” de San Francisco de Asis, para luego entre los ministros de todos los credo, invocar la oración de Aarón sobre todos los presentes, que fueron invitados a firmar un acta que deja constancia de los motivos del acto.

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