Obispos cubanos llaman a la solidaridad ante la devastación causada por el huracán Melissa
Cáritas Cuba coordinará la recepción y distribución de la ayuda humanitaria
En un comunicado ofrecido el jueves 30 de octubre, la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba lamentó los graves daños causados por el huracán Melissa en el oriente del país y expresaron su solidaridad con las poblaciones que sufren las consecuencias del desastre.
Igualmente, los obispos cubanos hicieron llegar su oración y abrazo compartido al pueblo y a la Iglesia de Jamaica, quienes enfrentan también la devastación que causó el ciclón en este territorio costero
(ADN Celam).- En un comunicado ofrecido el jueves 30 de octubre, la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba lamentó los graves daños causados por el huracán Melissa en el oriente del país y expresaron su solidaridad con las poblaciones que sufren las consecuencias del desastre.
Igualmente, los obispos cubanos hicieron llegar su oración y abrazo compartido al pueblo y a la Iglesia de Jamaica, quienes enfrentan también la devastación que causó el ciclón en este territorio costero.
El mensaje también describe la grave situación en el oriente cubano calificándola como una “catástrofe de enormes proporciones”. Un millón de personas se han visto afectadas de diversas maneras: familias enteras han perdido sus viviendas, techos, colchones o enseres domésticos. En muchos pueblos, los postes telefónicos y eléctricos han caído por completo, mientras que en las zonas montañosas los daños son comparados con un paisaje “arrasado por el viento”.
Del mismo modo, exponen con pesar los destrozos sufridos en el Santuario Nacional de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, cuyas vidrieras, farolas y pintura exterior resultaron gravemente dañadas, aunque sin comprometer su estructura. Sumado a esto, varias casas religiosas y templos también perdieron techos o quedaron anegados por las aguas.
Tragedia en medio de la precariedad cotidiana
Recordaron los prelados que la emergencia causada por el huracán se suma a la compleja situación cotidiana de Cuba, marcada por la escasez de bienes esenciales, los cortes prolongados de energía y la proliferación de enfermedades.
Aun en la difícil situación provocada por el huracán, los obispos agradecieron a Dios que no se hayan registrado hasta el momento pérdidas humanas y la entrega generosa de quienes brindaron refugio a las personas en situación de mayor vulnerabilidad.
Llamado a la solidaridad y a la esperanza
En su comunicado, los obispos cubanos hicieron un llamado a la acción solidaria de las Iglesias y Cáritas hermanas, y de los cubanos residentes tanto en la isla como en el extranjero, para contribuir a la atención de los damnificados. El episcopado habló de la importancia de proveer alimentos, ropa, colchones, utensilios del hogar y materiales de techado, con especial prioridad para los ancianos y personas que viven solas.
Agradecieron además las expresiones del papa León XIV en su audiencia general, quien mostró cercanía con los pueblos de Jamaica y Cuba, invitando a la oración y a la acción caritativa. También valoraron la rápida respuesta y los mensajes de apoyo fraterno de los obispos de Honduras.
Por último, los prelados confiaron al cuidado de Dios y de la Virgen de la Caridad de El Cobre el sufrimiento del pueblo, seguros de que la gracia y la misericordia de Dios no los abandonará. Cáritas Cuba, por su parte, coordinará los canales oficiales para la recepción y distribución de la ayuda humanitaria.