Tragedia en medio de la precariedad cotidiana

Recordaron los prelados que la emergencia causada por el huracán se suma a la compleja situación cotidiana de Cuba, marcada por la escasez de bienes esenciales, los cortes prolongados de energía y la proliferación de enfermedades.

Aun en la difícil situación provocada por el huracán, los obispos agradecieron a Dios que no se hayan registrado hasta el momento pérdidas humanas y la entrega generosa de quienes brindaron refugio a las personas en situación de mayor vulnerabilidad.

Llamado a la solidaridad y a la esperanza

En su comunicado, los obispos cubanos hicieron un llamado a la acción solidaria de las Iglesias y Cáritas hermanas, y de los cubanos residentes tanto en la isla como en el extranjero, para contribuir a la atención de los damnificados. El episcopado habló de la importancia de proveer alimentos, ropa, colchones, utensilios del hogar y materiales de techado, con especial prioridad para los ancianos y personas que viven solas.

Agradecieron además las expresiones del papa León XIV en su audiencia general, quien mostró cercanía con los pueblos de Jamaica y Cuba, invitando a la oración y a la acción caritativa. También valoraron la rápida respuesta y los mensajes de apoyo fraterno de los obispos de Honduras.

Por último, los prelados confiaron al cuidado de Dios y de la Virgen de la Caridad de El Cobre el sufrimiento del pueblo, seguros de que la gracia y la misericordia de Dios no los abandonará. Cáritas Cuba, por su parte, coordinará los canales oficiales para la recepción y distribución de la ayuda humanitaria.