Cuestiona las condiciones de detención del prelado, el aislamiento y el bloqueo de cualquier verificación de su salud Estados Unidos exige de nuevo a Nicaragua la 'inmediata liberación' del obispo Rolando Álvarez

Obispo Rolando Álvarez en prisión
Obispo Rolando Álvarez en prisión

"Una vez más, hacemos un llamamiento al Gobierno nicaragüense para que libere inmediatamente y sin condiciones al obispo Rolando Álvarez", dijo en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Matthew Miller

El obispo lleva más de 500 días encarcelado y este lunes el papa Francisco, tras el rezo del primer Ángelus del año, expresó su "preocupación" por la detención de sacerdotes católicos en Nicaragua

El Departamento de Estado criticó que se haya mantenido al religioso en aislamiento, el bloqueo de cualquier verificación independiente de su estado de salud y que se hayan difundido desde el Gobierno vídeos y fotografías que solo "aumentan las preocupaciones sobre su bienestar".

Estados Unidos exigió este martes al presidente nicaragüense, Daniel Ortega, que libere "inmediatamente" al obispo Rolando Álvarez, condenado a 26 años y cuatro meses de prisión y despojado de su nacionalidad por delitos considerados de traición a la patria.

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"Una vez más, hacemos un llamamiento al Gobierno nicaragüense para que libere inmediatamente y sin condiciones al obispo Rolando Álvarez", dijo en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Matthew Miller.

El obispo lleva más de 500 días encarcelado y este lunes el papa Francisco, tras el rezo del primer Ángelus del año, expresó su "preocupación" por la detención de sacerdotes católicos en Nicaragua.

En su comunicado, Estados Unidos cuestionó las condiciones de detención de Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, y quien se encuentra recluido en el Sistema Penitencario Jorge Navarro, conocida como la cárcel La Modelo, a las afueras de Managua.

El Departamento de Estado criticó que se haya mantenido al religioso en aislamiento, el bloqueo de cualquier verificación independiente de su estado de salud y que se hayan difundido desde el Gobierno vídeos y fotografías que solo "aumentan las preocupaciones sobre su bienestar".

En diciembre, después de que el Ministerio de Gobernación nicaragüense difundiera unas fotografías, el activista Juan Carlos Arce, uno de los abogados defensores del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, consideró que el obispo era "víctima de torturas".

En febrero de 2023, Álvarez fue condenado a 26 años y cuatro meses de prisión, despojado de su nacionalidad y suspendidos sus derechos ciudadanos de por vida por delitos considerados de traición a la patria.

Esa condena fue dictada un día después de que rechazase subirse a un avión que lo iba a llevar, junto con otros 222 excarcelados políticos nicaragüenses, hacia Estados Unidos, lo que provocó la indignación de Ortega.

Álvarez es el primer obispo arrestado, acusado y condenado desde que Ortega retornó al poder en Nicaragua en 2007, tras coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1985, y presidir por primera vez Nicaragua de 1985 a 1990.

Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, caracterizadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de sus relaciones diplomáticas. 

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