Debate global sobre justicia climática Patricia Gualinga: "Espero que la Amazonía sea reconocida como sujeto jurídico"
La líder indígena ecuatoriana y una de las voces más reconocidas de la resistencia amazónica, llega a la COP30 con una convicción de que es urgente que el mundo reconozca a la Amazonía como un sujeto jurídico: "El planeta ya no tiene tiempo"
| Micaela Alejandra Díaz
(ADN Celam).- Patricia Gualinga, lideresa indígena ecuatoriana y una de las voces más reconocidas de la resistencia amazónica, llega a la COP30 con una convicción de que es urgente que el mundo reconozca a la Amazonía como un sujeto jurídico. “El bosque tiene derechos como tú”, afirma con la claridad que la caracteriza. Su voz es hoy una referencia ineludible en el debate global sobre justicia climática, pero su camino comenzó mucho antes.
A comienzos de los años 2000, cuando las concesiones petroleras avanzaban sobre el territorio del pueblo sarayaku, Gualinga dejó su trabajo como directora de Turismo y se unió al proceso de resistencia no violenta que culminaría en 2012 con la condena del Estado ecuatoriano por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Desde entonces, sigue defendiendo Kawsak Sacha, la selva viviente, como principio de vida para los pueblos y los ecosistemas.
Hoy es vicepresidenta de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama) y representante permanente ante el Foro de las Naciones Unidas sobre Cuestiones Indígenas, manteniendo un liderazgo que ha heredado de una familia de luchadores. “Somos una familia de luchadores, los Gualinga”, comenta en una entrevista publicada en la revista Donne Chiesa Mondo.
"Puertas" al bosque: la espiritualidad indígena
Gualinga reconoce que su liderazgo no fue sencillo: “Incluso entre los pueblos indígenas existe una fuerte desconfianza hacia los liderazgos femeninos”. Explica que a las mujeres se les mide “en una balanza calibrada sobre la perfección” y que “no se nos perdona el más mínimo error”. Haber crecido en una familia donde “generaciones y generaciones de activistas” la apoyaron fue decisivo.
Para ella, las mujeres tienen una sensibilidad fundamental en la relación con la naturaleza. “Eso nos hace más abiertas, más receptivas desde el punto de vista espiritual. Y nos ayuda a conectarnos más fácilmente con la naturaleza”, sostiene.
Gualinga describe la forma en que los pueblos amazónicos se conectan con el bosque: “Tenemos ‘canales’, pequeñas ‘puertas’ que nos permiten asomarnos al bosque y a sus criaturas”. El principal medio son los sueños, que revelan mensajes del territorio: “Si soñamos con un recién nacido, sabemos que es la forma en que nos habla la yuca…” “Las aguas de los ríos se manifiestan en los sueños como personas adultas…”
"Los sarayaku creen que todos los seres vivos están vinculados por lazos invisibles. Cuando uno de ellos se rompe, dice Gualinga, la vida empieza a morir"
Aclara que no todo es literal ni fácil: “Los sueños deben analizarse e interpretarse”, tarea que corresponde a los chamanes, quienes dedican una vida entera a afinar la capacidad de escuchar “cuando la naturaleza apenas susurra”. Los sarayaku creen que todos los seres vivos están vinculados por lazos invisibles. Cuando uno de ellos se rompe, dice Gualinga, “la vida empieza a morir”. Describe esta conexión como “una telaraña: si se rompe uno, todo el diseño se destruye”. Y advierte: “El planeta ya no tiene tiempo”.
COP30: una defensa jurídica de la Amazonía
“Espero que la Amazonía sea reconocida como sujeto jurídico. Ese es el sueño que muchos delegados de los pueblos originarios llevaremos a la cumbre”, dice Gualinga comenta sobre su objetivo en la cumbre del clima.
Explica que Kawsak Sacha no es un concepto académico, sino una propuesta nacida de una historia ancestral: “Pedimos que ciertos lugares cruciales sean reconocidos como sujetos jurídicos, y que no puedan ser explotados por el mercado…”. Y agrega que su conservación debe estar en manos de “quienes los han cuidado desde siempre: los pueblos indígenas”.
Sobre la respuesta de las sociedades occidentales, es contundente: “Nunca lo han estado. Sin embargo, el momento actual es crítico. No existe un ‘planeta B’”.
La Iglesia, el Sínodo y una escucha que avanza
Como católica e hija de un chamán que también fue catequista, la integración entre espiritualidad indígena y fe cristiana es natural para ella: “No existe conflicto… La unión entre estos dos ‘universos’ nos ayuda a crecer como indígenas y como católicos”.
Afirma que la Iglesia ha comenzado a escuchar: “Durante la Asamblea (de Ceama) hablamos de la importancia de que la Iglesia desinvierta en estructuras económicas que destruyen el medio ambiente, y lo está haciendo. El proceso continúa… Creo que todo sucede a su debido tiempo, que es el tiempo del Creador, no el nuestro.”
Su activismo le ha traído riesgos y amenazas de muerte. Ante ello, Gualinga no duda en reconocer: “La fe me ayuda cada día. En los momentos de dificultad, rezo al Espíritu para que me infunda paz y valentía”. Y vuelve siempre al contacto con la naturaleza para reencontrar fuerza y serenidad.
"Hay cosas que no pueden comprarse ni venderse. La Casa común es una de ellas"
Consejo para quienes desean cambiar el mundo
Ante la pregunta sobre cómo podría una mujer occidental convertirse en agente de cambio, responde: “Debe ver la naturaleza desde otra perspectiva… Hay cosas que no pueden comprarse ni venderse. La Casa común es una de ellas”.
Invita a un camino de reconexión: “Para ‘sentirlo’ de verdad… debemos reconectarnos con los árboles, el agua, los animales, el cielo”.
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