Cardenal Rossi: "‘Ahora Cristo no tiene otras manos más que las nuestras’” Sacerdotes cordobeses celebraron su jubileo junto al santo Cura Brochero

Sacerdotes cordobeses celebraron su jubileo
Sacerdotes cordobeses celebraron su jubileo

Inspirados en el lema paulino “Llamados a reavivar el don de Dios”, los obispos de la Región convocaron a los sacerdotes a compartir una jornada donde la convivencia, el encuentro, la oración y la misa en el santuario de Brochero santo, se caracterizó por el espíritu jubilar, es decir, la alegría

“El Señor nos ha impuesto las manos –continuó el cardenal Rossi- y ahora quiere las nuestras para que en el mundo sean las suyas"

“Quizás una gracia que podamos pedir hoy –propuso- sea que el Señor nos cure las manos, que nos convenzamos que las manos se curan cuando se extienden y se nos entumecen cuando por egoísmo o miedo se cierran"

Unos ciento veinte sacerdotes de las seis diócesis que integran la Región Centro de la Iglesia argentina celebraron con espíritu de jubileo junto al Santo Cura Brochero, patrono del clero argentino, el lunes 22 de septiembre, en la villa serrana que lleva su nombre.

Inspirados en el lema paulino “Llamados a reavivar el don de Dios”, los obispos de la Región convocaron a los sacerdotes a compartir una jornada donde la convivencia, el encuentro, la oración y la misa en el santuario de Brochero santo, se caracterizó por el espíritu jubilar, es decir, la alegría.

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Curas cordobeses
Curas cordobeses

El obispo de Cruz del Eje Ricardo Araya, anfitrión del encuentro, y monseñor Horacio Álvarez, auxiliar de Córdoba, fueron los encargados de la bienvenida y poner en marcha una jornada bien sacerdotal, de la que participaron además los obispos de Río Cuarto, San Francisco, Villa María, Deán Funes y de la arquidiócesis metropolitana de Córdoba.

Precisamente el cardenal Ángel Rossi, arzobispo de Córdoba, fue el encargado de la homilía en la misa que presidió el obispo local y concelebraron todos los sacerdotes asistentes.

“Es propio del jubileo hacer memoria agradecida: necesitamos recordar, volver a aquella hora en la que Él puso sus manos sobre nosotros y nos hizo partícipes de este ministerio”, señaló.

“El Señor nos ha impuesto las manos –continuó el cardenal- y ahora quiere las nuestras para que en el mundo sean las suyas. Nos sostiene y anima el testimonio de las miles de manos de nuestro pueblo fiel, del que somos parte; hombres y mujeres de buena voluntad que, fieles a aquello de Santa Teresa: ‘ahora Cristo no tiene otras manos más que las nuestras’”.

El cardenal Rossi ilustró enfatizando que serán las manos de Cristo si “siguen acariciando, curando heridas, abriendo puertas, llevando la Virgen casa por casa o sirviendo platos de comida por todos los rincones de nuestras diócesis”.

“Quizás una gracia que podamos pedir hoy –propuso- sea que el Señor nos cure las manos, que nos convenzamos que las manos se curan cuando se extienden y se nos entumecen cuando por egoísmo o miedo se cierran; porque, como dice (el padre Mamerto) Menapace (recientemente fallecido monje benedictino), ‘no tenemos en nuestras manos las soluciones a los problemas del mundo, pero frente a los problemas del mundo tenemos nuestras manos”.

Cardenal Rossi
Cardenal Rossi

Finalmente el cardenal Rossi dijo: “Venimos a encomendarnos al Cura Gaucho (Brochero) para que nos abra el camino, para que nos vaya guiando por los senderos de la vida hacia el Señor, o que nos reoriente cuando la niebla nos confunda, nos traiga de nuevo al camino cuando equivocados encaremos por atajos peligrosos y que si nos hemos desbarrancado, para que nos rescate… Sí, querido Cura Brochero, venimos a tu casa, a tu santuario, porque te necesitamos en el camino cotidiano; porque aquí despertamos nuestra esperanza dormida y nos reencontramos con la condición de hijos muy amados”.

La jornada, que comenzó con el desayuno compartido y con una peregrinación entre el Parque Temático brocheriano y el santuario, culmino con un almuerzo comunitario donde el obispo local agradeció la presencia de tantos sacerdotes “en las orillas de la provincia”, destacando que “un pastor aprende mucho cuando anda por las orillas…”.

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