11 de Abril: V Viernes de Cuaresma
Los Dolores de Santa María
Texto del día
“A quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros: “¡Blasfemas!” Porque he dicho: “Soy Hijo de Dios”? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre” (Jn 10, 36-38).
Profecía
“El Señor es mi fuerte defensor: me persiguen, pero tropiezan impotentes. Acabarán avergonzados de su fracaso, con sonrojo eterno que no se olvidará. Señor del universo, que examinas al honrado y sondeas las entrañas y el corazón, ¡que yo vea tu venganza sobre ellos, pues te he encomendado mi causa! Cantad al Señor, alabad al Señor, que libera la vida del pobre de las manos de gente perversa” (Jr 20, 11-13).
Reflexión
Hoy en muchas comunidades cristianas se dirigen los ojos y la piedad a la Virgen de los Dolores, y en ella, quienes sufre por diversas cusas, se sienten confortados por el acompañamiento de la Madre del Crucificado, de quien redime el mundo.
Si los mártires sintieron una fuerza especial a la hora de entregar la vida por amor a Jesucristo, no dudamos de la gracia que recibió María en la hora suprema de ver cómo era maltratado su Hijo y llevado a la Cruz. La plenitud de gracia, que se le anunció a María en Nazaret la acompañó siempre.
Jesús recibió el aliento materno hasta el final de sus días y la Providencia divina no dejó vivir a Jesús los tormentos de su Pasión sin saberse amado y mirado por su Madre.
Propuesta
Mira a la llena de gracia y sé fuerte en la tribulación