Obispo de Tumaco: "La solución al narcotráfico pasa por erradicar la pobreza y corrupción" Los obispos colombianos piden a las empresas un "esfuerzo" solidario

Plenaria de los obispos colombianos
Plenaria de los obispos colombianos

En el segundo día de su Plenaria, piden al Estado "pasar de un subsidio a la mendicidad a un subsidio a la productividad, para que definitivamente se acabe la pobreza, que es un flagelo que afecta enormemente a la población"

El nuncio en el país, Luis Mariano Montemayor, invita a los prelados a tener confianza como Iglesia ante los momentos de crisis

Como preparación para el trabajo por provincias eclesiásticas sobre los desafíos de la realidad socio-económica en relación a la acción pastoral y evangelizadora de la Iglesia Católica, los obispos de Colombia, en el segundo día de Asamblea Plenaria, participaron en el panel ‘La economía colombiana: avances, retos y oportunidades’, que contó con invitados de la institucionalidad y de la sociedad civil.  

Durante el encuentro de análisis y reflexión se abordaron las temáticas: Colombia en la economía global, a cargo de la doctora Imelda Restrepo, vicepresidenta Desarrollo Económico y Competitividad de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI); Plan Nacional de Desarrollo, aspecto abordado por el doctor Juan Sebastián Robledo Botero del Departamento Nacional de Planeación; calidad del empleo, desempleo e informalidad, temática desarrollada por el   doctor Luciano Sanín, director de Viva la Ciudadanía; la economía colombiana entre la legalidad y la ilegalidad, tópico planteado por el doctor Jerónimo Castillo de Fundación Ideas para la Paz.

Tras conocer los distintos informes presentados por los participantes, los obispos agradecieron los aportes brindados y reiteraron la opción de la Iglesia por los pobres.

En este sentido, manifestaron su preocupación ante la situación de desigualdad que se vive en el país. Pidieron al gobierno nacional diseñar políticas públicas que sean realmente estructurales; a la empresa, que sea más solidaria haciendo un esfuerzo que permita al país crecer económicamente; y a la sociedad civil le ratificaron el ánimo de continuar trabajando conjuntamente y alentaron sus esfuerzos de incidencia “para que haya esos cambios en la política pública y en el control ciudadano de institucionalidad y de la empresa”.  

Otras de las propuestas expuestas durante la plenaria fueron: la importancia “que un estado benefactor pase a ser estado productor y de promoción de la persona humana”. 

“Pasar de un subsidio a la mendicidad a un subsidio a la productividad, para que definitivamente se acabe la pobreza, que es un flagelo que afecta enormemente a la población (…)  pasar del desempleo al trabajo productivo”. 

El panel fue moderado por Monseñor Juan Carlos Barreto Barreto, obispo de Quibdó.

El obispo de Tumaco, Orlando Olave
El obispo de Tumaco, Orlando Olave

Obispo de Tumaco: “La solución al narcotráfico pasa por erradicar la pobreza, la marginación y la corrupción”

Por su parte, Monseñor Orlando Olave Villanova, obispo de la diócesis de Tumaco, advierte que una de las principales preocupaciones que tienen los obispos, en especial de las diócesis del sur y el pacífico colombiano, es el problema del narcotráfico y la posible fumigación de los cultivos de uso ilícito.

“En Tumaco el narcotráfico afecta profundamente a todas nuestras comunidades, a las comunidades afros, indígenas y otras comunidades que llegan al territorio de otras zonas. Es un problema complejo que se suma a otros problemas históricos como la pobreza, la marginación. El departamento de Nariño tiene muy pocas carreteras y la costa pacífica nariñense cuenta con solo el 7% de esas carreteras, está la urgencia por la salud, educación y estos problemas se convirtieron en el espacio idóneo para que se enquistara el narcotráfico que trae tantas dificultades al territorio.”

Señaló Monseñor Olave, quien participa de la Asamblea Plenaria del Episcopado, en Bogotá, que en toda la zona sur y occidente del país, en departamentos como el Cauca, Chocó y Valle del Cauca, la iglesia está adelantando un trabajo a través de la Coordinación Regional del Pacífico para mitigar problemáticas como las del narcotráfico, que está mediada por el abandono histórico del Estado.

“Le hemos venido hablando a los gobiernos que la solución al problema del narcotráfico, de los cultivos ilícitos no está simplemente en fumigar, hay que ir a erradicar otras realidades que tenemos; primero erradiquemos la pobreza, la marginación, la corrupción que hay en nuestros territorios y que han sido como ese caldo de cultivo idóneo”, aseveró el prelado.

Monseñor Olave, también indicó que como Iglesia se viene trabajando con los campesinos, apoyando la reincorporación de los excombatientes a las comunidades, pero que los territorios aún cuentan con una presencia muy fuerte de grupos armados que se rearmaron o que no entraron al proceso de paz y “eso ha venido afectando tanto el proceso de implementación como la misma realidad social y política de las comunidades”. Todo lo anterior complejiza, aún más, los procesos de erradicación y lucha contra el narcotráfico.

Según el gobierno, para 2019 la meta de erradicación de cultivos de uso ilícito es de 100.000 hectáreas y Tumaco es uno de los municipios priorizados.

Misa del nuncio en el marco de la Plenaria de los obispos colombianos
Misa del nuncio en el marco de la Plenaria de los obispos colombianos

“Los momentos de crisis, son el lugar privilegiado de la fe”: Nuncio Apostólico

Por otro lado, siguiendo el texto del Evangelista San Mateo, que increpa a los discípulos con la pregunta “¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?”, el Nuncio Apostólico de Colombia, monseñor Luis Mariano Montemayor, durante la eucaristía del segundo día de la Asamblea, invitó a los obispos a tener confianza como Iglesia ante los momentos de crisis.

“Me atrevo a decir, que los momentos de crisis son el lugar privilegiado de la fe.  Si se quiere pasar a la otra orilla, tenderemos que exorcizar el miedo al abismo impetuoso y el miedo a la misma muerte. Y es lo que hace el Señor, que duerme y se despierta, que muere y resucita para romper definitivamente el muro que separa nuestra realidad humana de muerte, del su amoroso deseo de darnos vida y vida en abundancia”, afirmó.

“¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?” Dijo entonces Jesús a sus discípulos y nos dice también hoy a nosotros. Miedo y confianza son dos sentimientos opuestos que se disputan el corazón del hombre. El primero lo paraliza y el segundo lo hace caminar.  Si crece el uno, el otro decrece y viceversa. La confianza en cambio, proviene de la conciencia que Dios es Padre y tiene en cuenta todo lo que Él puede hacer por nosotros. La barca del Evangelio es entonces la comunidad de los creyentes, la Iglesia donde Jesús está siempre en medio de los suyos” dijo el prelado.

“Cada uno de nosotros hoy, examine su actitud de confianza en el Señor, que Jesús no tenga que decirnos ¿por qué tenéis miedo, hombres de poca fe? Recordemos continuamente en nuestro corazón, como María, que todo es posible para aquel que cree Mc 9, 23. Es el mismo Señor quien nos ha dicho: Os aseguro que el que cree en mi hará también las obras que yo hago, incluso otras mayores”, finalizó el obispo.

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