Hicks, el yanqui de "corazón latino" que lleva a Nueva York su veneración por Monseñor Romero
En 2005, el arzobispo electo de una de las diócesis más importantes del mundo, se trasladó a El Salvador, donde descubrió la figura del arzobispo mártir y nació su "amor gigante" por la comunidad hispana
"Tengo muchos, pero mi santo favorito es san Óscar Romero. ¿Y por qué él? Es porque durante mi sacerdocio pasé unos cinco años viviendo y trabajando en El Salvador y en Centroamérica para una fundación católica, cuidando a niños huérfanos abandonados. Y mientras estuve allá trabajando y viviendo, lo que noté es que la gente salvadoreña, la gente de todo Centroamérica, tenían a ‘san’ Óscar Romero como su santo antes de ser un santo verdadero".
Así confesaba en un vídeo difundido en su día por la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) su fervor por quien fuera el arzobispo de San Salvador el recién nombrado arzobispo de Nueva York, Ronald Hicks, de 58 años, y en cuya ceremonia de beatificación, en 2015, participó de foma muy directa, portando las reliquias del mártir salvadoreño, quien sería posteriormente canonizado por el papa Francisco en el Vaticano el 14 de octubre de 2018, junto con el papa Pablo VI.
"Él era la voz de los que no tenían voz, alguien luchando con fe, con esperanza y con el amor de Dios en su corazón, luchando por y con su gente, especialmente contra la violencia y para tener paz en la comunidad", señala en ese vídeo Hicks, cuyo nombramiento al frente de una de las diócesis más importantes del país ha sido interpretado como un inequívoco gesto del papa León XIV de cerrar definitivamente la etapa del cardenal Dolan, muy cercano al presidente Donald Trump.
En ese vídeo, Hikcks, que hasta ahora era obispo de Joliet, en el estado de Illinois, y que se ha sumado a un grupo de obispos que a principios de este año criticaron las redadas migratorias autorizadas por la administración de Donald Trump nada más acceder a la Casa Blanca en la segunda quincena de enero, muestra también lo importante que para él es el cuidado de su presbisterio.
"Súper orgulloso de mis sacerdotes"
¿Sabe qué? Yo estoy súper orgulloso de mis sacerdotes, lo que no quiere decir que todos sean perfectos. Yo no lo soy, tampoco ellos. Pero la mayoría de ellos, cada día está levantando por la mañana para servir a Dios, para servir a su gente y hacerlo con mucha perseverancia, dedicación y con muchas fuerzas y todo en el nombre de Jesucristo. Así que cada día yo estoy muy orgulloso de ellos", señala el arzobispo electo, que tmará posesión de la archidiócesis de la Gran Manzana el próximo 6 de febrero.
"Si un sacerdote tiene problemas, mi consejo sería rezar, rezar. Y mantener a Jesucristo en el centro de mi vida. Ningún día debe pasar sin levantar nuestras mentes y corazones a Dios y rezar. Lo peor para cualquier sacerdote es pensar que está solo. No, no, no está solo, tenemos una comunidad y eso es lo más importante y cuando hay problemas, compartirlo con Dios y la comunidad, lo mismo que hizo Jesús con sus discípulos, caminando juntos como hermanos y hermanas".
Hicks, a quien en El Salvador conocían como el 'Padre Ron', y que, como el papa León (en Perú, el 'Padre Bob'), nació también en los suburbios de Chicago, aunque es seguidor del equipo de beisbol rival del de Robert F. Prevost, explica también los motivos de por qué su lema episcopal "Paz y Bien" y no está escrito en inglés, sino en español. "¿Y por qué? Porque aunque no soy hispano, latino, tengo un corazón latino y un amor gigante para la comunidad hispana", reconce entusiasmado.
Paz y Bien: Un lema episcopal... en español
"En el Salvador –explica– cada vez después de una oración, la persona que guiaba la oración terminaba diciendo ‘paz y bien’ y la comunidad respondía en volz alta: 'Por los siglos, de los siglos, amén'"'. Es con un amor grande hacia la comunidad hispana [por lo ] que yo elegí este lema de Paz y Bien y también es un deseo fuerte que yo tengo para que, en realidad, en el nombre de Jesucristo, tengamos paz y bien en el mundo, en la Iglesia y en nuestras vidas". Y su escudo episcopal guarda también una importante referencia a quien se empeñó en llevar la paz a la vida de su pueblo: una ramita de romero, en hornor del asesinado arzobispo salvadoreño.
Fue en julio de 2005, con el permiso del cardenal Francis George, cuando el sacerdote Hicks se trasladó de Chicago a El Salvador para comenzar su mandato de cinco años como director regional de Nuestros Pequeños Hermanos, una organización católica dedicada al cuidado de más de 3.400 niños huérfanos y abandonados en nueve países de América Latina y el Caribe en América Central.