Piden a familias estar al pendiente de lo que hacen sus hijos La Archidiócesis de México, preocupada por el aumento de la violencia entre los jóvenes

Preocupa a Arquidiócesis Primada de México que violencia se normalice en jóvenes
Preocupa a Arquidiócesis Primada de México que violencia se normalice en jóvenes

Lamentablemente la semana pasada, se hicieron virales algunos videos de peleas sumamente violentas entre jóvenes en México, entre ellas la golpiza que recibió el joven Ernesto en Puebla y que se le atribuye a jóvenes que estudian en universidades de inspiración cristiana, por lo que la Arquidiócesis Primada de México, manifestó su preocupación por la normalización de la violencia entre los jóvenes.

Mediante la editorial de Desde la Fe, titulada ¿Qué hacemos con nuestros jóvenes violentos? lamentó que la violencia en el país se haya normalizado hasta convertirse en parte de la vida cotidiana de nuestros jóvenes.

Debido a diversos videos virales de jóvenes golpeándose donde las víctimas terminaron hospitalizadas por la gravedad de las lesiones ocasionadas por los golpes propinados, incluso con bates de béisbol.

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La Arquidiócesis aseguró que este fenómeno tiene una causa multifactorial, que va desde una severa desatención por parte de los padres de familia, hasta la exposición continua a contenidos violentos, la pérdida de los valores fundamentales o el deseo de pertenencia o de protagonismo en redes sociales.

“Es una dolorosa realidad en la que todos hemos colaborado, quizás sin percatarnos”, señalaron.

Así mismo enfatizó que revertir este problema será muy a largo plazo; ya que en varias ocasiones los jóvenes terminan huyendo para agazaparse detrás de sus padres, sin el mínimo sentido de responsabilidad de las consecuencias de sus actos. Todo ello ha abonado a que la violencia sea algo normal en ellos, al grado de justificarla y practicarla.

   “¡No se vuelvan a meter con nosotros!”, dice un joven a otro, que yace tirado inconsciente en el suelo, en una de las peleas que se viralizó esta semana. Y es que, hoy, la violencia es sinónimo de poder y de admiración, algo de lo que nuestros jóvenes están deseosos ante el gran vacío que experimentan en su interior”

Por lo que aseguraron que algo también anda muy mal en las familias cuando, a pesar de haber tenido una buena educación en los valores, los hijos colocan la violencia por encima de estos, tal vez deslumbrados por un afán de protagonismo, por pertenecer a algún grupo, por llamar la atención de los mismos padres, que no han acertado a poner límites. Porque los jóvenes necesitan de límites, oportunos y precisos, para caminar por la vida de forma segura.

“Son los padres quienes también permiten, muchas veces sin darse cuenta, que sus hijos tengan una exposición continua y prolongada de contenidos violentos, desde los videojuegos, donde gana quien mata a más personas; la música que hace apología del crimen; series de streaming en las que los delincuentes son los grandes héroes -por encima de los guardianes del orden-, o videos de las redes sociales o noticiarios donde incluso la justicia por propia mano es ensalzada”

En el texto, también cuestionan la acción de los gobernantes “Pero, ¿qué podemos esperar cuando escuchamos de nuestras máximas autoridades de gobierno una constante violencia verbal hacia quienes ejercen su misma vocación?”

Y afirmaron que ellos deberían ser un ejemplo de respeto y tolerancia, para mostrar a sus gobernados que la política es un verdadero servicio encaminado al bien de la familia humana, por encima de cualquier animadversión.

La Arquidiócesis capitalina destacó que ya no es momento de estrategias ni severas ni efímeras y que tampoco la sociedad puede esperar que el cambio venga desde las autoridades, por lo que hicieron un atento llamada a las familias.

“Las familias deben tener muy claro que el futuro del país se construye desde nuestros niños y jóvenes, y que éste no será de un día para otro, sino de manera progresiva, pero firme, tal como los apóstoles construyeron la Iglesia”.

“Debemos enseñar a nuestros jóvenes que el mal sólo se termina con la abundancia del bien, y que cada decisión que tomen tiene una consecuencia, buena o mala, para su vida. El futuro lo construyen ellos, y lo que menos queremos es un futuro violento”

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