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Aliento para Navidad de los obispos de Haití: "Seamos artesanos de paz"

En un contexto de violencia, fragilidad institucional y vacío democrático, el mensaje esperanzado de los obispos invita al compromiso activo con la paz y a exigir un proceso electoral de futuro

Haití

(ADN Celam).- En un contexto en el que se vive violencia, fragilidad institucional y un prolongado vacío democrático, los obispos de la Conferencia Episcopal de Haití (CEH) dirigieron un mensaje de Navidad 2025 y Año Nuevo 2026 a sacerdotes, religiosos, fieles laicos y a “hombres y mujeres de buena voluntad”, invitando al pueblo haitiano a no perder la esperanza, a comprometerse activamente con la paz y a exigir un proceso electoral verdaderamente democrático, inclusivo y seguro.

Fechado en Puerto Príncipe, el 8 de diciembre de 2025, solemnidad de la Inmaculada Concepción, el texto ofrece una lectura creyente de la realidad haitiana y una exhortación pastoral que abarca la vida espiritual, social y política del país. La Conferencia Episcopal de Haití (CEH) se abre con la certeza bíblica de que la luz de Cristo brilla en nuestras tinieblas (Jn 1,5).

Obispos de Haití

Desde esa certeza, los pastores sitúan la Navidad en el corazón del sufrimiento del pueblo haitiano, afirmando que contemplan el misterio de la Encarnación “con la mirada puesta en nuestro pueblo sufriente, atravesando la oscura noche de la incertidumbre y el dolor”.

La Navidad desde la pobreza y el dolor del pueblo

Los obispos recuerdan que el nacimiento de Jesús ocurrió “a la sombra de la pobreza, en un pesebre oscuro, sin encontrar hogar ni tierra acogedora en medio de un mundo sufriente”, una imagen que según afirman: resuena con fuerza en la realidad haitiana actual.

Desde esa clave, resaltan que el misterio de la Encarnación es fuente de esperanza, especialmente en el marco del Año Jubilar de la Esperanza, porque “el Hijo de Dios encarnado cumple la promesa de Dios de dar a su pueblo y a toda la humanidad un salvador y una esperanza”, convirtiéndose así en “nuestra esperanza”.

Esta promesa, aseguran, “es también para nosotros, el pueblo haitiano, que ha sufrido de manera prolongada y profunda.

Esperanza responsable frente a la tragedia humana

Como pastores, los obispos no evaden la gravedad de la situación nacional. Reconocen abiertamente “la tragedia humana que vive nuestra gente”, y advierten que la esperanza cristiana no puede confundirse con ingenuidad: “No como un optimismo ingenuo ni como una negación de realidades difíciles, sino como una acción responsable basada en la fe y la búsqueda sincera de soluciones duraderas”.

En esa línea, se definen como “Peregrinos de la Esperanza”, llamados no a la pasividad sino al compromiso activo: “No somos meros espectadores de un mundo distante y monótono; somos participantes activos en el camino hacia un futuro mejor”.

El mensaje reconoce que las pruebas actuales “han herido profundamente nuestra alma colectiva”, pero insiste en que la fe cristiana invita a levantar la mirada hacia Cristo, “la luz de las naciones”, cuya venida “abre un camino de luz en medio de la noche”.

Luz

La luz que vence la noche

Es precisamente esta luz la que nos permite, incluso hoy, creer que la noche nunca será el acto final de nuestra historia. Dios nos ama a todos, y el mal no prevalecerá”, expresan los obispos con palabras cargadas de esperanza.

Desde esta convicción, la CEH convoca a todos los sectores del país a asumir su responsabilidad en la construcción de la paz: “Invitamos a todos, según su vocación y responsabilidad, a convertirse en artífices de la paz: sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos, jóvenes y adultos”.

Como signo de esperanza, los obispos mencionan la reciente clasificación de la selección nacional de fútbol, que manifiestan, demuestra que “incluso en la adversidad, nuestro pueblo posee una notable capacidad de resiliencia cuando elige la unidad y la solidaridad”.

Elecciones y seguridad: una condición indispensable

Ante “las flagrantes limitaciones de nuestras instituciones estatales, la emergencia de seguridad y la violencia estructural”, los obispos hacen un llamado directo a los líderes políticos y sociales a superar intereses particulares: “Que ninguna decisión, palabra o acción hunda a nuestro país aún más en la violencia o el caos”.

Asimismo, recuerdan que la Constitución debe ser el marco orientador del proceso de transición política, instando a los actores políticos a guiarse por la Constitución de 1987, especialmente “en vísperas del 7 de febrero de 2026, fecha que fija el fin del mandato del Consejo Presidencial de Transición (CPT)”.

En relación con el esperado proceso electoral, los obispos son categóricos: “Las elecciones que esperamos sean democráticas, inclusivas y transparentes, solo lo serán si las autoridades estatales trabajan incansablemente para establecer un entorno seguro en todo el país”. Remarcan que la seguridad “es un requisito esencial” y que corresponde tanto a actores nacionales como internacionales “crear esta condición indispensable para la celebración de elecciones generales”.

Elecciones

Nuevo liderazgo para Haití

Citando al Papa León XIV, los obispos reclaman un liderazgo distinto, centrado en el bien común: “El camino hacia la paz requiere corazones entrenados para reconocer el bien común”.

Y añaden una reflexión de fuerte contenido profético, afirmando que el verdadero compromiso cívico puede convertirse en una forma de “martirio”, entendido como “la valentía de renunciar a privilegios para servir al pueblo”.

Haití necesita hombres y mujeres capaces de renunciar a la corrupción, resistir el dinero fácil, rechazar la manipulación de las masas y convertirse en servidores del bien común”, sostienen las autoridades eclesiales.

Encomendar Haití al Príncipe de la Paz

Los obispos encomiendan al país a “Cristo Jesús, Príncipe de la Paz”, pidiendo que “la luz del nacimiento del Salvador ilumine nuestro camino y reavive en cada uno de nosotros la esperanza de un Año Nuevo que traiga el cambio tan anhelado para nuestro país”.

Invocan la protección de la Virgen María, “Madre de Dios y Madre de nuestro pueblo”, para que “consuele los corazones que sufren y sostenga a quienes trabajan por la Paz”.

El mensaje está firmado por todos los obispos de la Conferencia Episcopal de Haití, encabezados por; Mons. Max Leroy Mésidor, arzobispo metropolitano de Puerto Príncipe y presidente de la CEH, junto a cardenales, arzobispos, obispos diocesanos y auxiliares de todo el país.

Jesús

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